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La recuperada rodilla de Cristiano tiene su primera gran prueba contra la 'Mannschaft'
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se enfrentan los favoritos del grupo G

La recuperada rodilla de Cristiano tiene su primera gran prueba contra la 'Mannschaft'

Volvió a jugar en el último amistoso de Portugal, pero hasta ahora no había certezas de su recuperación. Para empezar, un partido de aúpa (18:00, Cuatro)

Foto: Cristiano está recuperado para afrontar el debut en el Mundial de Portugal (EFE).
Cristiano está recuperado para afrontar el debut en el Mundial de Portugal (EFE).

El Real Madrid respiraba y Portugal se animaba de cara al Mundial cuando vieron a Cristiano Ronaldo marcar contra Irlanda. La imagen del Bota de Oro 2014 con un aparatoso vendaje con hielo en uno de los entrenamientos del combinado luso hicieron saltar las alarmas no sólo en la propia concentración portuguesa, sino, como es natural, también en el equipo blanco. Pero ese último amistoso de Portugal pareció borrar de forma definitiva los malos augurios que durante el final de temporada parecían prever que Cristiano no llegaría ni a la final de la Champions ni al Mundial.

No sólo jugó la final sino que ayudó con un tanto a ganarla y ahora podrá estar al frente, brazalete incluido, de su selección para uno de los partidos más grandes de esta primera fase mundialista. Para Portugal, Alemania no es sólo una de las mejores selecciones del planeta, sino un combinado que, junto con España, se ha convertido en la bestia negra lusa. La ‘Mannschaft’ ha ganado los últimos tres partidos que ha jugado contra los portugueses.

En el primero de ellos, se impuso en la final de consolación del Mundial de 2006 después de que los lusos cayeran en semifinales con un penalti transformado por Zinédine Zidane y los germanos abandonaran su Copa del Mundo cuando Grosso y Del Piero los echaron con dos goles al final de la prórroga. Mientras, en la Eurocopa de 2008, Alemania apeó a Portugal en los cuartos de final con un gran partido que acabó 3-2. Y ya, en la última Eurocopa, en 2012, se cruzaron de nuevo en la fase de grupos y ganaron los germanos por 1-0, y después los dos se fueron a casa en la penúltima ronda.

Cristiano está motivadísimo para el que será su tercer Mundialy segundo como capitán de su selección. Viene de completar una de sus mejores campañas como profesional y tras conquistar con el Real Madrid la ansiada Décima y la Copa del Rey (primera vez que gana dos títulos en una temporada con los blancos), sabe que tiene que dar un paso adelante y conseguir algo con su selección. Portugal no es favorito para el título y probablemente ni siquiera tiene los mimbres para darles ese calificativo. Equipos como Brasil, Italia, Inglaterra o España (si es que se logra recuperar de la goleada) están muy por delante de Portugal, pero esa ausencia de presión puede ser al final positiva para los de Paulo Bento.

Totalmente al contrario que Alemania. Para la humanidad, el nombre de Alemania suena a amenaza, a gran potencia, a tanques armados hasta los dientes prestos a arrasar con todo lo que tienen a su paso. No nos hemos salido del fútbol, por cierto. Enfrentarse a Alemania era temblar como lo hace la tierra seca al paso del carro blindado sobre ella. Lo sigue siendo y lo seguirá siendo hasta que el nefasto día en el que el fútbol deje de jugarse. Pero esa frase de que a esto juegan once y gana Alemania le sobra desde hace tiempo la segunda parte, que nunca acaba de ser buena.

Hay alemanes mayores de edad que no recuerdan a su selección levantando un trofeo de campeona. Desde que Bierhoff destrozó los corazones de toda Chequia en Wembley han pasado 18 años y ninguna medalla de oro ha vuelto a colgar del pecho de un jugador de la Mannschaft. Y no es porque no hayan estado cerca. Salvo en las Eurocopas de 2000 y 2004, Alemania siempre ha llegado, al menos, a los cuartos de final de Euro o Mundial. Dos finales, tres semifinales (dos medallas de bronce en 2006 y 2010) y esos cuartos de final en el 98. Siempre tan cerca y al final sin nada que llevarse a la boca, a no ser que el bronce tenga buen sabor.

Quién sabe si es el momento en el que una de las generaciones más talentosas de Alemania dé el salto definitivo, subir esos dos escalones que le han hecho tropezarse desde hace demasiado tiempo para una selección tan acostumbrada a ganar. Por primera vez desde 2001 un alemán ha vuelto a imponerse al menos a nivel de clubes. El Bayern Múnich de 2013 acabó con una maldición demasiado pesante y la base de ese equipo es la columna vertebral de la plantilla de Joachim Löw. El lastre de equipo perdedor (el Bayern también ha perdido dos finales de Champions League en tres años) y la intención es trasladar esa senda triunfante bávara al conjunto de la Mannschaft.

Resultaría casi cruel que un grupo con jugadores de la talla de Lahm, Schweinsteiger, Müller, Özil o Götze acabe sin un trofeo que anotar en su currículo con la selección. Löw aprovechó los mimbres de técnica y calidad que le fueron surgiendo con la generación actual y adaptó el juego alemán, mucho más físico y potente de la pausa que ahora requiere el estilo que los jugadores obligan a imponer. Pero la belleza sin victoria no sirve de nada.

El Real Madrid respiraba y Portugal se animaba de cara al Mundial cuando vieron a Cristiano Ronaldo marcar contra Irlanda. La imagen del Bota de Oro 2014 con un aparatoso vendaje con hielo en uno de los entrenamientos del combinado luso hicieron saltar las alarmas no sólo en la propia concentración portuguesa, sino, como es natural, también en el equipo blanco. Pero ese último amistoso de Portugal pareció borrar de forma definitiva los malos augurios que durante el final de temporada parecían prever que Cristiano no llegaría ni a la final de la Champions ni al Mundial.

Cristiano Ronaldo Portugal Joachim Löw
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