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Cristiano no deja espacio a los nervios para darle al Real Madrid la trigésimo tercera Liga
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Cristiano no deja espacio a los nervios para darle al Real Madrid la trigésimo tercera Liga

El portugués marcó antes del minuto tres despejando así las dudas posibles sobre el desenlace del campeonato. El partido tuvo alternativas, pero los blancos siempre lo tuvieron controlado

Foto: Ramos celebra el título (Reuters).
Ramos celebra el título (Reuters).

El tiempo era un factor más en el final de Liga. El Real Madrid sabía que cuanto más corriese el reloj sin que pasasen cosas más probable era el milagro. Por eso mismo Cristiano, siempre certero en estos días, decidió ahogar el desenlace de la temporada en los primeros tres minutos de este duelo. Un pase de Isco imperial, un desmarque bueno del portugués y el gol que reprimía todas las ilusiones que pudiese tener el Barcelona.

En realidad, la épica se quedó en el vestuario. Desde antes incluso de que empezasen los partidos en el ambiente estaba que un equipo lo tenía todo a favor. Ni siquiera se llenó el Camp Nou, síntoma de que la fe era escasa en Barcelona. Más aún cuando, nada más empezar, llegaba el primer gol. Y poco después, como si la cosa no fuese ya difícil de por sí, aparecía a Inui y recordaba que el Eibar también estaba invitado a esta fiesta.

Porque durante la semana se ha hablado mucho de Michel y de Sandro, del madridista y del barcelonista, pero nadie se paró a pensar que los vascos han hecho la mejor temporada de su historia. Sin una victoria en casa no había sueño imposible. La consiguieron finalmente, pero eso no quita que durante buena parte de los dos duelos el madridismo viviese tranquilo. Eran demasiadas cábalas para que se diesen todas a la vez. Con todo eso puesto sobre el terreno de juego lo único que quedaba para la esperanza de los azulgranas era un recuerdo del pasado.

Las ligas de Tenerife, esos dos campeonatos consecutivos en los que al Madrid se le escapó la gloria por las rendijas de los dedos. Pero aquel equipo era mucho más débil que este. Tenía grandes jugadores, pero no estaba Cristiano Ronaldo, leyenda blanca que despejó cualquier duda con un solo movimiento de piernas. Ya no corre como cuando era joven, pero sigue siendo el mejor cañonero de su generación.

Con ese inicio el partido se empezó a jugar a un ritmo que convenía al Madrid. Los de Zidane podían dedicarse a defenderse bien, a no enloquecer ni un minuto. Este equipo tiene jugadores sobrados para ello, pocos mejores que Toni Kroos para regir un encuentro. El alemán, auxiliado siempre por Modric, cogió el balón y empezó a coser jugadas interminables, sin grandes riesgos, con alguna concesión menor al ataque.

El año de Isco

Junto a ellos, siempre Isco. Ha demostrado que el Real Madrid puede aceptar dibujos que no sean el estricto 4-3-3. También que la BBC no debe ser una imposición sino solo uno de los recursos posibles. Su final de temporada es sensacional y el partido contra el Málaga también lo fue. Flotó entre el medio del campo y el ataque y volvió locos a sus rivales, porque es muy difícil de defender cuando está en estado de gracia. Y ahora mismo se encuentra en su mejor tiempo desde que llegó al Bernabéu.

Enfrente estaba el Málaga, que es un buen equipo de fútbol. Tuvo momentos de duda durante el año, pero al final del curso se han dado cuenta de que hay juego suficiente para estar sobradamente en primera, incluso algunos jugadores como Fornals o Sandro que pueden dar la talla en equipo con ambiciones mayores. Ellos también querían sumarse a la fiesta, demostrar que en ningún momento se iban a dejar ir porque para ellos también era un mérito arrebatarle una Liga al Madrid.

Los andaluces tuvieron opciones sobradas para dificultarle la tarea al Madrid. Un palo, alguna parada excelente de Keylor Navas, que ha mejorado mucho en las últimas semanas. Algunas escenas en las que los blancos tuvieron reminiscencias de aquellos malos ratos noventeros. Pero en ningún caso perdieron el oremus, es un grupo absolutamente confiado, convencidos de que están en este deporte para hacer leyenda. Y eso hicieron.

El tema es que en un duelo entre dos que quieren suele imponerse el que es mejor. Y es difícil decir que el Real Madrid no es el mejor equipo de este campeonato. Ha sido muy regular, muy competitivo. No siempre brillante, pero incluso en las ocasiones en las que todo parecía ir en su contra encontraba los argumentos suficientes para sacarlo adelante. Solo había perdido tres partidos en el campeonato, todos ellos contra equipos históricos de la Liga. Superar al Málaga era el desenlace más lógico y, por más que se venda la épica, la normalidad suele imponerse sobre todo lo demás.

Poco después del descanso llegó el segundo del Madrid. Fue de Benzema, en una jugada de balón parado. Y las dos cosas tienen mucho que ver con lo que ha sido esta temporada de los de Zidane. El francés porque ha tenido siempre el respaldo de su entrenador y, con altibajos, ha mostrado que es un jugador de primera clase, de esos que consiguen que el fútbol fluya a su alrededor.

Así terminaba la narrativa y poco importaba que en Barcelona lloviesen los penaltis y los goles. El Madrid hizo lo que tenía que hacer, salir a ganar y lograrlo. Los grandes equipos nunca piensan que haya otras opciones posibles. Y en trece días espera Cardiff.

Ficha técnica

0 - Málaga: Kameni; Miguel Torres, Luis Hernández, Mikel, Ricca; Camacho, Recio, Fornals, Keko ('Chory' Castro, m.60), Jony (Duda, m.72); y Sandro (Charles, m.69).

2 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro (Kovacic, m.66), Modric, Kroos, Isco (James, m.66); Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.73).

Goles: 0-1, m.2: Cristiano Ronaldo. 0-2, m.55: Benzema.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Kameni (55) y Jony (55) por el Málaga.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 38a jornada de LaLiga Santander, en el estadio La Rosaleda ante la presencia de 30.000 espectadores. 

El tiempo era un factor más en el final de Liga. El Real Madrid sabía que cuanto más corriese el reloj sin que pasasen cosas más probable era el milagro. Por eso mismo Cristiano, siempre certero en estos días, decidió ahogar el desenlace de la temporada en los primeros tres minutos de este duelo. Un pase de Isco imperial, un desmarque bueno del portugués y el gol que reprimía todas las ilusiones que pudiese tener el Barcelona.

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