El Barcelona supera el derbi con la inestimable ayuda de Jurado

La misión del Espanyol fue fallida. Todos sabían que era difícil, pocos son los derbis más desequilibrados. Les pedían ganar al rival de la ciudad, dar la alegría de la década a sus seguidores, que se desviven por este encuentro y, de paso, acercar el título del Real Madrid en la Liga Santander. Una hoja de ruta por la que dejaron todos los esfuerzos posibles en el campo. Una empresa que fracasó no por un golpe de gracia de alguna de las muchas estrellas del Barça, sino por un fallo propio.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

La teoría del cumpleaños de Messi

Gemma Herrero. Barcelona

Eso es, quizá, lo que más puede doler. Porque la táctica de Quique Sánchez Flores era la más lógica, aunque exigía todo el corazón y la concentración posible. Y las cosas se estaban dando, había una intensidad tremenda, un partido eléctrico que llegaba con empate al minuto 60. El objetivo no era otro que la resistencia, quizá cazar un ataque y hacer la alegría aún más redonda. Una hora estuvieron corriendo, mordiendo, dejándose hasta el último aliento. Entonces llegó Jurado.

Es canterano del Real Madrid y jugador del Espanyol, motivos suficientes para dejarse la piel en este encuentro. También es un jugador que a veces desconecta. Estaba en una banda, en una posición cómoda aunque algo presionado. Lejos de la portería rival, pero también de la propia. Decidió que el mejor recurso para sacar el balón de encima era darle con el exterior, hacia atrás, al medio. Ningún tribunal futbolístico le declararía inocente ante tal despropósito. Le cayó el balón a los pies a Luis Suárez que, solo como estaba, fusiló a Diego López. El uruguayo podía hasta dudar si volverse y celebrar la asistencia con Jurado.

El castillo de naipes se derruyó con un golpe de viento. La estrategia era correr y resistir, y no queda nada que resistir cuando se va perdiendo. Tampoco había plan b, porque los recursos que tienen los pericos son, evidentemente, inferiores a los del Barcelona. La intensidad, el cansancio de todos esos minutos, no había servido de mucho en esta ocasión.

A partir de ahí llegó la cascada que terminó en tres goles, a todas luces excesivo castigo por lo visto en el partido. Rakitic marcó el segundo tras un gran pase de Messi. Y Luis Suárez se aprovechó de otro fallo de juvenil para anotar el tercero. En esta ocasión fue Aaron el que le sirvió en bandeja el gol, al ser incapaz de despejar un balón que tendría que haber sido súmamente sencillo.

El uruguayo llevaba cinco partidos sin marcar, lo cual es un extraño en su carrera. Él es un goleador colosal y estaba un poco de capa caída, agotado en estos últimos pasos de la temporada. El Barcelona nota su caída, pues pocos jugadores tiene más fiables. Sin estar perfecto, como demostró en Cornellá, puede marcar goles igualmente. Porque donde no le llegan los pulmones sí lo hace la capacidad para estar donde un delantero tiene que estar.

La Liga sigue viva

Para el Espanyol el drama es la derrota, también la goleada. La ilusión de sus aficionados, que viven rodeados por todas partes de barcelonismo, es que el día de autos todo salga bien. Lo cual, por otro lado, no suele pasar. No son dos clubes que compitan por las mismas ilusiones. Aunque los blanquiazules estén creciendo poco a poco, impulsados por el dinero chino, es prácticamente imposible que este no siga siendo uno de los derbis más desiguales del mundo. Si un jugador del Barcelona hubiese tenido el fallo de Jurado, que todo es posible en esta vida, la sensación después del gol hubiese sido muy diferente. Porque cuando eso ocurrió rápidamente se supo que todo el pescado estaba vendido y no habría remontada. La diferencia es esa.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Sí, a Isco le viene grande este Madrid (y encajaría en el Barça post-Luis Enrique)

Kike Marín

La guerra del Espanyol era también la del Real Madrid, que cuando mira el calendario de su rival sabe que va a tener que ganar todo lo posible para ser campeón de Liga. El Barcelona, con sus altibajos, ha llegado a mayo bien, incluso podrá descansar si es necesario, porque no hay Champions League de por medio que pueda despistar. Bendito despiste, dicen en el Bernabéu. Sí, pero despiste al fin y al cabo.

La mayor esperanza blanca se demostró fútil, porque el hermanamiento con el Espanyol o la rabia que el rival del Barcelona guarda en este enfrentamiento no fueron suficientes para hacer descarrilar a los azulgrana. No hay engaño en todo esto, Luis Enrique, que se va a final de temporada, tiene solo una manera de marcharse con buen sabor de boca. Y esa es ganar una Liga que unas cuantas veces han visto perdida, la última de ellas hace solo una semana, en el clásico, un minuto antes del gol de Messi que terminó dándoles la victoria.

Los aficionados espanyolistas, que se saben salvados desde hace jornadas, no ganaron la batalla más soñada. Ahora les queda ir a la cafetería el lunes y esperar las mofas de la abrumadora mayoría de los parroquianos. Porque la desigualdad en el campo es casi tan grande como la social, la brecha entre un equipo que es hegemónico y otro que tiene algo de religión para iniciados, solo unos pocos, siempre diferentes. La maravillosa minoría, que se duele. La misión fue fallida.

Ficha técnica

0. RCD Espanyol: Diego López; Javi López, David López, Diego Reyes, Aarón; Jurado, Fuego (Marc Roca, min.79), Víctor Sánchez, Piatti (Hernán Pérez, min.66); Gerard Moreno y Caicedo (Baptistao, min.61).

3. FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Rakitic, Busquets, André Gomes (Mascherano, min.78); Messi, Neymar y Luis Suárez.

Goles: 0-1, min.51: Luis Suárez. 0-2, min.77: Rakitic. 0-3, min.87: Luis Suárez.

Árbitro: Undiano Mallenco (del comité navarro). Amonestó a Gerard Moreno (min.14), Aarón (min.58) y Fuego (min.68).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Cornellà-El Prat ante 31.708 espectadores.