Isco sigue haciendo en el campo todo lo posible para quedarse en el Real Madrid

A Isco nadie le ha dicho que no cuenta con él. Nunca en las cuatro temporadas que acumula en el Real Madrid alguien se le ha acercado y le ha dicho, con cara de circunstancias, que no tiene sitio en el equipo y que, muy a su pesar, deberá buscar su lugar en otra parte, abriéndole así un abanico inmenso de clubes donde podría triunfar a espuertas. Al contrario. A partir del verano de 2014 y, de ahí, constantemente hasta nuestros días, el entrenador que ha tenido, que han sido tres diferentes, le ha comunicado que es una pieza importante de la plantilla y que no tiene por qué mirar fuera cuando está en el mejor club del mundo, que qué necesidad hay de irse, que en Madrid se vive muy bien y esas cosas. Lo que le importa, lo deportivo, eran siempre mensajes de amor.

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Una vez empezaba a rodar el balón con cosas importantes en juego, la realidad le daba el golpe de gracia que ya se esperaba. Pasaban las semanas y cuando había un duelo de especial trascendencia y todos estaban sanos, el chico de Arroyo de la Miel empezaba el partido en el banquillo. Posteriormente, cuando se torcía el resultado o se trataba de mantener una ventaja, el técnico en cuestión echaba mano de sus servicios y, por lo general, el jugador cumplía honrosamente con su cometido. En ocasiones, incluso, realizaba tal demostración de calidad que dejó embelesada a la grada del Bernabéu, que lo aprecia como uno de los suyos, pues entiende que esa calidad es rara de encontrar.

La última ocasión en la que tal cosa ocurrió fue este mismo sábado. El Madrid está echando todo el carbón del que dispone para que el motor funcione en la Champions League, que es, al fin y al cabo, donde se va a encontrar los rivales más complicados y cuyo premio final se saborea más en Chamartín. Eso origina que en los partidos de la Liga, más en particular en los que el Madrid se enfrenta a equipos de la zona media-baja de la clasificación, Zidane esté optando por utilizar lo que se conoce como la segunda unidad, en la que se incluye Isco. E Isco juega y aporta. A Zidane le está yendo bien. Sufre, pero gana, que es lo que cuenta. E Isco en Gijón hizo un partido excepcional.

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El problema surge cuando el próximo martes el Madrid juega contra el Bayern en el Bernabéu y el sábado contra el Barça en el mismo escenario y la lógica invita a pensar que en ninguno de los dos encuentros estará Isco entre los once elegidos. Es bastante más factible, dentro de lo improbable, que pueda ser titular en Champions ya que Bale es difícil que llegue en plenas condiciones, solo que Isco en esta Copa de Europa ha disputado 77 minutos, es decir, no ha sido casi nunca opción para Zidane en esta competición, sí lo han sido James y Asensio, en cambio. Y si Bale llega bien al Clásico no duden que será de la partida. E Isco tendrá que esperar una vez más a que se tuerzan las cosas o a tener que manejar el 'tempo' para controlar una ventaja.

"Yo me quiero quedar aquí"

Esos son los partidos que Isco quiere jugar. No quiere ser importante ante equipos que se juegan el descenso, sino contra los que optan a quitarle los títulos al Madrid. Para eso fichó por el equipo blanco en 2013 y por eso se ha quedado todos estos años teniendo innumerables opciones para salir y ser titular indiscutible. Por eso y porque es el Madrid, claro. "He dejado claro que quiero estar aquí muchos años; no sé por qué a la gente le sorprende que quiera jugar más. Si no creyese que lo merezco, no lo diría. Yo dije que me quiero quedar en el Madrid y seguro que el club y yo vamos a tomar la decisión correcta a final de temporada. Quiero seguir aquí y voy a hacer lo posible por seguir", dijo el malagueño en la zona mixta de El Molinón.

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Su declaración de intenciones es evidente, aunque contraria a la idea que lanzó al aire hace unas semanas. "Quiero ser titular en el Real Madrid, pero si aquí no puedo, no tendría problema en buscar una salida", dijo después de hacer otro buen partido contra el Espanyol. Es muy diferente decir "quiero seguir" a "quiero ser titular". El matiz no es pequeño, pero él cree que la prensa ha malinterpretado sus palabras. "Más que informar, lo que interesa es vender", espetó.

Lo ha intentado durante cuatro temporadas y hasta el momento nunca ha tenido esos galones en el equipo madridista y nada indica que en el futuro próximo su situación vaya a cambiar. O sea, la próxima campaña, si sigue en el club tras firmar su renovación (recordemos que acaba contrato en junio de 2018, por lo que en enero del próximo año ya podría negociar su marcha con cualquiera con libertad), seguirá siendo segunda opción, cuando no tercera o cuarta. Y sin embargo, seguirá escuchando el mensaje alentador como el que le lanzó Zidane en Gijón.

"Con todos me siento injusto y eso va a pasar siempre porque son 24 jugadores que pueden jugar en cualquier sitio. Al final es la dificultad de este cargo. Puedes preguntar a cualquier entrenador. Lo más difícil es meter a jugadores muy buenos de vez en cuando en el banquillo. Me quedo con lo positivo porque esto no va cambiar. Tengo que tomar decisiones, hacer el equipo, pero estoy muy contento con su partido. Su sitio es el Madrid, como siempre he dicho. Y hoy ha demostrado con su actuación que es un grandísimo jugador". Pero volverá a dejarlo en el banquillo en cuanto tenga oportunidad. Y no es que Zidane lo haga mal, le ha ido muy bien así. El mismo Isco lo reconoció: "No lo consideraría injusto, el 'míster' hace lo mejor para el equipo y su labor es extraordinaria". Otra cosa es que para él sea suficiente ser cola de león.