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Zidane queda señalado y mantiene vivo el debate que abrió sobre su continuidad
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"hay que preguntar a alguien más", afirmó

Zidane queda señalado y mantiene vivo el debate que abrió sobre su continuidad

El Madrid camina por buenos derroteros, se mantiene líder y vivo en la Champions, pero la sensación de que Zidane no está cumpliendo los objetivos pese a todo es palpable

Foto: Zidane no pudo ganar el derbi. (Reuters)
Zidane no pudo ganar el derbi. (Reuters)

A Zidane no se le pueden achacar muchas cosas en este año y pico que lleva como primer entrenador del Real Madrid. Alguien dirá que no ha alcanzado ese nivel de excelencia que su jefe supremo exigió en los años galácticos para estar contento mientras los títulos los ganaban otros. Cierto es, pues el Madrid no juega bien casi nunca. Pero resulta innegable que cuando se enfrenta a un toro bravo, como bien es el Atlético de Madrid, las prestaciones del equipo blanco se acercan a lo que se le pide. Juega más o menos bien, no siempre con lucimientos generales, y casi siempre acaba sumando la victoria. Otros creerán que ha fracasado intentando que James e Isco encajen y no se enfaden. O que no va a ganar el Triplete. Pero la cosa es que Zidane ha hecho prácticamente todo lo que se le ha pedido en su puesto.

Foto: Griezmann celebra el gol del empate. (EFE)

Y sin embargo, la idea de que Zidane no está hecho para entrenar al Madrid está muy extendida. Se le consideró desde que empezó en el Castilla como un entrenador creado por Florentino Pérez, que no tenía al principio ni el carné y que después no daba la talla. Subió al primer equipo y se dijo que era por ser el ahijado no reconocido del presidente. Ganó la Champions League y se siguió dudando de su potencial. Estuvo 40 partidos sin perder y ahora es más líder tras el golpazo del Barça en Málaga y está vivo en el camino hacia Cardiff y aquí no ha convencido a nadie.

Foto: Pepe celebra el gol marcado en el derbi. (Reuters)

Entendiendo este concepto que se tiene sobre el francés es a su vez comprensible que hable de su continuidad, la cual no está en absoluto garantizada, ni siquiera para Florentino, que si no se obtiene lo deseado no tiene piedad de nadie. No la tuvo ni con Vicente del Bosque, que tenía como salvaguarda dos Champions y dos Ligas, la última ganada el día antes de ser despedido. A Ancelotti lo salvó Ramos en el 93', porque la Copa no tenía peso suficiente como para mantenerlo de pie en el Bernabéu. Y la ristra de técnicos que se han ido porque no han ganado es larga de contar.

El derbi estuvo muy cerca de ser la confirmación, una vez más, de que el Madrid, con Zidane, siempre rinde cuando debe. Lo hizo durante 76 minutos, los mismos en los que estuvo Toni Kroos sobre el césped del Bernabéu. Sin que fuera un gran partico del interior alemán, su salida supuso un desajuste en el centro del campo que permitió al Atlético, medio muerto en vida, encontrar una bocanada de aire de la que respirar y seguir de pie, con opciones a todo. Zidane buscó con Isco dotar a su medular de mayor control del balón y verticalidad para buscar los contragolpes, algo que no ocurrió en ningún momento. Koke se erigió como el jefe del medio y a partir de ahí, el Madrid fue el de las malas noches.

"Siempre cuando hay un resultado negativo se pueden mirar los cambios pero el de Pepe era obligatorio y al final quería meter a Isco defendiendo a la izquierda y teniendo el balón. Ya está. No interpretamos muy bien los últimos minutos en los que había que defender juntos", justificó el entrenador en la rueda de prensa posterior. Quiso darle minutos al malagueño y descanso a Kroos, pero no le funcionó.

Foto: Zinedine Zidane durante el partido ante Las Palmas.

De Chamartín volaron dos puntos que habrían supuesto una victoria fundamental en el objetivo de conseguir el campeonato de Liga, el único torneo que es obligatorio ganar. Mantenerse en lo alto de la clasificación hasta el final podría desequilibrar la balanza definitivamente a favor de su continuidad, de lo contrario le quedarían pocas razones para convencer a su presidente, ni que haya sido su ojito derecho durante 16 años.

Que ni el propio Zidane sepa si va a poder entrenar a su plantilla a partir de verano y señale al que manda ("Le tienes que preguntar a alguien más") es el indicativo más evidente de que todo depende de lo que gane a final de temporada. No hay mayor motivo para firmar una ampliación de contrato que la calidad de los títulos sumados al palmarés madridista. En julio, con la pretemporada recién arrancada, la conjura del vestuario por el Triplete se hacía palpable ya que es lo único que le falta a este club. Ha ganado mucho, pero nunca ha ganado todo a la vez.

El transcurso de los meses ha colocado al equipo donde le correspondía, esto es, eliminado de la Copa y con todavía dos frentes abiertos con plenas opciones. Es decir, el Madrid camina por buenos derroteros, pero la sensación de que no se están cumpliendo los objetivos pese a todo es palpable. Y aun con esto, no lo van a cambiar: "Voy a mantener la sonrisa hasta final de temporada". Luego ya veremos.

A Zidane no se le pueden achacar muchas cosas en este año y pico que lleva como primer entrenador del Real Madrid. Alguien dirá que no ha alcanzado ese nivel de excelencia que su jefe supremo exigió en los años galácticos para estar contento mientras los títulos los ganaban otros. Cierto es, pues el Madrid no juega bien casi nunca. Pero resulta innegable que cuando se enfrenta a un toro bravo, como bien es el Atlético de Madrid, las prestaciones del equipo blanco se acercan a lo que se le pide. Juega más o menos bien, no siempre con lucimientos generales, y casi siempre acaba sumando la victoria. Otros creerán que ha fracasado intentando que James e Isco encajen y no se enfaden. O que no va a ganar el Triplete. Pero la cosa es que Zidane ha hecho prácticamente todo lo que se le ha pedido en su puesto.

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