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Tras el 'show' de Piqué llega lo que cuenta: la lucha por La Liga
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Tras el 'show' de Piqué llega lo que cuenta: la lucha por La Liga

Una semana enredada entre valores y declaraciones termina con el Madrid y el Barcelona jugándose La Liga. Los blancos contra el Alavés sin Ramos, los azulgrana en Granada sin Messi ni Piqué

Foto: Pique y Luis Enrique. (Reuters)
Pique y Luis Enrique. (Reuters)

La última jornada disputada de la Liga Santander queda lo suficientemente lejos para haber sido borrada de la memoria. Lo que pasó en ella se ha difuminado y perdido relevancia, pero el campeonato vuelve de nuevo, cargado de historias y, sobre todo, de declaraciones. El tiempo de selecciones es un hiato en la pasión de los aficionados, que en la primavera solo entienden de sus clubes como pasión. No han tenido la dosis de su fútbol favorito en quince días, pero a cambio han podido divertirse al ver cómo algunos de sus ídolos se tiraban al barro de las declaraciones altisonantes. Y eso siempre tiene eco.

Fue, una vez más, Gerard Piqué. Cuando el central va a la Selección española siempre recuerda sembrar algo de cizaña a su alrededor, a ver cuántos muerden su anzuelo en forma de provocación. En este caso el regalo era, cómo no, al eterno rival: "A mí lo que no me gusta del Madrid son los valores que transmite. A los jugadores de este vestuario que visten la camiseta del Madrid los aprecio muchísimo, incluso alguno es mi amigo. Lo que no me gusta del Madrid es ver las personalidades que hay en el palco y cómo mueven los hilos de este país. La señora que imputó a Messi, a Neymar, y que hace un trato diferencial de Cristiano, se sienta al lado de Florentino Pérez en el palco y no pasa nada. Ya sabemos cómo funciona esto. Eso es lo que transmite el Madrid".

Boom. Ahí lo dejó Piqué, como si no supiese la tormenta que vendría con esa andanada. La parte técnica, la que compete a la Abogacía del Estado, fue respondida en El Confidencial por Edmundo Bal Francés. En realidad Piqué, que tampoco es un gran experto en derecho que se sepa, hablaba de oídas. Y de parte, porque las sentencias contra Messi o la asunción de culpa de su propio club no son cosa de la Abogacía del Estado sino de los tribunales de Justicia. Eso, claro, era menos conveniente para su discurso. Posverdad pura.

Salió primero Ramos, un poco confundido porque las declaraciones le pillaron de sopetón, a decir que en todos los palcos se mueven hilos. Luego Cardoner, vicepresidente del Barcelona, a explicar que su jugador tenía razón y que ellos están siempre "al lado de la verdad". Quedaban, por supuesto, los entrenadores para entrar en este chiringuito. Y eso tocó en la previa de los partidos, con una nueva estrella del día: Luis Enrique.

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GRA134. SANT JOAN DESPÍ (BARCELONA), 27 12 2016.- El técnico del FC Barcelona, Luis Enrique, durante la rueda de prensa posterior al entrenamiento realizado hoy por la plantilla azulgrana en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, previo al partido de mañana ante el Granada. EFE Andreu Dalmau

El capote de Luis Enrique

El técnico del Barcelona no es, ni mucho menos, un entusiasta del Real Madrid. Club en el que, aunque lo haya intentado olvidar, militó unas cuantas temporadas. En el palco del Bernabéu podrían decir que no hay peor cuña que la de la misma madera. La manera de relacionarse con el mundo y con la prensa de Luis Enrique es un tanto peculiar. Siempre parece hastiado, lejano de todas las preguntas y trata de contestar el mínimo posible. En sus pocas palabras, sin embargo, suelen aparecer grandes titulares. En este caso tocaba uno para subir el envite de Piqué. "¿Los valores del madridismo? Soy más radical que Piqué, mejor no me pronuncio".

Si se tiene en cuenta que Piqué no se quedó corto en sus palabras, la insinuación de Luis Enrique, que viene a decir que su jugador fue hasta amable con el Madrid, hace pensar lo peor sobre el tema.

Zinedine Zidane, por supuesto, tenía también que meter cuchara en este tema. En su caso tenía varios fuegos que intentar sofocar. El de Piqué y el de Raúl, que en realidad es el que generó toda esta película. El histórico jugador blanco fue preguntado si trabajaría para el Barcelona y no lo negó tajantemente. Motivo suficiente para que se desencadenara un diluvio, con madridistas -de los que reparten carnets- negando el madridismo de uno de los mayores goleadores de la historia blanca. De ahí viene la pregunta que aprovechó Piqué para cuestionar los valores del club blanco, aunque es probable que al jugador le hubiese valido también una sobre el tiempo en París para entrar al trapo.

Foto: Modric durante un partido en el Bernabéu. (Cordon Press)
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Bien, Zidane lo primero que hizo fue defender a su excompañero que, además, ha anunciado esta semana que volverá a formar parte del Real Madrid en próximas fechas. "Yo no dudo del madridismo de Raúl, me alegro de que vuelva", contaba el autor del segundo gol en la novena Champions del club blanco, un partido que ganó gracias a ese gol... y a otro del propio Raúl. "Esta es su casa, cómo acabará aquí no puedo decirlo, lo comentará él cuando esté, pero puede acabar como entrenador porque le gusta mucho el fútbol, es un enfermo del fútbol y puede acabar entrenando", elogió el francés. Él, eso sí, dijo que no entrenaría al Barcelona. Para marcar distancias.

Solventado el trámite del excompañero tocaba hablar del tema de la semana, el circo de los valores. La táctica del entrenador del Madrid, en este caso, era escurri rel bulto en la medida de lo posible pero recordando que trabaja en una institución, en su opinión, intachable: "A mí me da igual lo que digan, es solo para dar que hablar pero me da igual porque lo que me interesa es solo lo que podemos hacer en el campo, lo que transmitimos. Sabemos la imagen que tenemos y nadie la va a discutir. Este club es muy grande y con todo lo que pueden hablar no lo van a cambiar. Todo lo que voy a decir es que el Madrid es un club muy grande y serio. Con dos palabras acabo el tema".

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Vuelve el fútbol

¿Y el fútbol? Porque al final, de eso se trata. Las declaraciones de Piqué tienen un contexto, y es que su equipo y el Real Madrid se están jugando La Liga con ligera ventaja para los blancos. El resto de rivales, especialmente después del reciente bajón del Sevilla, parecen haber claudicado ya. Al Barça le quedan diez partidos, a los blancos once, porque tienen uno atrasado.

La primera reválida del Madrid es contra el llamativo Alavés, a las 16.15 de este domingo. Juegan en casa y una victoria les mantendría una semana más en la primera posición. Para conseguir el resultado soñado no podrán confiar esta vez en un cabezazo salvador de Sergio Ramos, pues el de Camas descansará. "Ramos va a descansar porque es una decisión del mister, ha jugado mucho y como siempre para nosotros todos los jugadores son muy importantes. Mañana descansa porque es una decisión mía y no digo más sobre quien jugará". explicó el francés, que no quiso dar más datos de la alineación. Empieza el mes de abril en el que el Madrid tendrá encadenados el Atlético, el Barcelona y dos partidos contra el Bayern de Múnich. Cómo para no tomárselo en serio. No es el único descanso, Marcelo y Keylor Navas también se quedaron en Madrid.

En el Barcelona, que tampoco tiene un calendario sencillo, probablemente descansará el protagonista de la semana, Gerard Piqué. Tiene cuatro cartulinas amarillas y si viese la quinta se perdería el partido contra el Sevilla, que es fecha en rojo en las próximas semanas de los azulgrana. Tampoco estará Messi, que está sancionado, ni Arda para suplirle. La victoria en Granada es una necesidad absoluta para los azulgrana, que no pueden permitirse más tropiezos en su afán por alcanzar al Real Madrid.

La última jornada disputada de la Liga Santander queda lo suficientemente lejos para haber sido borrada de la memoria. Lo que pasó en ella se ha difuminado y perdido relevancia, pero el campeonato vuelve de nuevo, cargado de historias y, sobre todo, de declaraciones. El tiempo de selecciones es un hiato en la pasión de los aficionados, que en la primavera solo entienden de sus clubes como pasión. No han tenido la dosis de su fútbol favorito en quince días, pero a cambio han podido divertirse al ver cómo algunos de sus ídolos se tiraban al barro de las declaraciones altisonantes. Y eso siempre tiene eco.

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