Jugar bien no le sirve de nada al Atlético, lo único que vale es "apretar más el culo"

Que este Barça, el de hoy en día, le tenga tan cogida la medida a un club debería resultar, cuanto menos, desalentador para la víctima. Un Barcelonta tristón, desorientado en sí mismo y que da cierta pena ver jugar ha superado nada menos que al Atlético de Madrid tanto en Copa como en Liga y la reiteración de esta superioridad culé sobre los colchoneros no puede ser ya simple fruto de la casualidad. El Atleti sabe que si juega contra el equipo azulgrana, lo normal será que se pierda, y por 1-2 si es en el Calderón, resultado más típico entre estos dos conjuntos últimamente. Luego claro, llega la Champions y la historia es bien distinta, pero en Liga y Copa, la historia la escribe el Barça.

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J. Garrido

La cuestión que surge de esta serie de resultados salta a la vista: ¿es tan inferior el Atlético al Barça? Ateniéndonos a los resultados, es irrefutable que sí. Dos victorias culés y dos empates son una muestra suficientemente amplia que asegura el dominio barcelonés. Pero bien distinta sería la apreciación si hiciéramos más caso a lo visto sobre el césped que al número de tantos anotados por uno y otro equipo. En este sentido, veríamos que en el cómputo global de los cuatro enfrentamientos entre ambos, el Atlético ha sido superior en, al menos, tres de esos partidos.

Sirva de paradigma este último choque. Durante 45 minutos, el Atlético de Madrid fue dueño y señor del partido. Desde que el equipo entendió cómo atacar a la defensa de tres de Luis Enrique, para lo cual se necesitaron algo menos de diez minutos, estableció una línea de presión férrea a través de la cual se adueñó del balón y trató de hacer daño sobre Ter Stegen de manera continuada, evitando con ello que el Barça pudiera hacer lo propio sobre Oblak. Atacar y no ser atacado, es más o menos lo que todo entrenador busca conseguir de los jugadores que entrena. Y el Cholo, especialista en justo lo contrario, intimidó al Barça. Pero no tuvo la fortuna que sí encontraron los visitantes en forma de goles.

Lo mismo pasó en la vuelta de Copa del Rey en el Camp Nou, y en la segunda parte de la ida, y en la segunda parte del partido de la primera vuelta de Liga. Un Atlético dominante desde el balón, generando peligro en la portería contraria y no concediendo en la propia. Y pese a ello, las decepciones se han ido acumulando hasta que han confirmado el adiós del Atleti a la Copa y al título de Liga de manera definitiva... y empezar a preocuparse por mantener la cuarta plaza, ya no la tercera.

A Saúl se le veía cabreado al final del partido. A él y a toda la expedición del Atlético de Madrid, en realidad. A Simeone se le hizo larga la rueda de prensa y eso que duró mucho menos de lo habitual y tiró de monosílabos un par de veces. Pero el centrocampista canterano estaba tocado. Cualquiera diría que estaba deseando liarse a tortas con un saco de boxeo para descargar toda la rabia que contenía en su interior. A él no le hace tilín la idea de que el Atleti haya sido mejor que el Barça, no le inspira ninguna sensación positiva, más bien al contrario. "No nos ha servido ser mejores, lo que importa es ganar y si haciendo buenos partidos no nos da, habrá que apretar más el culo".

Ciertamente, al Atlético no le ha funcionado jugarle así al Barça, por muy contradictorio que parezca esta afirmación a tenor de los resultados. Siempre que ha salido a verlas venir se ha visto superado sin miramientos, quedándose sin la más mínima opción de ganar. Le ocurrió, sin ir más lejos, en los primeros 45 minutos de la ida de Copa, donde se echó para atrás y fue vapuleado y pudo marcharse al descanso con un resultado mayor que ese 1-2 final. Eso hizo que la reacción en el segundo tiempo no sirviese de nada.