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Tres golazos del Atlético salvan la cuarta plaza, pero no despejan las dudas
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el celta ganaba 1-2 en el minuto 86

Tres golazos del Atlético salvan la cuarta plaza, pero no despejan las dudas

El conjunto rojiblanco salvó —gracias a los postreros goles de Carrasco y Griezmann en los últimos minutos— un partido que tuvo perdido y se mantiene en plazas de acceso a la Champions League

Foto: Griezmann celebra el gol del triunfo. (JuanJo Martín/EFE)
Griezmann celebra el gol del triunfo. (JuanJo Martín/EFE)

El fútbol no tiene nada de ciencia exacta. A veces, es una moneda al aire que, como la que decide quién saca y dónde se juega, determina si unas veces se gana y otras se pierde. No por hacer algo en especial se puede llegar a garantizar una victoria, ni por errar sistemáticamente se podrá dar por perdido un partido. Hace apenas unos días, el Atleti hizo todo para ganar en el Camp Nou, quizás incluso lo suficiente para ser el equipo que se clasificaba para la final de la Copa del Rey, y, sin embargo, no encontró la fortuna con la que sí se topó de vuelta a casa, en el Calderón, contra el Celta de Vigo. Cómo necesitaba este Atleti una alegría de las de verdad, de las que tienen un significado importante.

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La temporada se le está haciendo larga al Atleti, y todavía queda casi toda la segunda mitad. A falta de unos cuatro meses todavía de competición por delante, el club rojiblanco se ha quedado ya sin dos títulos y solo le queda luchar por el más complicado de todos, la Champions League. Y de seguir manteniendo la línea irregular actual, puede que ganar por fin la Copa de Europa sea su manera de volver a disputarla la próxima campaña. Ganar al Celta, que tampoco es que esté para tirar cohetes (también eliminado de Copa y lejos de puestos europeos), le ha mantenido entre los primeros cuatro puestos de la clasificación, haciendo valer que ahora el único objetivo real del equipo es mantener ese lugar y aspirar, obviamente, a evitar la ronda previa como cuarto.

El Atleti jugó bien desde el principio, algo que solo ha hecho una vez en las últimas semanas, en el Camp Nou contra el Barça, precisamente. Pero en un momento de la temporada se produjo un cortocircuito en el equipo del Cholo que lo ha convertido en un flan tremendamente inestable, que puede caer en cualquier momento, o ganar en cualquier situación, o no jugar a absolutamente nada o hacer un partido soberbio sin premio. Es inescrutable. Es precisamente lo contrario a lo que solía ser este conjunto, caracterizado durante años por la capacidad para ser regular que envidiaría cualquier otro club europeo, incluso los más grandes de las más grandes ligas. Ahora, esa inestabilidad le hizo quedarse momentáneamente fuera de la Champions y solo un golpe de efecto final lo devolvió al lugar en el que quiere estar.

El partido fue como el Atleti: inconstante. Qué poco tuvo que ver la primera parte con la segunda. La primera fue de esas que enganchan a cualquiera al televisor. No había momento en el que no sucediese algo que resultase trascendente para el transcurso del encuentro. Ninguno de los dos equipos hicieron una revolución en el once pese al partido intersemanal, por lo que el espectáculo se ofreció con prácticamente lo mejor de cada casa. Empezó perdiendo el Atleti, pero se recuperó como si nada hubiera pasado y se mantuvo con el dominio, al menos en cuestión de sensaciones, sobre el partido, el cual solo perdió cuando el cansancio empezó a aparecer en las piernas de los jugadores.

A Moyá nadie le puede reprochar nada en estas semanas que lleva como titular. Su comportamiento en el vestuario durante el tiempo en el que ha estado a la sombra de Oblak ha sido intachable, y una vez ha vuelto entre los palos ha ofrecido un rendimiento acorde al que recordaban los seguidores colchoneros de su primera temporada. Y aun así, un error de un portero es inmensamente más decisivo que el de cualquier otro jugador de campo. A los cinco minutos no despejó bien un córner. De hecho, lo hizo tan mal que el balón fue directo a la cabeza de Cabral. El Atleti ya perdía. Fantasmas. Malos pensamientos. Tensión en el Calderón. Pero, como siempre, esperanza.

Nadie tiene más esperanza que Torres en el Atleti. Y nadie inspira más confianza al graderío que el '9'. Que haya estado muchísimo tiempo sin marcar y a veces sin jugar no le ha restado ni un poco del cariño de su afición, que le idolatra. Él quiere seguir en el Atleti hasta el fin de su carrera, pero no lo tiene fácil. En realidad, lo único que le queda es aprovechar el tiempo que le dé el Cholo, que parece que cada vez va a ser más. Volvió a ser titular, volvió a marcar (qué golazo) y volvió a ser el mejor de su equipo. ¿Qué más puede hacer? Bueno, pues acertar en lo que casi nadie acierta en su equipo: el lanzamiento desde el punto de penalti. El Atlético ha lanzado nueve esta temporada y solo ha marcado seis. Torres tampoco lo hizo. Cómo habría cambiado el partido con ese gol.

No es que el Celta no mereciese la victoria, pero es verdad que tampoco hizo mucho por buscarla en el segundo tiempo. Como su adversario, concentró todas sus virtudes en el primer tiempo, en el que marcó y se encontró con un palo, y después hizo relucir los desajustes defensivos de un Atleti roto, partido por la mitad. Tuvo dos contragolpes en superioridad numérica y aprovechó Guidetti el segundo. Berizzo quiso amarrar el partido con el Chelo Díaz, e involuntariamente consiguió lo contrario.

Al Atleti, como ya le pasara en la ida contra el Barça, lo envalentonó la contrariedad. Le van los retos. Aquel día, la moneda salió cruz. Esta vez, la suerte sonrió. Y como dijo un sabio, "cuanto más trabajo, más suerte tengo". El Atleti se volcó contra Sergio y encontró el premio a la voluntad con dos golazos en dos minutos. El empate de Carrasco, silbado por un sector del público, y el gol del triunfo de Griezmann a pase de Gameiro. Para eso está el '7'. No apareció en todo el partido, lo hizo cuando debía.

Ficha técnica

3 - Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran (Vrsaljko, m. 46), Savic, Lucas, Filipe; Koke, Gabi, Saúl (Correa, m. 71), Carrasco; Griezmann y Torres (Gameiro, m. 75).

2 - Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Radoja, Pablo Hernández, Jozabed (Wass, m. 63); Aspas (Marcelo Díaz, m. 84), Guidetti y Sisto (Bongonda, m. 68).

Goles: 1-0, m. 5: Cabral. 1-1, m. 11: Fernando Torres. 1-2, m. 77: Guidetti. 2-2, m. 86: Yannick Carrasco. 3-2, m. 87: Griezmann.

Árbitro: Hernández Hernández (C. Las Palmas). Amonestó al local Gabi (m. 90) y al visitante Guidetti (m. 41).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de LaLiga Santander disputado en el Vicente Calderón ante unos 35.000 espectadores.

El fútbol no tiene nada de ciencia exacta. A veces, es una moneda al aire que, como la que decide quién saca y dónde se juega, determina si unas veces se gana y otras se pierde. No por hacer algo en especial se puede llegar a garantizar una victoria, ni por errar sistemáticamente se podrá dar por perdido un partido. Hace apenas unos días, el Atleti hizo todo para ganar en el Camp Nou, quizás incluso lo suficiente para ser el equipo que se clasificaba para la final de la Copa del Rey, y, sin embargo, no encontró la fortuna con la que sí se topó de vuelta a casa, en el Calderón, contra el Celta de Vigo. Cómo necesitaba este Atleti una alegría de las de verdad, de las que tienen un significado importante.

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