Un Valencia sin rumbo usará el 'caso Parejo' para ejemplarizar

El vídeo comenzó a circular por las redes a la velocidad de la luz, en la misma medida que un nuevo incendio se propagaba por todos los rincones de una institución que sigue caminando sin rumbo. Salieron a la superficie unas imágenes de Dani Parejo en una discoteca y la convulsa vida del Valencia volvió a alterarse. El mediocampista emitió un comunicado de disculpa, la institución le instó a comparecer ante los medios −sin preguntas− y Cesare Prandelli cerró la agitada mañana de este martes no citando al jugador para el partido de Copa del Rey que enfrentará a su equipo con el Leganés. "Es una chiquillada", espetó el técnico italiano, mientras el club medita ejemplarizar con este caso.

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El Confidencial

La idea de los dirigentes del Valencia es imponer una fuerte sanción al futbolista madrileño, con el fin de enviar un claro mensaje al vestuario valencianista. Dani Parejo será multado, tratando así los altos ejecutivos de la entidad demostrar su autoridad ante el resto del vestuario. Lo que sucede es que el desafecto cada día que pasa es mayor entre los que moran el vestuario y los que dirigen una institución que camina a la deriva desde hace ya mucho tiempo. La tensión es creciente, con una presidenta, la mano derecha de Peter Lim, que no es capaz de conectar con el grupo. Cada discurso, público o interno, de Layhoon Chan, lejos de unir consigue el efecto contrario.

El episodio de Dani Parejo ha puesto de manifiesto el desorden reinante en el Valencia. Cada paso que se da a nivel institucional sólo sirve para perturbar el entorno. Este martes por la mañana, a primera hora, cuando el vídeo en cuestión arrasaba las redes, ya se encargó un alto ejecutivo de agitar al colectivo, enviando el material a compañeros del mediocampista. Curiosamente, algún mensaje tuvo como destinatario a alguien que estaba a escasos metros de Parejo la noche de autos, a la misma hora y en el mismo lugar. El mensaje de "estas cosas no se pueden consentir", palabra más, palabra menos, que transmitió el dirigente no caló obviamente en un vestuario que no se fía de los que mandan.

La cruda y actual realidad del Valencia es que un buen número de futbolistas consideran que el proyecto en el que se han embarcado no navega de manera adecuada. Algo no está en orden cuando unos cuantos piensan más en vestir otra camiseta que en seguir defendiendo la blanca que lucen en la actualidad. Dani Parejo ya trató de emprender una nueva aventura en el Sevilla el pasado verano, pero Jesús García Pitarch le cerró las puertas, en privado y públicamente en una rueda de prensa subida de tono. Altanero entonces ante los medios, dijo que el jugador "está faltando al respeto al club y a su afición". Ahora habrá que ver cuál es el desenlace, cuando Prandelli ya ha manifestado que no hay ningún jugador intransferible.

Mientras, en el plano meramente deportivo, la distancia entre el colectivo de futbolistas y Prandelli cada vez es mayor. Anunció el estratega ante la prensa que espera cuatro fichajes para intentar sacar a flote al equipo tras las navidades. Echó un órdago a Peter Lim en su momento, exigiendo saber si el propietario invertiría dinero en este mercado invernal. Así será y llegarán nuevos efectivos, pero los que en la actualidad forman parte del plantel cada vez confían menos en los métodos de trabajo del técnico. Mucho tendrán que cambiar las cosas a partir de enero y serán los resultados los que marquen el destino del Valencia, pero en estos momentos los jugadores no están satisfechos con lo que ven.

El director deportivo del Valencia dijo hace unos días que nadie en el club había puesto el cartel de transferible a jugador alguno. "Nadie ha confeccionado lista alguna, quiero ser muy claro en esta cuestión", dijo Jesús García Pitarch. La realidad es otra y todo apunta a que algún componente la plantilla hará las maletas con el fin de hacer caja y dejar sitio a todos los que vengan. El delantero Simone Zaza (Juventus), el mediocampista Nemanja Maksimovic (Astana)... Los nombres de diferentes refuerzos asoman en el horizonte del Valencia, mientras otros se preparan para abandonar el equipo próximamente. Con el partido ante el Real Madrid, en Mestalla, aplazado por la participación del equipo blanco en el Mundial de Clubes, el mes de enero se presenta como trascendental para Prandelli y los suyos. Visitas a los estadios de Osasuna, Villarreal y Las Palmas, y partido en casa ante el Espanyol. Un mes para respirar o para todo lo contrario.