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El Barcelona no juega como antes, pero tiene la misma efectividad de siempre
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El Barcelona no juega como antes, pero tiene la misma efectividad de siempre

El equipo de Luis Enrique deja el balón al rival durante buena parte de los partidos, pero no le importa, porque la pegada, incluso sin Messi, sigue siendo tan superior que no hay comparación

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El Barcelona ha dejado de lado la filosofía, pero sigue abonado a la victoria. Tiene un potencial feroz, algunos de los mejores jugadores del mundo y, por descontado, recursos con los que el Sporting ni siquiera sueña. La pegada está presente y ganará partidos a mansalva, eso queda claro. También lo está que ya no es lo mismo. El equipo aquel de toque infinito y control total es parte del pasado. Se fue Guardiola, se fue Xavi, y aunque otras piezas siguen ahí los objetivos han cambiado y las maneras de conseguirlo también.

Hoy es otro equipo, mediatizado por un dibujo, el 4-3-3, que es menos adecuado que otros cuando lo que se pretende es controlar el mediocampo. De eso el Madrid puede hablar largo y tendido. Hoy el Barcelona es un equipo más vertical, confiado de que los de arriba, que son buenísimos, sacarán adelante todo lo que se necesite. En Gijón no estaba Messi, lesionado por exceso de trabajo, pero sí Suárez y Neymar. Un gol cada del uruguayo, dos de su socio,otro más de Rafinha e incluso uno de Ardafueron más que suficientes para borrar a los locales de su estadio. No dan para más.

El caso es que durante buena parte del partido el Barcelona no dominó. Sin sufrir, controlando los ritmos, dejó el balón al Sporting. Ya pasó algo similar contra el Leganés. Es un equipo que no dicta el encuentro pero sí lo tiene controlado. Un estilo más prosaico, alejado de las palabras del pasado, esas que se traducían en un juego preciosista y en un punto altivo fuera del terreno de juego, de cierto desprecio a todos aquellos que no podían llevar a cabo lo que ellos hacían, como si no hubiese otros modos de jugar a este deporte. Xavi Hernández, si mirase este 0-5, lo miraría con displicencia y pensaría "no era esto".

Funciona, al menos en estos partidos pedestres de mitad de temporada. La Liga Santander es lo que es, un baile en el que conviven los más poderosos con los que luchan por sobrevivir. El Sporting puede intentarlo durante décadas, pero lo más probable es que no encuentrela tecla que lleva a la victoria en un partido como este. El Barcelona, legañoso y un poco desconectado, tiene suficiente para golear.

No puede ser casualidad que este Barcelona, nuevo, diferente, con otros modos de soñar el fútbol, haya tenido todos los goles de jugadores extranjero. El equipo, poderoso, ha perdido la nota de la casa y aunque sigue teniendo un buen puñado de jugadores de la casa, lo cierto es que han perdido responsabilidades. No gobiernan, y el juego muta.

Dosificar minutos

Luis Enrique, y eso es un avance, ha decidido esta temporada que va a dosificar a sus jugadores. Se necesitan más datos para el estudio, pero por el momento parece concienciado de que no puede contar con solo doce hombres como hizo la temporada pasada. Luis Suárez fue sustituido cuando el partido estaba resuelto, pero no terminado. Le ha cambiado ya dos veces esta temporada, que son casi las mismas que lo hizo la temporada pasada entre todas las competiciones.

Ese no es el único cambio drástico, la alineación del Barcelona, por unos motivos u otros, estaba llena de cambios. Se parecía poco al Barça, pues Mathieuera el central titular, Digne dio descanso a Jordi Alba, estuvo presente Andre Gomes en lugar de Iniesta y Rafinha en el de Rakitic. Arriba jugó Arda, por Messi. A ese solo le mandarán al banquillo sus músculos, las lesiones.

En ese juego contundente del Barcelona hubo un jugador que demostró que tiene la finura suficiente para hacer del fútbol. Lo más curioso es su posición, lateral derecho. Sergi Roberto, nacido mediocentro, ha ido adaptándose a su nueva realidad. Es el titular en su puesto, también por ausencia de recambio. Juega muy bien y tiene el pundonor necesario para guardar sus espaldas y no pasar problemas. Cuando se proyecta al ataque, claro, demuestra ser un jugador con recursos. Será, en los próximos años, uno de los mejores centradoresde la Europa, pues su pie manda el balón exactamente donde se lo piden.

El Sporting, que era el rival, dio lo que tiene, que no es demasiado. Es evidente que esta no es su liga, que sus partidos marcados son los que todos viven en la necesidad y no tienen un rival en la opulencia acostumbrado a ganar siempre y con los menos problemas posibles. En ellos no falta el derroche de ganas e ilusión, las mismas armas que el año pasado les terminaron salvando. Son sus argumentos.

Ficha técnica

El Barcelona ha dejado de lado la filosofía, pero sigue abonado a la victoria. Tiene un potencial feroz, algunos de los mejores jugadores del mundo y, por descontado, recursos con los que el Sporting ni siquiera sueña. La pegada está presente y ganará partidos a mansalva, eso queda claro. También lo está que ya no es lo mismo. El equipo aquel de toque infinito y control total es parte del pasado. Se fue Guardiola, se fue Xavi, y aunque otras piezas siguen ahí los objetivos han cambiado y las maneras de conseguirlo también.

Leo Messi Luis Enrique Xavi Hernández Jordi Alba