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Ter Stegen pone pimienta (a veces demasiada) a un Barça que gana con lo justo
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venció 1-0 con un gol de rakitic

Ter Stegen pone pimienta (a veces demasiada) a un Barça que gana con lo justo

El portero azulgrana tiene un juego exquisito de pies, pero a veces parece olvidar que no hay nadie a sus espaldas para enmendarle los fallos. Una faena de aliño dio al Barça la victoria en San Mamés

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Foto: Arda Turan, rodeado de los que se antojan poco habituales (Albert Gea/Reuters).
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La filosofía no se negocia, a lo sumo se potencia. En el Barcelona tienen tan claro su estilo que ya no importa quién sea el entrenador, siempre hay espacio para una última cabriola sobre la ideología del toque, el toque y el toque. La vuelta de tuerca que toca esta temporada está, para pasmo de muchos, en la portería. Bravo no era malo con los pies, pero en él no había ese tono festivo, casi guasón, con el que se mueve por la vida Marc-André Ter Stegen. La toca bien, y lo sabe. Pero igual su apabullante confianza algún día -o varios días incluso- le cuesta un disgusto. Cerca estuvo, cuando el partido aún marchaba empatado a cero, de ser un problema. Regaló un balón a Beñat que, confiado, le soltó un zurriagazo. El esférico fue directo a la cara del portero alemán, que tuvo suerte de que no se fuese unos centímetros más arriba. Lo justo para empezar con lastre.

El Barcelona ganó un partido en el que nunca terminó de estar cómodo. Bilbao es plaza difícil para cualquiera, con presión, intensidad y esas cosas que se suponen en el equipo. Para hacerlo más propio de la zona, y aunque estamos a finales de agosto, una lluvia fina pero constante que le daba al partido un escenario propicio para lo que se supone que es un Athletic-Barça, un partido de los de toda la vida. Sorprendente que en el ultramoderno San Mamés no hayan sido capaces de resolver el problema de la grada que se moja cuando cae agua del cielo. Como si fuese imprevisible que lloviese en el botxo.

Foto: Ter Stegen es el elegido por el Barcelona para ser el portero titular los próximos años (Cordon Press)
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La victoria apareció gracias a un jugador del que se habla poco pero que aporta muchísimo al equipo: Rakitic. Marcó el único gol sabiendo desmarcarse y aprovechándose del buen centro de Arda Turan, recientemente fichado por el Barcelona. Su versión buena, al menos, no aquel jugador desgarbado y distraido que vestía el pasado año la camiseta azulgrana. Ahora el turco se va entonando, ha hecho un inicio de temporada notable aunque lo probable es que de con sus huesos en el banquillo en no mucho tiempo. Así funcionan las jerarquías de los equipos grandes.

Rakitic este año tiene que competir también con Andre Gomes. Le han traído un buen recambio, un jugador sólido, pero se sabe superior. Conduce muy bien el balón, no toma malas decisiones y combina a la perfección con un equipo en el que todos hablan el mismo idioma. Aunque, en el caso del croata, lo haga con acento andaluz. Es una pieza básica del equipo, y poco parece importarle no gozar de la publicidad de otros.

No fue el del Barcelona un partido de grandes ocasiones, de hecho fueron casi más las de sus rivales, a queines faltó pólvora. Hubo dominio de los catalanes, pero con mucha tranquilidad, desde el toque y con más trote que esprint. De vez en cuando salía Arda, o Messi o Rakitic para darle más sentido al juego. Incluso Sergi Roberto, que parece muy satisfecho con su nueva posición de lateral derecho, en la que se está desempeñando con soltura. Tendrá momentos más complicados, hay rivales más duros que Susaeta, pero por el momento, sin problemas. Como es un jugador listo, ya ha aprendido cuando se tiene que sumar al ataque y cuando no, una de las asignaturas pendientes de tantos laterales.

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GRA303. Bilbao, 28 08 2016.- El defensa francés del FC Barcelona Samuel Umtiti (d) disputa un balón con el centrocampista del Athletic de Bilbao Javier Eraso (i), durante el encuentro correspondiente a la segunda jornada de primera división que disputan esta noche en el estadio de San Mamés. EFE Luis Tejido

Umtiti, un sólido central

Cerca de él está Umtiti, el nuevo. Es un central que tendrá prestigio si sigue por esa línea. Es fuerte, es rocoso y no se escandaliza por tener el balón en sus pies. Esto es especialmente importante cuando tu equipo es el Barcelona y tu portero Ter Stegen. Los centrales se abren al máximo cuando el balón están en los pies del guardameta, que hizo en un sinfín de ocasiones su ya célebre pase lateral al borde del área. Marca registrada, se va a ver mucho esta temporada. Batió el récord histórico de pases de un portero, que estaba en 46, y lo más probable es que lo rompa unas cuantas veces más este año. Eso es bonito, también arriesgado. Diego Simeone nunca lo permitiría. El francés, al menos por el momento, parece ir ganando la partida a Mascherano, por extraño que pueda parecer. El argentino tiene ya cierta edad y necesitaba algún refuerzo de calidad, que no existía por el momento en el club. Ese refuerzo se antojaba imprescindible y los primeros bocados de ese plato parecen ser de buen gusto.

Foto: Jasper Cillessen ha firmado un contrato de cinco temporadas con el Barcelona (FOTO: www.fcbarcelona.cat)

Al Barcelona aún le falta un poco más de forma. Es un equipo sólido, suficiente para ganar al Athletic, pero con la quinta marcha aún por meter. Es cosa de la planificación, pero también de las ausencias. No está Neymar, tampoco Iniesta, jugadores que por sí mismo, con su manera de entender el fútbol, convierten la maraña de pases en vértigo. Lo agradece el espectador, que en San Mamés vio intensidad pero no velocidad.

El Athletic tuvo un poco de quiero y no puedo. Vio como la defensa del Barcelona tocaba con parsimonia, algo que intentó cortar de inicio con presión alta de la que se olvidaron pronto. Jugar contra el Barcelona tiene algo de tortura, correr durante muchos minutos detrás de un balón con poca fe, pues saben que es poco probable que fallen. El más lúcido de los futbolistas rojiblanco fue Iñaki Williams, que derrocha energía en cada acción. Encaraba a su par y la pedía, pero no siempre le encontraban. En el otro lado Susaeta no generaba peligro, así que el ataque se volvía previsible. Aduriz estaba encorsetado entre los centrales azulgrana y Beñat, que llegaba desde el medio, no siempre acertaba con la lectura del juego.

El Barcelona del mes de agosto no es aún un equipo finalizado, le falta ritmo, jugadores, también algo de ambición para ser más rebelde. La versión edulcorada sigue siendo un equipo capaz de ganar en San Mamés. Y eso dice mucho.

Ficha técnica

Foto: Arda Turan, rodeado de los que se antojan poco habituales (Albert Gea/Reuters).
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