Las cinco razones por las que el Betis quiere mandar a Segunda al Getafe

Despachada la gloria el sábado, la gran tragedia aguarda el domingo a los dos equipos que acompañarán al Levante en el descenso a Segunda. Getafe (36 puntos), Sporting (36) y Rayo (35) son los amenazados. Aparentemente, nadie lo tiene mejor que los madrileños del sur, que parten con ventaja de goles y puntos sobre sus competidores y juegan contra un Betis ya salvado al que nada le va en el envite. Pero esto es sólo aparentemente. En realidad, al Getafe le espera un duro combate en el Benito Villamarín frente a un Betis con razones de peso para darle matarile.

El domingo es día de fiesta en el Villamarín. Se despide a Jorge Molina, un futbolista emblemático para el Betis, y se echará simbólicamente abajo la vieja grada de Gol Sur, el boquete cutre que le quedó al ‘platillo volante’ de Lopera. 15 años después, el estadio al fin se alzará completo. Ambos parecen motivos bastantes para evitar la rendición incondicional ante un rival que se juega la vida. Pero existe otro, aun más potente: la hinchada pide a gritos la sangre del Getafe.

Para entender por qué hay que echar mano, en primer lugar, del memorial de agravios verdiblancos frente a un rival implicado en sus últimos descensos. Dolorosísimo el de 2009, tras una lamentable pifia frente al Valladolid en el Villamarín en la última jornada, de la que se valió el Getafe para permanecer en Primera. Más recientemente, en 2014, fue el propio Getafe el encargado de certificar, con tres jornadas de antelación, el regreso del Betis a Segunda tras ganarle al Málaga. Sí, en ambas ocasiones el equipo madrileño miraba por su propio cuidado, pues también luchaba por pervivir en la elite. Pero ya se sabe, la hinchada tiene razones que la razón no entiende.

Betis y Sporting, bien avenidos

No contribuyó, desde luego, a suavizar la acritud del beticismo el mal rollo que, esta temporada, se vivió en el partido de la primera vuelta en el Coliseum, saldado con un triunfo getafense (1-0, gol de Álvaro Vázquez) acompañado por cánticos de 'a Segunda, a Segunda' desde el sector más radical de la grada. Y, sin embargo, el odio al Getafe no es tan fuerte como el amor al Sporting, que completa la ecuación de la tragedia azulona y termina de explicar por qué el beticismo ansía tanto de los suyos una victoria este domingo.

Es difícil encontrar a dos clubes tan bien avenidos como el Betis y el Sporting. “Mira que hay distancia, y sin embargo es uno de los viajes más reclamados cada vez que nos enfrentamos, porque se trata de una auténtica fiesta”, dicen a El Confidencial desde la Federación de Peñas Béticas. Aficiones hermanadas, homenajes mutuos, hinchas mezclados en la noche, coros en la grada… Un ceremonial que deviene de una larga tradición de favores. Conviene recordar el primero, porque no se sabe si se lo hizo más el Betis al Sporting o viceversa. Se trata del lejano partido en el final de Liga del 97. El Sporting necesitaba ganar para salvarse, y ganó (0-1), aprovechando la extraordinaria apatía del cuadro verdiblanco, por decirlo suavemente. La grada del Benito Villamarín celebró por todo lo alto una derrota… que empujaba hacia el descenso al Sevilla. El gol aquel día lo marcó Dimitry Cheryshev, que hoy trabaja en el Sevilla como ‘adaptador’ de Konoplyanka. “Ha pasado mucho tiempo, pero nadie lo olvida, ¿eh? (sonríe). Al salir al campo, la gente ya nos animaba más a nosotros que al Betis. ¡Y celebraron mi gol! Desde luego, fue uno de los partidos más raros de mi vida”, recuerda el exinternacional ruso.

#SalvarAlSporting

Una relación que comenzaba así, sólo podía ir a mejor. El tiempo afianzó la cordialidad entre béticos y esportinguistas. Hasta alcanzar al siguiente gran ‘favor’, obrado en el último partido de la pasada temporada en Segunda. El cuadro gijonés se presentó en el Villamarín ante un Betis ya ascendido con la necesidad de ganar por tres o más goles. Resultado: 0-3. El patinazo del Girona frente al Lugo de Setién completó la mágica carambola que devolvió al Sporting a Primera. Ahora, para seguir ahí, necesita que el Betis le eche otro cable. Y la gente está por la labor. La hinchada verdiblanca se manifestó en twitter creando el hastag #SalvarAlSporting. Y el equipo ha tomado nota. “Nuestra única responsabilidad es con nuestra gente. Queremos hacerles felices”, dijo el portero Antonio Adán.

El Betis se ha salvado marcando apenas 32 goles en 37 partidos. El que menos en Primera, cuatro por debajo de los que lleva el ya descendido Levante. De esos tantos, 18 los ha anotado Rubén Castro, que en la última jornada de Liga se juega el Zarra con Aritz Aduriz (20 goles), Lucas Pérez (17) y Borja Bastón (17). Estadísticamente, ningún otro futbolista del campeonato ha sido tan importante para su equipo como Castro para el Betis, y el grupo quiere agradecérselo. “Mi homenaje es importante, pero más importante es lo que se juega Rubén. Todos deseamos ayudarle”, dice su compañero de delantera Jorge Molina. “El objetivo del partido es que marque Rubén Castro”, añadió el entrenador Merino. Ni sus 34 años ni el trago por el que pasa ante el proceso por presuntos malos tratos a su expareja, en el que la Fiscalía le pide cuatro años de cárcel, han hecho mella en el rendimiento deportivo del canario. Al contrario, Castro, el máximo anotador en la historia del Betis, ha igualado su mejor registro en Primera. El Zarra culminaría una trayectoria deportiva legendaria en el cuadro verdiblanco. Mal asunto para el Getafe.

Un buen pellizco

El Betis despide también este domingo a Juan Merino, que ha hecho un meritorio trabajo, y ‘recibe’ a su nuevo entrenador, Gustavo Poyet. Desde la grada, el uruguayo observará por primera vez ‘in situ’ a sus jugadores, entre los que se aventura una criba desaforada. Los primeros planes de la secretaría técnica, igualmente recién renovada con el ex del Celta Miguel Torrecilla, pasan por una ronda de bajas de en torno a 14 futbolistas. El Betis se va a convertir en una isla de cabezas cortadas donde no hay tiempo que perder ni ocasiones que desaprovechar. La gente querrá gustar a su nuevo jefe, que ya ha advertido que desea jugadores para hacer un fútbol de posesión. “En el nombre del Betis está la palabra balompié, y es por algo. Yo creo que teniendo la pelota se tienen más posibilidades de ganar”, dice Poyet. Estupendas intenciones a falta de mimbres en un equipo que difícilmente hila tres pases. “Todos empezamos de cero con el nuevo ‘míster’, y todos querremos ganarnos su confianza”, dice Adán. A estas alturas, pues, parece discutible la afirmación que hizo el entrenador del Getafe, Juan Esnáider: “Sea como sea, ningún futbolista del Betis va a tener más ambición por ganar que los nuestros”.

Por si faltara algo, el Betis y sus futbolistas se juegan un buen pellizco económico frente al Getafe. El club ya ha recordado la importancia de quedar lo más arriba del campeonato por los premios que otorga la Liga. El Betis es actualmente decimocuarto, pero una victoria podría llevarle incluso hasta la décima plaza. Hay 400.000 euros de diferencia en premios entre ellas. Igualmente, el puesto en la clasificación define el escalón de las primas pactadas al principio del curso. Otra vez, si el equipo lograra ascender hasta el décimo puesto, los jugadores se repartirían hasta 40.000 euros por cabeza. Eso, sin maletines añadidos, que en el club dan por descartados. “Nadie sería tan tonto, con la que está cayendo”, dicen a El Confidencial desde la directiva. Porque, desde luego, llovería sobre mojado. Hay que recordar que el Betis tiene actualmente a tres futbolistas, Xavi Torres, Jorge Molina y Jordi Figueras, acusados por presuntos amaños de partidos en el pasado. “Mucha gente podrá pensar que el Betis estará primado”, desliza Esnáider.