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Un chispazo del Messi más gris salva del naufragio a un Barça lastrado por su zaga
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MILAGROSA VICTORIA EN LA ROSALEDA

Un chispazo del Messi más gris salva del naufragio a un Barça lastrado por su zaga

El conjunto azulgrana consiguió una importante victoria en un partido en el que el Málaga mereció mucho más, sobre todo por los continuos fallos defensivos que acumuló el Barcelona

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El Barcelona consiguió una sufrida y trabajada victoria en La Rosaleda (1-2), en un partido en el que el Málaga gozó de clarísimas ocasiones para llevarse el encuentro, pero en el que volvió a aparecer Leo Messi en el momento clave para dar el triunfo a su equipo. El conjunto azulgrana dejó una triste imagen sobre el césped, en especial en su zona defensiva, donde las imprecisiones y los continuos errores pudieron costarle muy caro. Sobre todo, un desafortunado Thomas Vermaelen, con inexplicables errores en el eje de la defensa que provocaron que Luis Enrique le quitara en el descanso.

Y es que el Barça fue una sombra de sí mismo. Completamente desconocido, sin control del partido y con escasas oportunidades, se llevó una milagrosa victoria gracias a su pólvora y a la falta de puntería de su rival. Hasta en su partido más gris y posiblemente en uno de los que menos presencia ha tenido en lo que va de temporada, Messi volvió a aparecer como salvador con un excepcional gol de tijera en uno de los pocos chispazos que tuvo. El argentino volvió a ser el héroe de su equipo, de un Barça pocas veces visto este curso con una defensa no apta para cardiacos.

El partido comenzaba de la mejor forma posible para el Barcelona, pues no se habían cumplido los dos primeros minutos de partido cuando se ponía por delante en el marcador. Luis Suárez se marchó por velocidad de Angeleri y, en su mano a mano con Kameni, el camerunés repelió como pudo su disparo, que fue a parar muerto a los pies de Munir, quien empujaba el balón a la red. Los azulgranas dominaban en el marcador desde el comienzo de partido... hasta que, de repente y sin ningún motivo, se deshizo como un azucarillo en el café. El Barça se borraba del partido.

En una imagen pocas veces vista en las últimas temporadas, el conjunto azulgrana firmaba un fútbol para olvidar. Sin posesión de balón, sin intención de llegar a la meta de Kameni y excesivamente concesivo en defensa, fue el propio Barcelona el que se encargó de dar vida a un Málaga que veía el partido realmente difícil tras el gol de Munir. Los azulgrana, en lugar de matar el choque, se encargaron de regalar el balón a su rival y de darle alas: serían los continuos fallos defensivos del Barça los que terminarían espoleando a un Málaga que mereció irse ganando al descanso.

Desastre en la defensa azulgrana

Continuos fallos culés en la salida de balón, con constantes regalos de Vermaelen -lamentable primera parte del belga-, Mascherano e incluso Bravo provocaron la avalancha ofensiva del Málaga: primero, un tiro al palo de Chory Castro y después una clarísima ocasión de Charles -que simuló una falta de Mascherano cuando Juanpi, que a su vez perdió de vista el balón, se podía quedar mano a mano con Bravo- empezaban a confirmar que el Málaga buscaba el empate. Y sería en un error conjunto de la zaga del Barcelona cuando el propio Juanpi, en el 32', iba a igualar la contienda.

Vermaelen se sentenciaba mandando a la guerra a Mascherano que, tras despejar mal, dejaba el centro de la zaga vacía: tras recuperar el balón, Juanpi aprovechaba este hueco para disparar y, tras pegar en la espalda del argentino que llegaba a ocupar espacio, se colaba en la meta azulgrana. El Málaga conseguía su merecido gol, pero no supo aprovechar su oportunidad para ponerse por delante. De hecho, quien sí lo pudo hacer fue el Barça, si no hubiera llegado a salvar Miguel Torres un disparo a puerta vacía de Messi que, de manera incomprensible, fallaba un gol cantado.

Luis Enrique cogió el toro por los cuernos y, en el descanso, decidió quitar del campo al fallón Vermaelen. Y, como pasara en la primera parte, el Barça se adelantaba nada más saltar al campo. En un gran balón cruzado de Adriano, Messi, de tijera y muy libre de marca, conseguía volver a poner por delante a su equipo. Pese a los méritos cosechados por el Málaga, la capacidad goleadora azulgrana era suficiente para poner el partido de su lado. El Barcelona intentaba hacerse con la posesión para minimizar las ocasiones rivales, que se estaban aprovechando de los continuos errores de su defensa.

Pero, con el paso de los minutos, el Málaga volvió a llamar a la puerta de Bravo con varias y claras ocasiones que, entre el meta y la defensa terminaron solventando de manera casi milagrosa en algunos casos. El conjunto andaluz gozó de un par de buenas ocasiones para empatar el choque, pero no tuvo puntería suficiente para 'rascar' un punto. El Barça, por su parte, supo sufrir y rehacerse a los continuos fallos de su defensa: hasta en uno de sus días más grises, Messi fue capaz de brillar en el momento definitivo para dar el triunfo a su equipo, una victoria de esas que terminan dando una Liga.

Ficha Técnica

1 - Málaga: Kameni; Rosales, Weligton (Duda, m.82), Angeleri, Miguel Torres; Juanpi, Recio (Fornals, m.68), Camacho, Chory Castro; Cop (Santa Cruz, m.80) y Charles.

2 - Barcelona: Bravo; Aleix Vidal, Mascherano, Vermaelen (Mathieu, m.46), Adriano (Sergi Roberto, m.72); Arda Turan, Busquets, Iniesta; Munir (Rakitic, m.55), Luis Suárez y Messi.

Goles: 0-1, M.2: Munir. 1-1, M.31: Juanpi. 1-2, M.51: Messi.

Arbitro: Carlos Clos Gómez (Comité Aragonés). Mostró tarjeta amarilla a los malaguistas Charles (m.25), Fornals (m.85) y Duda (m.90), y a los barcelonistas Vermaelen (m.44), Messi (m.65) y Arda Turan (m.70).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima primera jornada de la Liga BBVA, diputado en el estadio de La Rosaleda ante unos 30.000 espectadores.

El Barcelona consiguió una sufrida y trabajada victoria en La Rosaleda (1-2), en un partido en el que el Málaga gozó de clarísimas ocasiones para llevarse el encuentro, pero en el que volvió a aparecer Leo Messi en el momento clave para dar el triunfo a su equipo. El conjunto azulgrana dejó una triste imagen sobre el césped, en especial en su zona defensiva, donde las imprecisiones y los continuos errores pudieron costarle muy caro. Sobre todo, un desafortunado Thomas Vermaelen, con inexplicables errores en el eje de la defensa que provocaron que Luis Enrique le quitara en el descanso.

Leo Messi
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