Un penalti derrumba al Betis y despierta a un Barcelona de récord

Al Betis se le cayó el mundo encima en seis minutos, los que fueron del 27 al 33. Hasta entonces había dado la cara en el Camp Nou, pero en ese período de tiempo le pitaron un penalti que no fue, le metieron dos goles (uno en propia puerta), le expulsaron al entrenador y se le lesionó el segundo jugador. Como para recuperarse de semejante colección de golpes. El equipo verdiblanco no lo hizo y el Barcelona, que no había hecho una primera media hora para recordar, recibió el regalo con gusto y acabó ganando con facilidad para cerrar 2015 en el liderato.

Vidas paralelas del Barcelona y el Real Madrid. Como en el Bernabéu, el árbitro, en este caso Vicandi Garrido, pitó un penalti que sólo él vio. Y como en el Bernabéu, el Barça lo falló. La diferencia fue que Cristiano Ronaldo disparó muy alto y tuvo otro después para resarcirse. Neymar solo tuvo uno y lo mandó al larguero, pero en el rechace Westermann anotó en propia puerta. Dicho así, la historia no es muy novedosa, pero los detalles tienen su aquel.

Busquets metió un pase para Leo Messi por encima de la defensa; el argentino, de espaldas a la portería, no vio salir a Antonio Adán, que se lanzó para despejar de puños (y lo hizo) y le golpeó la cabeza con el costado. Todo legal aunque Messi se quedara grogui. No para el árbitro, que pitó penalti. Lo falló Neymar, que se resbaló y tocó el balón dos veces. Tras dar en el larguero, Rakitic, Luis Suárez y Westermann se lanzaron a por el balón, los dos primeros para rematar y el tercero para despejar. ¿Qué pasó? Que el primero le dio una patada al tercero, que metió el balón en la portería y encima se lesionó. Como para creer en el espíritu navideño.

Después de eso, el Betis quedó muy tocado y Messi se encargó de rematarlo con el 2-0 en el 33. El argentino, que disputaba su partido 500 con el Barcelona, hizo una doble pared con Neymar escorado a la izquierda y remató con la derecha a puerta vacía. Luis Suárez pudo marcar el tercero antes del descanso en una jugada en el lado derecho del área, pero tras recortar a Adán disparó al lateral de red. Sí lo marcó nada más comenzar la segunda parte, en otro mano a mano con el portero verdiblanco. El pase al delantero uruguayo, por cierto, fue de un soberbio Busquets, que presionó la salida de balón del Betis, robó el balón a N'Diaye y se lo cedió al nueve azulgrana. Ese fue su último servicio antes de ser sustituido unos minutos después por Bartra.

El gol de Suárez fue el 179º del Barcelona en 2015, nuevo récord del fútbol español (que luego dejó en 180). El equipo azulgrana supera los 178 que marcó el Real Madrid en 2014, aunque ha jugado dos partidos más: los blancos disputaron 63, por 65 del Barça. Más de las tres cuartas partes de esos goles los ha marcado el tridente (Messi, Neymar, Suárez).

"Qué malo eres, árbitro qué malo eres"

Sin rival enfrente, el Barcelona siguió atacando, pero tampoco tuvo mucho acierto. Disparó cuatro veces al palo. Neymar, Alves y Messi se encontraron con el poste y también con Adán, que salvó a su equipo en varias ocasiones en la segunda mitad. No pudo, sin embargo, con un remate de Luis Suárez a bocajarro en el minuto 83. El uruguayo, que lleva ya 15 goles en Liga, remató casi en el área pequeña un balón que Neymar le había dejado de tacón tras una jugada que había empezado el '9'. El pase del brasileño parece un churro, pero con estos jugadores nunca se sabe.

En la segunda parte, el Camp Nou cantó "Qué malo eres, árbitro qué malo eres", quizá por solidaridad con el Betis, aunque es poco probable. De todas formas, da un poco la idea de la actuación del colegiado. En un partido que comenzó con el Barcelona posando con sus cinco títulos de 2015 y acabó con el equipo líder (empatado con el Atlético y con un partido menos), el protagonista fue él.

Ficha técnica