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Griezmann es el único que sabe jugar entre la Real Sociedad y el Atlético
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carrasco sentenció un final terrible de la real

Griezmann es el único que sabe jugar entre la Real Sociedad y el Atlético

Ni uno ni otro jugó al fútbol. El Atleti aprovechó que tiene a un jugador extraordinario para marcar y esconderse en su área, pero la Real no inquietó y al final se inmoló entre protestas y expulsiones

Foto: Jackson y Koke felicitan a Griezmann (Reuters).
Jackson y Koke felicitan a Griezmann (Reuters).

Antes de empezar el partido, con la hoja de las alineaciones delante de nosotros, podíamos esperar una tarde de espectáculo deportivo bajo las nubes de San Sebastián. Una lista de 22 nombres que sonaba de maravilla cuando se analizaban los elementos por el método metafísico, por separado, sin ningún aparente enlace entre ellos. Pero desde un punto de vista materialista, todas las cosas están relacionadas entre sí de alguna manera. Y por supuesto, los futbolistas se tienen que entremezclar para jugar. Y el resultado fue absolutamente diferente a lo que decían los nombres individualmente. No hacía calor, pero fue un partido bochornoso.

De verdad que estoy convencido de que tanto la Real Sociedad como el Atlético de Madrid podrían jugar muchísimo mejor de lo que llevan haciendo esta temporada y, por supuesto, mejor de cómo lo hicieron en este partido que casi todo aficionado al fútbol tratará de olvidar rápidamente. En el banquillo, David Moyes tenía a jugadores de la talla de Bruma, Jonathas, Xabi Prieto y Rubén Pardo, así que se pueden hacer una idea de lo que había en el once titular. Y sin embargo, prácticamente nunca dieron la sensación de poder marcarle un gol a Jan Oblak.

Y eso que el Atleti le regaló una cantidad de metros durante toda la segunda parte vergonzante. Desde la reanudación, los rojiblancos renunciaron directamente al ataque y se dedicaron a defender el tremendo golazo de Griezmann. Pero ni siquiera con todo ese pasto que recorrer y disfrutar, la Real pudo crear ocasiones de gol suficientes como para llegar a inquietar al Atleti, que eso sí, se encerró y arriesgó una vez más una victoria, pero hizo un ejercicio defensivo excelso desde que comenzó el partido. Ni una grieta, todo basculación y ayudas constantes, ni una sola intención de atacar.

De todo lo que tenía en el banquillo, a Moyes le sobraba sobre todo un jugador: Rubén Pardo, que no pintaba nada en la banda, sino que debió estar desde el primer minuto sobre el césped o, al menos, mucho antes que en el minuto 84. Hasta ese momento, la Real Sociedad no tenía un verdadero organizador de juego. Illarramendi tiene la habilidad de sacar el balón desde atrás jugado con criterio, pero a partir de ahí, no había alguien que enlazase el centro del campo con la delantera. A falta de seis minutos para el final, Pardo ya no tenía muchas opciones de volcar el partido.

El único que supo qué hacía sobre el campo era Antoine Griezmann, aunque al pobre chaval le guste bastante poco lucirse en la que ha sido su casa durante muchísimos años. Pero cuando tiene el balón en los pies, no entiende de sentimientos, sino de ganar, de jugar, de disfrutar con la pelota. Y cuando juega como debe, es decir, arriba, donde se parte el bacalao (muy del norte), donde juegan las grandes estrellas mundiales, Griezmann es letal, único en el mundo. En la primera opción que tuvo, dejó atrás a media Real y con una elegante vaselina, humilló a Rulli. No lo celebró, porque no le gusta hacerle daño a la Real, pero si tiene que hacerlo, lo hace y mejor que nadie.

¿Cómo iba a hacer algo Rubén Pardo si la Real se inmoló en los últimos minutos? Justo después de tener una grandísima ocasión múltiple tras un córner que no era, Diego Reyes aprovechó una pausa para decirle algo no precisamente elegante a Iglesias Villanueva, que lo echó con dos amarillas en un minuto. Claro, los cambios ya tenían poco de provecho. Y sin embargo, la Real protestó enérgicamente un supuesto penalti de Giménez sobre Jonathas. ¿Lo era? Puede ser, la verdad, pero como derribó al brasileño desde el suelo ¡con la cabeza! resulta complicada la valoración.

Lo que está claro es que Jonathas no se tira... Y eso tuvo que ser lo que le hizo saber al árbitro, de bolsillo fácil, porque también lo mandó a la ducha... pero después del gol de Ferreira Carrasco. Simeone sacó al belga para que se hinchase a correr a la espalda de la Real, pero tampoco tuvo demasiadas opciones. Cuando la Real aún se tiraba de los pelos por el penalti no señalado y el minuto 90 se les había echado encima, Torres vio que Carrasco tenía una autopista por delante y ningún rival. Tan centrado estaba todo el equipo en protestar, que Rulli no estaba ni cerca de Carrasco cuando le encaró. La Real se quejará del árbitro, con cierta razón, pero lo que debe objetar es el juego de su equipo, lejos, lejísimos de lo que esos jugadores son capaces de dar.

Ficha técnica:

Real Sociedad: Rulli, Zaldua, Íñigo Martínez, Diego Reyes, de la Bella, Bergara (Rubén Pardo, min.83), Illarra, Zurutuza (Jonathas, min.83), Canales (Bruma, min.74), Vela y Agirretxe.

Atlético de Madrid: Oblak, Juanfran, Godín, Giménez, Filipe Luis, Gabi, Tiago, Koke, Correa (Carrasco, min.62), Griezmann (Saúl, min.86) y Jackson Martínez (F. Torres, min.64).

Goles: 0-1, min 9: Antoine Griezmann. 0-2, min 92: Yannnick Carrasco.

-Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Giménez (min.5), Ángel Correa (min.16), Diego Godín (min.23), Bergara (min.25), de la Bella (min.34), Filipe Luis (min.50), Gabi (min.89), Rulli (min.91). Expulsó por doble amarilla a Diego Reyes (min.87 y 88) y a Jonathas (ambas en el min.91).

Estadio: Anoeta.

Antes de empezar el partido, con la hoja de las alineaciones delante de nosotros, podíamos esperar una tarde de espectáculo deportivo bajo las nubes de San Sebastián. Una lista de 22 nombres que sonaba de maravilla cuando se analizaban los elementos por el método metafísico, por separado, sin ningún aparente enlace entre ellos. Pero desde un punto de vista materialista, todas las cosas están relacionadas entre sí de alguna manera. Y por supuesto, los futbolistas se tienen que entremezclar para jugar. Y el resultado fue absolutamente diferente a lo que decían los nombres individualmente. No hacía calor, pero fue un partido bochornoso.

Antoine Griezmann
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