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Óliver, el sospechoso habitual de Simeone
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de él depende y mucho el estilo del atlético

Óliver, el sospechoso habitual de Simeone

El canterano es de esos jugadores que marcan un estilo en el equipo en que juegue, pero Simeone parece agarrarse a lo que le ha hecho triunfar y en esa forma de jugar no encuentra sitio a Óliver

Foto: Óliver sólo pudo jugar la primera parte contra el Madrid (Cordon Press).
Óliver sólo pudo jugar la primera parte contra el Madrid (Cordon Press).

Uno de los emblemas que hacen progresar a un entrenador de fútbol es su estilo de juego. Hay muchos diferentes, cada uno tiene el suyo personal, porque no se puede decir que Guardiola sea un técnico únicamente ofensivo cuando a sus equipos apenas les meten goles, ni tampoco se puede tildar de defensivo a Mourinho si logró 121 goles con el Real Madrid. Un estilo es definitorio. Pocos técnicos tienen la capacidad autocrítica para renunciar a su forma habitual de jugar y cambiarla por otra. Realizarán pequeños cambios tácticos, pero pocos pasarán de preferir atacar a preferir defender, o viceversa. Y hay jugadores que marcan un estilo.

El Milan tenía a Pirlo, pero el estilo lo marcaba Gattuso. El Barça fue otro muy diferente con Ronaldinho y nada fue igual en el Arsenal desde que apareció por Highbury un tal Bergkamp. Pero no tiene por qué ser una estrella mundial el jugador que establezca la forma de jugar. Sin ir más lejos, el Valencia jugaba a lo que quería Albelda, y el Villarreal a lo que dicta Bruno. Óliver Torres es uno de esos jugadores. No es de los mejores del mundo (aunque pueda llegar a serlo), pero sí por su forma de jugar contagia a todos sus compañeros. O debería.

Tiene una calidad técnica altísima y una capacidad organizativa interesante como para echarse a todo un equipo a la espalda que siga sus 'consejos' como dogmas. Así pasó la temporada que ha estado en el Porto. Lopetegui le dio responsabilidad, le permitió que se sintiera cómodo e importante y el chaval se soltó, explotó. Un año tan positivo como ese tenía que tener el premio de volver a casa, y así fue. Sin embargo, el sueño del regreso tiene una parte de pesadilla de la que aún no ha despertado.

Diego Pablo Simeone le está dando muchos minutos, incluso más de los que cabía esperar a principio de la temporada. Sin Arda, él es el jugador con mayor habilidad creativa del Atlético y esto lo necesita. Pero cada vez que la cosa se tuerce, Óliver es siempre uno de los primeros señalados. El Cholo no duda en absoluto en cambiarlo a él en vez de a cualquier otro. De hecho, aún no ha jugado ningún partido completo.

Contra el Real Madrid sólo jugó la primera parte. Unos 45 minutos en los que en realidad pasó absolutamente desapercibido, sin tener demasiada responsabilidad propia, puesto que el rendimiento coral rojiblanco estuvo muy por debajo de sus posibilidades reales. No apareció porque nadie lo hizo de sus compañeros. Pero el Cholo lo sacrificó a él para aprovechar la entrada de Arbeoa con Carrasco. Siempre es él el sustituido.

¿Por qué es así? Porque Simeone no acaba de confiar plenamente en él. No ya tanto por sus cualidades, que las tiene y por eso lo utiliza como titular, sino por el estilo. El Cholo no va a entregarle a Óliver la manija del Atleti, porque eso significaría cambiar la forma de jugar, buscar más el juego posicional, el ataque pausado, y depender menos de la fortaleza física y defensiva. El argentino ha jugado y ganado con el Atlético de una manera, y es prácticamente imposible que cambie de forma de jugar si la que ha usado hasta ahora se ha demostrado exitosa. Y lo peor para Óliver es la nueva variante de Simeone de jugar con tres delanteros. Él no es uno de ellos... y Koke está a punto de regresar.

Uno de los emblemas que hacen progresar a un entrenador de fútbol es su estilo de juego. Hay muchos diferentes, cada uno tiene el suyo personal, porque no se puede decir que Guardiola sea un técnico únicamente ofensivo cuando a sus equipos apenas les meten goles, ni tampoco se puede tildar de defensivo a Mourinho si logró 121 goles con el Real Madrid. Un estilo es definitorio. Pocos técnicos tienen la capacidad autocrítica para renunciar a su forma habitual de jugar y cambiarla por otra. Realizarán pequeños cambios tácticos, pero pocos pasarán de preferir atacar a preferir defender, o viceversa. Y hay jugadores que marcan un estilo.

Diego Simeone
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