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Mucha rotación de delanteros, pero el que soluciona los problemas es Griezmann
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ha participado en siete de los once goles

Mucha rotación de delanteros, pero el que soluciona los problemas es Griezmann

El año pasado, la importancia del francés era altísima, pero en esta nueva temporada está adquiriendo un papel aún más importante, siendo el único atacante indiscutible para Simeone

Foto: Siete goles ha generado de los nueve tantos rojiblancos (Cordon Press).
Siete goles ha generado de los nueve tantos rojiblancos (Cordon Press).

Si había alguien en los que Marcellus Wallace confiaba era en Vincent Vega y Jules Winnfield. Eran ellos los que tenían que resolver todos los líos en los que se metía el jefe, una bestia parda ruda, grande y verdaderamente temido. Si hay que recuperar un valioso maletín, los enviaba a ellos, que no encontraban ninguna razón para no ejercer la violencia para resolver los asuntos que se encuentren. Eran efectivos, un poco torpes, pero efectivos, elegantes y muy locuaces, como casi todos los personajes de Quentin Tarantino. Pero a pesar de su capacidad resolutiva, tuvieron que llamar al Señor Lobo para que le solucionase un buen problema.

En el Atlético de Madrid no hay demasiados problemas. En todo caso, sería el camino hacia el gol, que rara vez es buscado y no siempre es encontrado. Simeone tiene confianza en sus delanteros, muy variados, de un perfil cada uno distinto, sin parecerse del todo entre ellos pero aportando todos un conjunto de alternativas muy útiles. Jackson es el delantero de toda la vida, físico, grande, fijador de centrales y de buen remate; Torres es de los rápidos, ágiles y vertiginosos con espacios; Correa es eléctrico, imprevisible; Vietto es calidad, inteligencia posicional y eficiencia.

Pero el Cholo, como si fuera Wallace, a veces tiene que buscar una alternativa para solucionar los problemas que no pueden resolver los matones que utiliza. Tiene que tirar de las relaciones que tiene, de los que no figuran entre las llamadas más frecuentes. Bueno, en realidad cada vez lo tiene que llamar más a menudo y dentro de poco sólo va a tener que darle al botón verde para que le salga el nombre de Antoine Griezmann, su señor Lobo particular.

Simeone ha probado prácticamente todas las opciones en la delantera del Atlético: con Jackson, sin Jackson, con Vietto y sin él, con Torres y Correa, sin uno de los dos, sin los dos... En la variedad está el gusto, que dice el refrán. Pero la historia del fútbol nos ha enseñado desde siempre que un delantero centro, un goleador, necesita cierta regularidad, algo de continuidad para que la confianza que en él es natural de cara a portería explote. Pero ninguno de los cuatro ha jugado noventa minutos, no digamos ya dos partidos enteros consecutivamente, suena casi utópico así escrito.

La rotación de los delanteros dista mucho de incluir en ella a Antoine Griezmann. Es el único intocable de los hombres de ataque. Es intocable hasta tal punto que el resto no ha completado un partido y él ha jugado cinco veces los 90 minutos en los seis encuentros oficiales de lo que llevamos de temporada. Sólo fue sustituido en el minuto 81 contra la Unión Deportiva Las Palmas. Vamos, que sólo ha dejado de jugar nueve minutos.

Pero, ¿cómo lo va a quitar, si es el señor Lobo rojiblanco? Es tremenda la cantidad de puntos que ha dado Griezmann y sólo estamos terminando el primer mes de competición. De las cinco victorias, tres han sido gracias a goles de Griezmann exclusivamente, mientras que la goleada en el Pizjuán la fraguó él mismo con dos asistencias. De los once goles colchoneros, ha participado en siete, marcando cinco y dando esos dos. Es único e insustituible... por ahora, claro. Porque salta a la vista que en algún momento tendrá que parar, porque si es un jugador tan importante, Simeone lo necesitará más que nunca al final de temporada, cuando realmente valen los goles y más se necesitan los pulmones en buen estado.

Los demás delanteros, esos que como Torres ponen malas caras (y con cierta razón, que conste) cuando le sustituyen demasiado pronto y sin haber marcado, no tienen por qué preocuparse sobremanera. Porque hay que recordar que Griezmann no siempre fue el señor Lobo. El francés no marcó en Liga en su primera temporada hasta noviembre y no completó un partido entero hasta el 21 de diciembre. La confianza de alguien no es algo que se tiene por derecho de nacimiento, sino que se adquiere con el tiempo y cumpliendo con lo que se pide. Griezmann lo hizo, el resto lo tendrá que hacer.

Si había alguien en los que Marcellus Wallace confiaba era en Vincent Vega y Jules Winnfield. Eran ellos los que tenían que resolver todos los líos en los que se metía el jefe, una bestia parda ruda, grande y verdaderamente temido. Si hay que recuperar un valioso maletín, los enviaba a ellos, que no encontraban ninguna razón para no ejercer la violencia para resolver los asuntos que se encuentren. Eran efectivos, un poco torpes, pero efectivos, elegantes y muy locuaces, como casi todos los personajes de Quentin Tarantino. Pero a pesar de su capacidad resolutiva, tuvieron que llamar al Señor Lobo para que le solucionase un buen problema.

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