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A Luis Enrique le atizan en su propia casa mientras a Ancelotti le salen las cuentas
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Mestre: "No sé por qué ha cambiado a Neymar"

A Luis Enrique le atizan en su propia casa mientras a Ancelotti le salen las cuentas

“No sé por qué ha cambiado a Neymar. Había hecho un partidazo y un golazo de falta. Sus motivos tendrá”, dijo Jordi Mestre, vicepresidente deportivo del Barcelona a los micrófonos de 'Canal+'

Foto: Luis Enrique creía que no iban a ganar todo... y acertó (
Luis Enrique creía que no iban a ganar todo... y acertó (

El partido en el Pizjuán tuvo un vuelco emocional importante cuando Éver Banega hizo que Claudio Bravo quedara mal. A partir de entonces, el Sevilla se convenció de que el Barça no es ese equipo demoledor que fuera otrora y que fue durante 35 minutos de ese mismo partido. Hay algo en este Barça que huele a chamusquina. ¿Cómo si no se explica que unos jugadores que vapulearon a otros de repente parezcan colegiales nerviosos ante un examen de selectividad? Hay algo más allá de lo que se ve, de la apariencia palpable. Y sea lo que sea, no es nada simple, ni pasajero. Es algo que viene de profundo, como el mal aliento. ¿Y si es que a Luis Enrique no leapoya nadie más que Unzúe?

Jordi Mestre se desmarcó de su propio entrenador, de ese al que paga para que haga a su equipo ganar y jugar lo mejor posible (por ese orden) y al que no parece tener demasiado aprecio ni siquiera aunque el Triplete esté al alcance de la mano. “No sé por qué ha cambiado a Neymar. Había hecho un partidazo y un golazo de falta. Sus motivos tendrá”, dijo el vicepresidente deportivo del Barcelona a los micrófonos de Canal+. ¿Es esa la actitud conveniente en un momento así? Criticar abiertamente a tu entrenador cuando ha empatado en un campo que lleva casi un año inviolado y mantiene el liderato a falta de siete jornadas… Y Luis Enrique va y responde a Neymar y a su gesto de incredulidad diciendo: "Eso es una chuminada, una tontería que se está poniendo de moda".

Luis Enrique, objetivamente hablando, está completando una temporada más que notable ya que sigue vivo en todo aquello que ha comenzado. ¿Qué más podría haber hecho? Jugar bien de vez en cuando, no de uvas a peras. Curiosamente, el día que mejor ha jugado el Barcelona de toda la temporada, incluso por encima de esa primera parte magnífica en el Etihad, se lleva un puñetazo público de la directiva por un cambio.

Sigamos siendo objetivos: lo cierto es que el cambio es por un lado extraño, pero comprensible, por el otro. Es extraño porque por primera vez en bastantes semanas, Neymar había marcado y estaba realizando un partido bastante completo, sin llegar a ser brillante. El Sevilla se encontraba a un gol de empatar y dar entrada a Xavi se antojaba plausible para mantener la calma en el medio y minimizar los riesgos. Además, Neymar jugará el miércoles contra el PSG, por lo que el descanso le vendría bien… Pero si no jugó contra el Almería ya debería contar como descanso… El Sevilla empató y el Barça se quedó sin reacción, por lo que Lucho buscó reactivar el ataque con Pedro, pero ya demasiado tarde. El empuje sevillano dejó más cerca el 3-2 que el 2-3.

Dos puntos… y el mismo calendario

El técnico del Barça tuvo razón en una cosa: los cuatro grandes no harán pleno de triunfos en las últimas nueve jornadas. Ni Barça, ni Atlético, ni Valencia llevan pleno... El Madrid por ahora, sí. Por ello, a Carlo Ancelotti le salen las cuentas que hizo después de perder el Clásico en el Camp Nou. “Queremos ganar todos los partidos, no es una utopía”, dijo el italiano. Le quedan siete de los diez que dijo por entonces. Probablemente contaba con un pinchazo como éste del Barça y visto lo visto de los culés, no se descartan más en las próximas semanas.

El siguiente podría ser perfectamente el Barça-Valencia del sábado 18. El Valencia se juega la Champions y visto cómo está el Sevilla, no es difícil que pueda darles alcance si bajan el pistón en cualquier momento. El Málaga visita al Madrid y el Bernabéu se antoja inexpugnable… al menos hasta que lo visite también el Valencia. El principal problema que tiene el Madrid es que también le toca jugar en el Pizjuán. Vamos, que comparten calendario, prácticamente.

Una cosa que cambia, y no es moco de pavo, es el Atlético de Madrid-Barcelona de la penúltima jornada. ¿Qué hará el Atleti en ese partido? Pues dependerá muchísimo de si ha logrado cerrar ya su puesto como tercero de la Liga o si no. Porque si lo ha cerrado, podemos ya contar con tres puntos para el Barça, porque jamás querrán ayudar a su máximo enemigo a ganar la Liga. Pero si todavía tiene algo en juego, irán a muerte a por ello ayuden a quien ayuden. Del Atleti ya se libró el Madrid, por suerte para los blancos. Esa 37ª jornada será la que resuelva la Liga, porque los Barça-Dépor y Real Madrid-Getafe de la última no se prevén demasiado sorpresivos. Digámoslo así: quien llegue líder a la última jornada, será virtualmente campeón a no ser que se alineen los astros.

El partido en el Pizjuán tuvo un vuelco emocional importante cuando Éver Banega hizo que Claudio Bravo quedara mal. A partir de entonces, el Sevilla se convenció de que el Barça no es ese equipo demoledor que fuera otrora y que fue durante 35 minutos de ese mismo partido. Hay algo en este Barça que huele a chamusquina. ¿Cómo si no se explica que unos jugadores que vapulearon a otros de repente parezcan colegiales nerviosos ante un examen de selectividad? Hay algo más allá de lo que se ve, de la apariencia palpable. Y sea lo que sea, no es nada simple, ni pasajero. Es algo que viene de profundo, como el mal aliento. ¿Y si es que a Luis Enrique no leapoya nadie más que Unzúe?

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