Una obra de arte de Messi despierta el hambre de goleada del Barcelona

Hay una posibilidad de sorprender al Barcelona en el Camp Nou. Es escueta, casi diminuta, pero no por ello menos real. Aunque el presupuesto sea opuesto al del Barça, es decir, sea muy reducido, eso no quiere decir que no se pueda ganar allí. Al contrario, sorprendentemente es más probable ser pequeño y ganar que hacerlo siendo un grande. Allí han caído el campeón de Liga, el Atleti, y el campeón de Europa, el Real Madrid. Sin embargo, han ganado Celta de Vigo y Málaga. ¿Por qué no iba a puntuar Sergi Barjuan con el Almería en su casa en su debut en Primera División? Hay una respuesta a esa pregunta: Leo Messi. Y a partir de Messi, todo es más fácil. 4-0 sin complicarse y a presionar al Madrid.

No puntuó porque a Messi no le apetecía que así fuera. Era lo que quería, ganar. Porque Messi no quiso mucho más en el resto del partido. No le hacía falta, en realidad. Messi sabe mejor que nadie, mejor que Luis Enrique incluso, cuándo es necesario para su equipo durante 90 minutos, cuándo lo es durante 45 y cuándo sólo se precisa de una acción majestuosa, otra de esas obras de arte que le salen de manera tan natural que al espectador le cuesta apreciarlas en su auténtica magnificencia. Le es tan fácil solucionar este partido con ese gol que nadie se acordará de él como uno de los goles de la jornada, pero lo es, sin duda, por lo que significó en el partido y por la extrema belleza en su ejecución.

Vale, marcarle un gol al Almería, con todo el debido respeto, no es anotar el gol de la Quinta, claro. En realidad, la importancia intrínseca de marcar al Almería es muy relativa, más bien baja. Pero visto cómo estaba desarrollándose el partido, anotar ese tanto dio una tranquilidad vital al Barça después de más de media hora atascadísimos ante un muro que había plantado ante el área de Julián el bueno de Sergi. No había ni fluidez, ni ideas, ni ganas, en realidad. Ya llegaría el gol, parecían pensar los azulgranas. Todo el mundo esperaba golear al Almería, pero ni mucho menos. Al Barça le costó mucho sudor ponerse momentáneamente a siete puntos del Madrid.

Salir de la defensa almeriense para buscar el contragolpe era complicadísimo. Algún balón largo que golpeó bien Julián, porque la mayoría los despejó hacia la banda o hacia donde no había ningún rojiblanco, pudo caer en los pies de Thievy o Édgar, los que más probabilidades tenían de ganar por alto a Bartra y Mascherano. Pero lo extraño es que cuando pudieron salir, el Almería lo hizo muy bien. Poco, pero con criterio. Es que incluso pudo adelantarse con una gran acción colectiva que pudo acabar con el tanto de Wellington. Era esa la acción aislada que dio tres puntos al Málaga, al Celta… y que no cambió el rumbo previsto del Almería.

A partir del gol de Messi no había ni la más mínima opción de remontada, ni siquiera de empatar. En realidad, los goles de Messi y de Luis Suárez fueron realmente muy parecidos y tuvieron el mismo significado. Los dos estaban solos, rodeados de contrarios y sin ninguna claridad para soltar el balón hacia un compañero. Entonces, ¿qué mejor que aprovechar que son de los mejores jugadores del mundo (bueno, Messi es el mejor de largo) y sacar a relucir su calidad individual? Uno, Messi, eligió una rosca de esas que no hizo ni la falta de Roberto Carlos a Francia tan famosa. Otro, Suárez, buscó romper la pelota y doblar la mano de Julián, y también lo logró.

Lo curioso del caso del uruguayo es que cuando tiene que pensar, se suele equivocar. Cuando sólo tiene que rematar a puerta, es tremendo. Ha fallado muchas de esas desde que está en el Barça, pero eso es lo que se le da mejor. Hay varias ocasiones en las que tiene que regatear, buscar compañeros, ganarse espacios poseyendo el balón, y se atasca. Pero por fin le salió bien eso también. Dos goles del charrúa que ya le dan dobles dígitos de goles en Liga, es decir, números más propios a su estatus de estrella.

Estrella está teniendo el Barcelona en los balones parados. ¡Qué efectividad! Un gol de Bartra en la nueva especialidad azulgrana. Sorprendente para un equipo que llevaba años sufriendo tanto a favor como en contra con la pelota parada. Ahora el Barça da miedo en el ataque posicional, a través de la velocidad y con los córneres y faltas laterales. Los culés no juegan a nada, en realidad, pero hacen bastante bien esas tres cosas, lo cual les vale para ser líderes destacados, finalistas de Copa y cuartofinalistas de la Champions League. Al final, tan mala pinta no tiene. Todo esto sin Neymar, aunque tampoco es que haya estado especialmente bien en las últimas semanas...

4 - Barcelona: Bravo; Alves (Montoya, min.64), Bartra, Mascherano, Adriano, Sergi Roberto, Xavi, Rakitic (Rafinha, min.67), Messi, Luis Suárez y Pedro.

0 - Almería: Julián; Casado, Trujillo, Ximo, Antonio Marín; Corona, Thomas, Wellington Silva (Soriano, min.56), Édgar (Zongo, min.72), Espinosa (Mané, min.78) y Thievy

Goles: 1-0: Messi, min.33. 2-0: Luis Suárez, min.55. 3-0: Bartra, min.75. 4-0: Luis Suárez, min.90+2.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Mostró tarjeta amarilla a Mascherano (min.43) y Casado (min.87).

Incidencias: Partido de la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA disputada en el Camp Nou ante 73.837 espectadores.