Es noticia
Jona, la perla que sentó a Casillas, se retiró... y consiguió debutar en Primera con 33 años
  1. Deportes
  2. Fútbol
REGRESA A VALENCIA, EL LUGAR DONDE TODO EMPEZÓ

Jona, la perla que sentó a Casillas, se retiró... y consiguió debutar en Primera con 33 años

Focos, glamour y lujo estan relacionados con el fútbol. Pero Jona confirma que no siempre es así. Una promesa que no brilló y que vuelve donde todo comenzó: Valencia

Foto: Jonathan López, en un mano a mano frente a Gerard Moreno en el partido de Copa ante el Villarreal.
Jonathan López, en un mano a mano frente a Gerard Moreno en el partido de Copa ante el Villarreal.

Focos, glamour, dinero y lujo suelen estar siempre relacionados con el fútbol al más alto nivel. Pero hay historias que nos recuerdan que el éxito es algo pasajero y que los sueños sólo se cumplen si realmente uno lucha por ellos. Ésta es la historia de Jonathan López Pérez, un portero que lo tenía todo para triunfar: estrella del fútbol a muy corta edad, era el encargado de dejar en el banquillo a un tal Iker Casillas. Sin embargo, el destino le esquivó en más de una ocasión y no pudo debutar en Primera hasta la pasada jornada: después de una vida ligada al balón, cumplía su sueño contra el Sevilla a los 33 años, mucho más tarde de lo que se esperaba de una de las grandes promesas del fútbol español. Este domingo regresa a Valencia, la ciudad en la que vivió en el cielo... y en el infierno.

Desde muy joven, Jona empezó a demostrar que estaba llamado a conseguir grandes éxitos en el fútbol. Jugando en su Asturias natal iba a tener su primera gran oportunidad: llamado por el combinado de su comunidad para jugar el Campeonato de España, tan buena fue su actuación que los responsables de la selección nacional se fijaron en él. Así, pocas semanas después decidieron llamarle a un 'stage' con el equipo nacional, una concentración en la que coincidió con jugadores como Iker Casillas, Pepe Reina, Joaquín Rodríguez o Vicente Rodríguez. El asturiano lo bordó en esta prueba con España.

Tanto que empezaron a lloverle las proposiciones: de manera inmediata, Real Madrid, Barcelona y Valencia le presentaron varias ofertas para hacerse con sus servicios: comenzaba su sueño para poder convertirse en futbolista. Tras un exhaustivo estudio de sus posibilidades, decidió decantarse por el conjunto 'ché', donde comenzaría a jugar en su equipo cadete. Sólo tenía 14 años, pero tenía una gran futuro por delante: no sólo se convirtió en una de las joyas de la cantera del Valencia, sino que Nike le firmó un contrato profesional en vista del enorme potencial que demostraba bajo palos. Su sueño había empezado.

Un sólo año después, su vida cambió por completo: pese a ser un niño de 15 años, no sólo hizo la pretemporada con el primer equipo -entonces entrenado por Claudio Ranieri-, sino que se convirtió en el portero titular del Valencia B, convirtiéndose en el jugador más joven de la historia de la Liga en debutar en categoría profesional. Mientras tanto, también era indiscutible en las distintas categorías de la selección española, siendo el portero titular por delante de Iker Casillas, que no era capaz de quitarle el puesto al asturiano. Y, entonces, llegó el Europeo de Inglaterra que le cambiaría la vida por completo.

Después de una excepcional actuación en el campeonato, el Chelsea realizó una oferta de más de 300 millones de pesetas para hacerse con sus servicios. El Valencia, consciente de la necesidad de retener a su ya estrella, igualó su contrato, ampliando su vinculación por siete años... pero Jona no fue consciente de lo que podía suponer un contrato tan largo. Un curso después, pasó a formar parte de la primera plantilla, aquella que ganó la Copa del Rey en la 98-99, pero entonces llegó Héctor Cúper al club. El argentino no le dejó marcharse cedido, pasando todo el año en blanco con la primera plantilla.

Tras ese primer año, decidió aceptar dos cesiones para no perder el ritmo -Numancia y Oviedo- pero, tras regresar, decidió intentar luchar por un puesto en el Valencia. Con 22 años, no encontró el hueco en el primer equipo, por lo que decidió bajar al filial para seguir jugando, pero el técnico del B le cerró las puertas de par en par. Así, sin ningún miedo, decidió bajar aún más, a jugar en el Valencia C. Éste era su último año de contrato y, tras la experiencia, decidió no continuar en Mestalla. Tras un año en el Córdoba, perdió la ilusión por el fútbol: con 26 años, una de las grandes promesas españolas anunciaba su retirada.

Con el fútbol prácticamente en segundo plano, el Albacete llamó a su puerta: pese a estar 16 kilos por encima de su peso ideal, decidió volver a coger los guantes y probar fortuna. Pese a ser el tercer portero del conjunto manchego, sólo necesitó 7 jornadas para convertirse en indiscutible, acabando el año como el Zamora de Segunda. Tras otra temporada en Albacete, se vio obligado a marcharse al Levadiakos griego para seguir jugando, pero en el país heleno sólo iba a durar tres meses por sus graves problemas con el presidente del equipo. Así, vivió casi otro año sin tener ritmo de competición.

Desesperado, Jona dio el paso hacia la Segunda B española: Roquetas y Burgos fueron sus dos próximos destinos. Pero se le volvieron a cerrar las puertas en España, y decidió regresar a Grecia, en esta ocasión al Veria de la Primera helena: pese a llegar como cuarto portero, pronto se hizo con un hueco en el equipo para ser nombrado al final de temporada como el mejor portero de Grecia en la 2012-13. Tras otro año más a muy alto nivel, al meta asturiano le llegó la gran oportunidad de su vida: el Getafe le ofrecía la oportunidad de regresar a a la elite de la liga española.

Aunque lo hacía como tercer portero, pronto tuvo la oportunidad de ganarse un puesto en el banquillo tras la lesión de Guaita. Pero Quique Flores iba a ser definitivo en su carrera: tras su llegada al conjunto azulón, decidió que Jona fuera el portero de la Copa, jugando ante Almería y Villarreal. Y, la pasada semana, le iba a dar la gran oportunidad de su carrera: a los 33 años, por fin iba a debutar en Primera, en la victoria de su equipo ante el Sevilla. Ahora, el meta vuelve a Valencia para medirse al equipo que le llevó al cielo y al infierno. Pero Jona ya es feliz: por fin ha cumplido su gran sueño.

Focos, glamour, dinero y lujo suelen estar siempre relacionados con el fútbol al más alto nivel. Pero hay historias que nos recuerdan que el éxito es algo pasajero y que los sueños sólo se cumplen si realmente uno lucha por ellos. Ésta es la historia de Jonathan López Pérez, un portero que lo tenía todo para triunfar: estrella del fútbol a muy corta edad, era el encargado de dejar en el banquillo a un tal Iker Casillas. Sin embargo, el destino le esquivó en más de una ocasión y no pudo debutar en Primera hasta la pasada jornada: después de una vida ligada al balón, cumplía su sueño contra el Sevilla a los 33 años, mucho más tarde de lo que se esperaba de una de las grandes promesas del fútbol español. Este domingo regresa a Valencia, la ciudad en la que vivió en el cielo... y en el infierno.

Iker Casillas Valencia CF