El Camp Nou sigue indultando al desacertado Luis Suárez

Luis Suárez continúa negado de cara al gol. Este domingo, frente al Villarreal, falló tres ocasiones claras en la primera mitad y durante un breve momento se oyó algún murmullo en las gradas del Camp Nou. Al uruguayo le está empezando a pesar su sequía goleadora y se le nota ansioso, agobiado. En Liga sólo ha conseguido marcar dos tantos, una cifra pobrísima para un delantero como él y los nervios comienzan a atenazarle cuando se trata de tirar a puerta.

Pese a su falta de puntería el jugador, eso sí, no se esconde y colaboró en dos de los tres tantos de su equipo en la segunda parte así que cuando fue sustituido en la segunda mitad por Pedrito, el público optó por aplaudirle y mostrarle su apoyo. Hay que estar ciego para no notar que Luis Suárez necesita mimos pero, sobre todo, un gol que espante los fantasmas cuanto antes. Luis Enrique continúa afirmando ante los medios que está encantado con el trabajo del delantero, pero no dudó en sentarle en el banquillo en el minuto 72’.

Messi es insustituible y lleva nada menos que 22 goles en la Liga, (el de ayer con la derecha, su pierna ‘mala’ en teoría), mientras que Neymar está en plena racha también y anoche logró su decimoquinto tanto en el campeonato, la misma cifra que consiguió durante toda la pasada campaña en Liga, Copa y Champions. El salto de calidad del brasileño ha sido espectacular y una de las claves de la recuperación del Barça, que ya encadena ocho partidos consecutivos ganando. Desde el partido de Anoeta, Neymar ha marcado ocho goles: cuatro en Liga (dos al Elche, uno al Atlético y otro al Villarreal) y cuatro en Copa (dos al Elche y otros dos al Atlético).

La falta de acierto de Luis Suárez la están supliendo con creces la pareja formada por el argentino y el brasileño, que han firmado 17 de los 29 tantos que ha conseguido el Barça desde la derrota ante la Real Sociedad que supuso un punto de inflexión para el conjunto de Luis Enrique. “Le está costando”, resumió Bartomeu tras el partido, que negó, claro, estar preocupado por el rendimiento del fichaje estrella de la temporada. Puede que al presidente no le quite el sueño la sequía del uruguayo, pero quizás el propio jugador no pueda decir lo mismo.