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Así vivimos el Rayo Vallecano-Celta de Vigo
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Así vivimos el Rayo Vallecano-Celta de Vigo

Un gol de Alberto Bueno a los veinte minutos permitió al Rayo sumar una victoria balsámica que le asienta en la zona media de la tabla,

Un gol de Alberto Bueno a los veinte minutos permitió al Rayo sumar una victoria balsámica que le asienta en la zona media de la tabla, ante un Celta peleón que gozó de numerosas ocasiones para empatar pero que sufrió en Vallecas su primera derrota de la temporada a domicilio. El estadio del Rayo fue una fiesta por la victoria y también por el hecho que se produjo este sábado, cuando se confirmó que el club vallecano iba a ayudar económicamente a una anciana que iba a ser desahuciada. Varios mensajes se mostraron en las gradas y el que más llamó la atención fue el de “Los desahucios de un Estado enfermo, la solidaridad de un barrio obrero”.

Después de tres derrotas consecutivas y un parón liguero demasiado largo de dos semanas, el Rayo llegó a su cita con el Celta ansioso por recuperar las buenas sensaciones de principio de temporada y volver a puntuar para no empezar a sentir el acecho del descenso. El objetivo no era fácil porque enfrente estaba el conjunto gallego, único conjunto invicto a domicilio de la Liga y que estaba rayando un nivel de juego muy alto que le ha valido para ganar a equipos como el Barcelona y empezar a ilusionarse con jugar en Europa la próxima campaña.

Con dos estilos de juego muy parecidos a nivel ofensivo, basados en el toque y la posesión, el choque fue discurriendo a un ritmo muy alto los primeros minutos sin un dominador claro, aunque el Rayo, quizá por su condición de local, puso algo más de empeño que su rival por llegar al área contraria. El conjunto madrileño, que avisó con un disparo del capitán Roberto Trashorras que atrapó Sergio Álvarez, encontró premio a su tesón a los veinte minutos cuando Gaël Kakuta, desde la derecha, centró con rosca y Alberto Bueno, acompañando el balón, marcó de cabeza.

El gol encajado, lejos de hacer mella, obligó a espabilar al Celta, que ganó metros sobre el área de su rival y comenzó a inquietar la meta defendida por Cristian Álvarez. Precisamente el portero argentino fue el salvador de su equipo con dos paradas de mérito a sendos disparos de Alex López y Augusto Fernández, aunque fue el danés Krohn-Deli, con un tiro al palo, el que más cerca estuvo de empatar en la primera mitad.

En la segunda parte, el Celta siguió insistiendo en busca del empate y en los primeros compases tanto el argentino Augusto, con un disparo ajustado que repelió Cristian Álvarez, como Fontás, que cabeceó al palo un saque de esquina, pudieron igualar la contienda. Ese dominio del Celta, y sus llegadas cada vez más peligrosas, hicieron que el técnico del Rayo Paco Jémez moviera su banquillo para retirar al lateral izquierdo Nacho Martínez y al delantero Alberto Bueno y dar entrada a Quini y el ariete angoleño Manucho. Con este cambio, el conjunto madrileño ganó consistencia y equilibrio ante un Celta que, según iban pasando los minutos, se aceleraba más y perdía balones debido a su impaciencia.

La salida del chileno Fabián Orellana no supuso el revulsivo esperado para el Celta por su técnico, Eduardo Berizzo, que desde el banquillo asistió al recital de filigranas que ofreció Kakuta, que levantó en varias ocasiones a la afición de sus asientos. En los últimos minutos, el Celta siguió intentando apurar sus opciones de puntuar en Vallecas y pudo hacerlo a falta de seis minutos con un remate que se marchó fuera de Pablo Hernández tras saque de esquina, pero la fortuna, que en otros choques no cayó del lado rayista, este domigno sí estuvo de su parte.

Un gol de Alberto Bueno a los veinte minutos permitió al Rayo sumar una victoria balsámica que le asienta en la zona media de la tabla, ante un Celta peleón que gozó de numerosas ocasiones para empatar pero que sufrió en Vallecas su primera derrota de la temporada a domicilio. El estadio del Rayo fue una fiesta por la victoria y también por el hecho que se produjo este sábado, cuando se confirmó que el club vallecano iba a ayudar económicamente a una anciana que iba a ser desahuciada. Varios mensajes se mostraron en las gradas y el que más llamó la atención fue el de “Los desahucios de un Estado enfermo, la solidaridad de un barrio obrero”.