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La nueva vida de Xavi en el Barcelona
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podría acelerar su adiós al club

La nueva vida de Xavi en el Barcelona

Xavi se quedó. Sorprendía a todos, incluso a sí mismo, porque su salida se daba por hecha. Siguió un año más, su 17º como azulgrana. Un año… o ¿seis meses?

Foto: Xavi va a pasar mucho más tiempo en el banquillo de lo habitual (EFE).
Xavi va a pasar mucho más tiempo en el banquillo de lo habitual (EFE).

El Barça acabó un ciclo el 1 de julio de 2014. Durante mucho tiempo antes se anunciaba la llegada de un apocalipsis culé que nunca se daba. Los jugadores y entrenadores que pasaban por Can Barça se encargaban de retrasar su fecha de caducidad, porque seguían ganando y casi siempre, jugando bien. Pero ese día era el principio de algo nuevo, diferente, quién sabe si mejor (aunque posiblemente sea peor, porque estar a esa altura de nuevo es improbable), pero sí diverso. No podía ser lo mismo un Barcelona que no tenía ni a Carles Puyol ni a Víctor Valdés. Sin embargo, Xavi se quedaba. Sorprendía a todos, incluso a sí mismo, porque su salida se daba por hecha. Siguió un año más, su 17º como azulgrana. Un año… o ¿seis meses?

Luis Enrique ha dirigido tres partidos oficiales al Barcelona, los tres encuentros de Liga que llevamos hasta el momento. Lo cierto es que los resultados le están acompañando y la imagen colectiva de su equipo es cada vez mejor. Las ideas que ha tratado de implantar (y otras muchas que ha intentado recuperar) funcionan con un sabor a La Masía enorme. Pero el baluarte de la cantera, el paradigma del canterano del Barcelona no es una parte importante de este nuevo Barça, ni siquiera una parte medianamente relevante. Es, de hecho, insignificante.

Xavi ha jugado poco más de un cuarto de hora en este inicio liguero. Lo cierto es que su influencia en ese ratito que jugó fue muy positiva. El Barcelona estaba atascado empatando contra el Villarreal y el partido estaba loco, de ida y vuelta. Tanto los culés como el Submarino encontraban la portería contraria con asiduidad y faltaba gol… y calma. Lucho miró hacia el banquillo y vio a su capitán, ese que no le mira con cara de agrado (la relación entre ellos no es, digamos, fluida) y tiró de él para bajar las pulsaciones al partido y trabajar como siempre ha hecho el Barça para encontrar un gol: con paciencia y desde la posesión de la pelota. Xavi entró y su pausa generó la jugada del gol.

Eso sucedió a varias decenas de kilómetros de Barcelona, muy lejos del Camp Nou, donde Xavi ha tenido tantas y tantas tardes de gloria. Pero ese tiempo ya ha pasado a mejor vida. De 180 minutos que el Barça ha disputado en casa, Xavi no ha participado ni en uno siquiera. Aún no ha debutado esta temporada en su casa y tan sólo ha jugado en el Trofeo Joan Gamper, donde pudo al menos recoger el trofeo como primer capitán del equipo que ahora es por votación. En esos dos partidos estaba en el banquillo, pero su entrada no se consideró necesaria.

Los buenos resultados y el cada vez mejor juego del Barça dan la razón a Luis Enrique. Xavi, a pesar de lo que se podía creer en los últimos años, no es fundamental para el Barcelona. La creatividad y cabeza en el centro del campo de antes ya no es indispensable puesto que el entrenador prefiere un juego más directo, dando menos toques al balón. Ahí, Luis Enrique ve clave a Rakitic e Iniesta, como pareja ya asentada en los interiores y evidenció que tiene preferencia por Rafinha Alcántara antes que por su capitán. Incluso en el primer partido de Liga, contra el Elche, jugó Sergi Roberto en vez de Xavi, como refresco para la medular.

Por todo esto, la idea de salir del Barça vuelve a pasar por la cabeza de Xavi. ¿Para qué seguir si no cuentan con uno? En un primer instante, Xavi pensó en dejarlo, en bajarse del barco que le vio nacer por no sentirse útil, por considerarse sustituible y reemplazable. Tata Martino no contó con él para jugarse la Liga contra el Atlético de Madrid y Vicente del Bosque lo sentó cuando España necesitaba ganar a Chile para seguir viva en el Mundial de Brasil. Esos dos grandes golpes le hirieron su autoestima, pero según él mismo contó, fue Luis Enrique en principal ‘culpable’ de que siguiera una temporada más en el Barcelona. Le prometió que tendría espacio, menso que antes, pero que sería igualmente importante. Y eso hasta ahora no se ha visto reflejado y ya van tres jornadas.

Tal y como hemos contado en este periódico, Xavi tenía ofertas de Qatar para recibir una suculenta cifra de salario y así abandonar el fútbol de mayor nivel para tener unas exigencias menores. Pero la idea no satisfizo a Xavi, porque recibió otra que sí lo hizo. El proyecto del Manchester City en la Major League Soccer le hizo llegar una propuesta para unirse, junto a David Villa y Frank Lampard, al New York City. La idea es suculenta, pero la liga estadounidense comienza meses después del final de 2014, por lo que tendría que haber hecho como Villa y Lampard y unirse a otros clubes mientras (el asturiano se marchó al Melbourne City, mientras que el inglés siguió en la Premier con el propio Manchester City). El catalán decidió seguir en el Barcelona hasta entonces.

Su situación actual, sin minutos y sin visos de tenerlos en las próximas semanas, podría adelantar su decisión. Xavi, inicialmente, se habría marchado en junio al New York City, pero de seguir en esta disyuntiva, no es descartable que ponga fin a su etapa en el Barcelona en diciembre para ir ya a incorporarse a su futuro equipo.

El Barça acabó un ciclo el 1 de julio de 2014. Durante mucho tiempo antes se anunciaba la llegada de un apocalipsis culé que nunca se daba. Los jugadores y entrenadores que pasaban por Can Barça se encargaban de retrasar su fecha de caducidad, porque seguían ganando y casi siempre, jugando bien. Pero ese día era el principio de algo nuevo, diferente, quién sabe si mejor (aunque posiblemente sea peor, porque estar a esa altura de nuevo es improbable), pero sí diverso. No podía ser lo mismo un Barcelona que no tenía ni a Carles Puyol ni a Víctor Valdés. Sin embargo, Xavi se quedaba. Sorprendía a todos, incluso a sí mismo, porque su salida se daba por hecha. Siguió un año más, su 17º como azulgrana. Un año… o ¿seis meses?

Luis Enrique Xavi Hernández
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