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Un Atlético 'bipolar' llega al derbi con dudas
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Sin chispa si no está simeone

Un Atlético 'bipolar' llega al derbi con dudas

El campeón ha comenzado la Liga mostrando un nivel lejos del que mostró en la Supercopa de España. ¿Sólo se motiva con el Madrid o es la ausencia del Cholo?

Foto: El Atlético tiene que recuperar sensaciones para poder ganar el derbi (AP).
El Atlético tiene que recuperar sensaciones para poder ganar el derbi (AP).

Un derbi transforma a cualquiera, desde a la afición como al último miembro de un equipo técnico, al más insignificante participante del espectáculo futbolístico que representa. Y, por tanto, también modifica el acercamiento al partido por parte de los principales implicados, los jugadores. No es lo mismo enfrentarse a cualquier otro adversario, sea grande o pequeño, que retar al máximo enemigo. La implicación de la plantilla varía, y las ideas que otros días parecen menos frescas, resurgen como las moscas en verano, y suben el nivel colectivo. Especialmente en los últimos tres años, los derbis entre Real Madrid y Atlético han ganado en calidad, desde que los colchoneros volvieron a ser uno de los grandes.

Pero el intenso juego grupal en esos partidos esporádicos no siempre concuerda con las demostraciones regulares, como le viene sucediendo al Atlético de Madrid. Los rojiblancos no han comenzado la Liga al mejor nivel, muy lejos de ese estado glorioso de forma que los llevó a ganar el título en el Camp Nou. Llevan dos partidos de la competición de la regularidad mostrando una cara extraña, no habitual en el Atleti del Cholo Simeone, que se caracteriza siempre por su agresividad y su voluntad de ganar cada pelota. Con lo justo pudo ganar al Eibar en el Calderón y no logró marcar un gol al Rayo en la jornada inicial.

Esta situación del juego atlético difiere mucho del magnífico desarrollo que mostraron en los dos partidos de la Supercopa de España. El Atlético, sobre todo en el encuentro de vuelta en su territorio, fue superior al Real Madrid, al que aguantó de maravilla en el Bernabéu y al que ganó sin demasiado sufrimiento en el Calderón. Desde el primero hasta el último jugador estaba tremendamente metido en el partido, luchando cada balón e impidiendo que el Real Madrid pudiese hacer el juego que lo hizo campeón de Copa y de Europa el curso pasado, y más recientemente, de la Supercopa europea.

Ahora la pregunta que cabe hacerse es la siguiente: ¿qué Atlético de Madrid jugará en Chamartín el sábado? ¿El tremendamente competitivo muy parecido al que ganó el título? ¿O el equipo ramplón y sin ideas ni juego que ha comenzado la Liga? La pregunta no tiene una respuesta sencilla, puesto que el momento actual no es fácil de afrontar. Las sensaciones, como decimos, no son las más positivas, y además muchos jugadores vuelven de jugar con sus selecciones (la mejora competitiva del Atleti hace que cada vez tenga más internacionales por el mundo). Es decir, llegarán cansados del viaje y con la obligación de cambiar el chip inmediatamente para concentrarse lo antes posible para todo un derbi.

Sin chispa sin el Cholo

Puede que la principal causa del bajón deportivo (no tanto de resultados) del Atlético resida en que en esos dos partidos en los que no ha rendido al nivel esperado no estuviera Diego Pablo Simeone. La sanción del argentino es una merma considerable para un equipo que tiene en su entrenador a su principal baluarte. Esa motivación extra con la que saltan al campo los colchoneros la transmite el entrenador, y puede que sea una de las razones por la que los jugadores del Atlético parecen, en ciertas ocasiones, sobreexcitados. Pero la ausencia del Cholo les quita demasiado empuje y parece restarles ideas.

Como hemos contado en este periódico, el Atlético tiene entre ceja y ceja el único título que le falta en esta gran etapa de Simeone como entrenador, la Champions League. Sin embargo, seguir luchando por llegar al final de la temporada con opciones en la Liga es también un reto importante. Aún quedan siete partidos al técnico argentino para sentarse otra vez en un banquillo, y por tanto, el Atleti tiene que aprender a vivir sólo con Germán Burgos en el puesto de entrenador, porque no siempre van a aparecer los goles a balón parado de Mandzukic y Miranda para salvar un partido ante un rival, a priori, asequible. El conjunto de acciones entre el resto de protagonistas, los Koke, Raúl García, Griezmann deben aparecer más a menudo, empezando por el derbi.

Un derbi transforma a cualquiera, desde a la afición como al último miembro de un equipo técnico, al más insignificante participante del espectáculo futbolístico que representa. Y, por tanto, también modifica el acercamiento al partido por parte de los principales implicados, los jugadores. No es lo mismo enfrentarse a cualquier otro adversario, sea grande o pequeño, que retar al máximo enemigo. La implicación de la plantilla varía, y las ideas que otros días parecen menos frescas, resurgen como las moscas en verano, y suben el nivel colectivo. Especialmente en los últimos tres años, los derbis entre Real Madrid y Atlético han ganado en calidad, desde que los colchoneros volvieron a ser uno de los grandes.

Diego Simeone
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