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Xavi es la brújula que devuelve el norte a un Barcelona que vive de un tanto de Sandro
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el capitán entró y calmó un partido loco

Xavi es la brújula que devuelve el norte a un Barcelona que vive de un tanto de Sandro

El Barcelona venció un partido que se volvió loco en la segunda parte, con muchas ocasiones para los dos, pero entro Xavi y el Barça encontró el gol (0-1)

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La noticia del partido entre amarillos y azulgranas se produjo antes incluso de que Velasco Carballo diera permiso para hacer rodar la pelota. Iniesta no estaba en el estadio y, sin embargo, Xavi Hernández no lo sustituía en el once titular, pero sería el hombre clave a la postre en la victoria del Barça en Villarreal (0-1) con gol de Sandro Ramírez. Rakitic, titular ya por decreto (y para qué engañarnos, por rendimiento), no estaría acompañado por el hombre al que venía, teóricamente, a reemplazar cuando se daba por hecho la marcha de Xavi. En cambio, el que sería titular como interior izquierdo era Rafinha Alcántara. No es su posición más natural. El brasileño está acostumbrado a acercarse más al área, a estar más cerca de los delanteros y a marcar, incluso. Pero Lucho lo quiso ahí, en vez de a Xavi; en vez de a Sergi Roberto.

La explicación para semejante decisión es sencilla. Rafinha es muy eléctrico, muy vivo; sus condiciones físicas le permiten hacer un desgaste físico más alto del que podrían haber hecho Xavi o Sergi. Y lo que le preocupaba a Luis Enrique eran los contragolpes del Villarreal. Evitarlos era de suma importancia y la presión sin balón debía parecerse lo máximo posible a la que realizaba el mejor Barça de Guardiola. La acumulación de hombres en la inmediación del área rival en el ataque posicional permite poder estar encima del portador del balón una vez éste se pierde. Y el Barça hizo eso de maravilla.

La solidaridad del conjunto a la hora de presionar tras pérdida no se trasladaba a la hora de apoyar al compañero que tenía la pelota. La posesión del esférico era absolutamente azulgrana porque tardaba muy poco en recuperarla cuando no la tenía. Sin embargo, con el balón en los pies, la mentalidad colectiva en defensa, no se veía reflejada. Si el interior recibía, al único que tenía a mano era al lateral sin profundizar, o al pivote para volver a empezar de nuevo. El problema fundamental era la falta de movilidad del resto. No había casi nunca dos de apoyo al que tenía el balón. Y así, el Villarreal corría detrás de la pelota, pero Asenjo estaba tranquilo.

Y no sufría, pero tampoco hacía sufrir al Barça. Por esa presión colectiva inmediata tras robo, los amarillos se veían obligados a jugar en muy pocos toques muy rápidos y que tenían que tener una precisión milimétrica para que el receptor pudiese tener ventaja sobre el rival. Lo mejor para Marcelino es que tiene jugadores de una calidad técnica muy alta, capaces de mantener la posesión de pelota ante presión para habilitar a los compañeros. En eso, Bruno Soriano y Cani son maestros absolutos. Después, los puñales de Gio y Cheryshev tenían que encargarse de aprovechar los espacios. Pero no lo hacían, tenían demasiada prisa.

Sin Iniesta ni Xavi, la responsabilidad del brazalete, del líder efectivo del equipo recaía en Messi. Está acostumbrado a ello, no le afecta negativamente, sino más bien al contrario. Cuando reconoció el problema en la construcción de Rakitic y Rafinha, retrasó metros para ejercer de tercer interior, de creador de juego. Esa posición a la que está destinado con el paso de los años. Con Messi más cerca de los interiores, el Barça vivió sus mejores momentos, sin que por ello creara demasiadas ocasiones. Messi habilitaba a Pedro, a Alves, a Munir. Fue Pedro el que tuvo la mejor oportunidad, pero una mano cambiada de Asenjo evitó un golazo y lo convirtió en una palomita algo exagerada. Después, Pina convirtió en casi gol una falta sin demasiado peligro de Messi, que acabó en el palo.

La segunda parte comenzó de forma diferente a la primera, pero acabó por unos derroteros muy similares. El Villarreal salió al descanso tras la charla de Marcelino, que seguro les pidió ser más agresivos en la recuperación y no quedarse en el mero intento en el ataque, sino probar a hacer daño cuando tenían la pelota. Lo intentaron en el primer cuarto de hora, y agobiaron bastante al Barça, pero éste se rehízo bien cuando entró Neymar al campo. Volvió a recuperar la sensación de dominio, pero no la posesión, que se repartió. Y con jugadores tan verticales en los dos equipos, el choque se convirtió en un correcalles.

No había paciencia en el toque, se intentaba llegar lo antes posible al gol. Las ocasiones, antes ausentes, empezaron a aparecer de forma constante. La tuvo Sandro cuando entró, la tuvo Pina con un tiro a la madera, la tuvo Neymar que estrelló la pelota en el cuerpo de Víctor sobre la línea, la tuvo Messi que volvió a tocar el poste. Y entonces entró Xavier Hernández para detener el alboroto y comenzar a organizar desde cero el ataque posicional, con la calma que requiere la apertura de espacios en una defensa cerrada.

Fue así, con calma, como el Barça encontró el gol. Una jugada trenzada encontró a Neymar como ‘10’. El brasileño vio a Messi en el área y el argentino detuvo el balón, su cuerpo y el tiempo. Encaró, recortó y con la puntera casi sin ángulo disparó. La pelota superó llorando las piernas de Asenjo y Sandro marcó su primer gol oficial empujándola. No será titular habitualmente, es evidente y Luis Enrique lo está dejando claro, pero Xavi ejercerá muchas veces de un revulsivo poco visto hasta ahora. No será el eléctrico extremo que rompa un partido, pero sí será la brújula que dé el sosiego necesario cuando su equipo pierda el norte.

Ficha técnica:

0 - Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, Jaume Costa (Gabriel, m.58); Pina, Bruno, Trigueros; Cani (Espinosa, m.69), Cheryshev (Vietto, m.63); y Giovani.

1- Barcelona: Bravo; Dani Alves, Piqué, Mathieu, Jordi Alba; Busquets, Rafinha (Xavi, m.75), Rakitic; Munir (Neymar, m.58), Messi y Pedro (Sandro, m.69).

Gol: 0-1, m.82: Sandro.

Árbitro: Velasco Carballo (colegio madrileño). Amarilla a los visitantes Pedro (m. 37) y Dani Alves (m. 42).

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio El Madrigal ante la presencia de 20.000 espectadores.

La noticia del partido entre amarillos y azulgranas se produjo antes incluso de que Velasco Carballo diera permiso para hacer rodar la pelota. Iniesta no estaba en el estadio y, sin embargo, Xavi Hernández no lo sustituía en el once titular, pero sería el hombre clave a la postre en la victoria del Barça en Villarreal (0-1) con gol de Sandro Ramírez. Rakitic, titular ya por decreto (y para qué engañarnos, por rendimiento), no estaría acompañado por el hombre al que venía, teóricamente, a reemplazar cuando se daba por hecho la marcha de Xavi. En cambio, el que sería titular como interior izquierdo era Rafinha Alcántara. No es su posición más natural. El brasileño está acostumbrado a acercarse más al área, a estar más cerca de los delanteros y a marcar, incluso. Pero Lucho lo quiso ahí, en vez de a Xavi; en vez de a Sergi Roberto.

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