Douglas Pereira, otro lateral que toca el Barcelona para 'presionar' a Dani Alves

A día de hoy, sábado 16 de agosto, Daniel Alves sigue siendo jugador del Barcelona. Y a día de hoy, el club sigue sin querer que se quede en la plantilla. Ningún miembro del equipo azulgrana ha confirmado que vaya a permanecer en el primer equipo una vez se cierre el mercado de fichajes y, mientras, la dirección deportiva lleva semanas buscando un sustituto para ocupar la vacante de lateral derecho que debe dejar el brasileño. Pero Alves sigue agarrado a su silla como un gato a la pierna de su amo, sin ceder ni un milímetro y aferrado al año de contrato que todavía le une al Barça.

Tiene 31 años y su rendimiento en el césped se ha visto muy afectado en los últimos años, decreciendo exponencialmente hasta caerse incluso de los partidos más importantes de su selección, Brasil, en el pasado Mundial. Ni siquiera Felipe Scolari, uno de sus principales valedores, confía ya en el lateral. Es por ello que Alves sabe que para seguir teniendo un gran contrato como el que tiene en el Barça, tiene que quedarse. Actualmente cobra unos cinco millones de euros netos del club que preside Josep María Bartomeu, además de varios millones más por acuerdos de patrocinio personales. Pocos clubes le pagarían ese montante ahora mismo.

El principal inconveniente para su salida es que el Barça no piensa regalarlo. Es un jugador cuyo millonario traspaso (35’5 millones de euros al Sevilla) se ha amortizado con creces en las temporadas en las que Alves era considerado, por la gran mayoría, el mejor lateral derecho del mundo. Pero precisamente por esa reminiscencia ya lejana en el tiempo el Barça todavía lo considera un futbolista por el que sacar una buena suma de dinero. Muchos clubes lo querrían en su plantilla, pero se encuentran con la obligación de pagar traspaso por alguien mayor de 30 años y que percibe un salario prohibitivo. Conclusión, la puerta está abierta, pero no puede cruzarla.

Luis Enrique y Zubizarreta van de la mano en esto. Los dos lo quieren fuera y a Juan Guillermo Cuadrado dentro. Ven al colombiano como el remplazo ideal por sus condiciones atléticas y capacidad para subir y bajar continuamente el costado diestro azulgrana. Pero el Barça ha llegado tarde por Cuadrado. Hizo un muy buen papel en el Mundial de Brasil que lo ha revalorizado tremendamente, y se habla de que la Fiorentina estaría exigiendo ahora un traspaso que rondase los 50 millones de euros. Y claro, las arcas culés no están para esos trotes después de 153 millones ya gastados en seis jugadores, por lo que se están buscando alternativas mucho más económicas.

El último nombre en salir a relucir es el del también brasileño Douglas Pereira, cuya figura ha provocado ya un cisma en el Sao Paulo. El presidente del club y el propio entrenador Muricy Ramalho (técnico del Santos cuando Neymar jugaba allí) tuvieron un pequeño gran desliz al admitir a la prensa que estaban negociando el traspaso de Douglas al Barcelona, revelando incluso el precio, que rondaría los seis millones “aunque podría ser más”. La confidencialidad de la negociación era fundamental para el presidente de la entidad paulista, Ataíde Gil Gerreiro, pero el presidente del club y Ramalho cometieron el error de hacerlo público.

El error puede no ser tan grave, puesto que el conocimiento público del interés del Barça por Douglas intensificará las llamadas de otros grandes clubes por un jugador hasta ahora algo desconocido. Douglas hizo su carrera juvenil en el Goiás hasta debutar con el primer equipo en 2009. Su buen rendimiento como típico lateral brasileño (velocidad y buen desempeño en ataque) hizo que uno de los grandes del país, el Sao Paulo, lo fichara en 2012, año en el que ganó la Copa Sudamericana, con Douglas como parte del equipo. A sus 24 años, no ha sido aún internacional absoluto con Brasil, pero sí ha defendido la Canarinha en categorías inferiores. De confirmarse en algún momento próximo la contratación de Douglas Pereira, sería el último aviso a Dani Alves para forzar su marcha.