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El Barcelona todavía debe vender para apuntalar una defensa bajo mínimos
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la zaga es el punto débil del club azulgrana

El Barcelona todavía debe vender para apuntalar una defensa bajo mínimos

Suárez, Rakitic, Bravo y Ter Stegen. Un delantero, un centrocampista y dos porteros. ¿Y qué pasa con la defensa? Otro verano más y la misma pesadilla

Foto: Piqué se seca el sudor durante un encuentro del Barcelona este curso.
Piqué se seca el sudor durante un encuentro del Barcelona este curso.

Luis Suárez, Ivan Rakitic, Claudio Bravo y Ter Stegen. Un delantero, un centrocampista y dos porteros. Todo, a cambio de unos 130 millones de euros. ¿Y la defensa? Bien, gracias. Otro verano más y la misma pesadilla. Y van tres. A estas alturas de la película no es ningún secreto que el talón de Aquiles del Barcelona reside en la defensa. Es la línea del campo más débil, origen de todos los males mostrados por el equipo durante el pasado curso. Tras la retirada de Puyol, en estos momentos sólo cuenta con dos centrales puros: Gerard Piqué y Marc Bartra. Insuficiente para un equipo concebido para aspirar a las más altas cotas y que el año que viene no podrá fichar si se cumple la sanción impuesta por la FIFA.

Desde la zona noble del Camp Nou intentarán reforzar el eje de la zaga con la mayor celeridad posible. Marquinhos, Mathieu, Miranda o incluso Hummels. Los candidatos están ahí, a la vista de todos, pero ninguna propuesta termina de concretarse.Por increíble que parezca, desde el fiasco que supuso el tan comentado fichaje de Dimitro Chigrinsky en el verano 2009 por 25 millones de euros, el Barcelona no ha vuelto a reforzar el centro de la defensa. Aquel año, durante la temporada 2009/2010, además del ucraniano del Shakhtar Donetsk el equipo contaba en el equipo con otros cuatro centrales: Rafa Márquez, Gabi Milito, Puyol y Piqué. Pero todos se fueron yendo y la zaga ha quedado en cuadro, bajo mínimos. En los años de bonanza, cuando los resultados acompañaban y los títulos seguían llenando las vitrinas, los parches valían para salir del paso. Mascherano, Song, Busquets, Fontás, Adriano… pan para hoy y hambre para mañana en una posición delicada.

La pasada campaña, Piqué y Bartrá fueron renovados con buen tino por la directiva hasta 2019 y 2017 respectivamente. Hacen falta dos más. El Barça quiere que Mascherano siga siendo ‘El Jefecito’. De hecho están dispuestos a revalorizar sus emolumentos para que cumpla el acuerdo que le liga al cuadro barcelonista hasta 2016. Pero, de forma unánime, lo hará en el medio campo, su posición natural y donde ha cuajado una destacada actuación en el Mundial. ‘De este verano no pasa’, retumba en la cabeza del triunvirato formado por Luis Enrique, Zubizarreta y Bartomeu. No queda otra. El pasado sábado, antes de partir rumbo a Río de Janeiro para asistir a la final del Mundial, el presidente del Barcelona trató de tranquilizar a las masas con unas palabras cargadas de ambigüedad. "Cumpliremos las peticiones del cuerpo técnico que pasan, como se sabe, por incorporar algunos jugadores más", comentó.

Entre los nombres que vienen sonando con fuerza en los últimos tiempos, Jeremy Mathieu y Marquinhos son los que más papeletas tienen para terminar vistiendo de azulgrana. En ambos casos, el acuerdo con los jugadores es total. Sólo falta el ‘ok’ de sus clubes de origen. Mathieu es una de las prioridades de Luis Enrique. El técnico asturiano quiere que el zaguero galo forme parte del nuevo Barça que está construyendo para el próximo curso. Aunque el jugador está como loco por salir, el presidente valencianista, Amadeo Salvo, no da su brazo a torcer y se remite a la cláusula de rescisión que asciende a 20 millones. Por el momento, el Barcelona no se deja atosigar. Su puja se queda en 15 kilos, cinco menos de la cantidad que aseguraría la libertad del jugador, aunque según apuntan desde la Ciudad Condal se intentará aumentar la apuesta la próxima semana.

Una situación de incertidumbre que disgusta y molesta al francés. A sus 30 años y tras un lustro de dedicación y entrega en la parroquia ché, sabe que hay trenes que sólo pasan una vez en la vida. De momento, lo único que ve el todavía jugador blanquinegro son las trabas de los directivos valencianistas para entorpecer las negociaciones. Por si fuera poco, en su día se le dijo que sólo saldría del Valencia en caso de que llegara una oferta del Barcelona. Una promesa incumplida por el momento en vista de los problemas en defensa que tiene el equipo de la capital del Turia.

El caso del joven brasileño ocurre algo similar. Si por él fueravendría con los ojos cerrados. Sabe que con Thiago Silva y la flamante llegada de David Luiz sus minutos van a verse limitados de forma dramática.A pesar de contar con dos de los mejores centrales del mundo,el PSG se cierra en banda y no quiere iniciar conversaciones con el equipo culé para cerrar el fichaje del joven carioca. En el caso de que se desbloquee la situación, cabe recordar que losjeques desembolsaron 32 millones de euros el pasado verano para traerle desde la Roma. Una cifra que da una idea de a qué nivelesasciendenlas pretensiones económicas del cuadro parisino para dar luz verdealtraspaso. El jugador ya ha iniciado la pretemporada con el equipo y el pasado martes disputó un amistoso ante el Hartberg austriaco (0-3). Con la imperiosa necesidad de mover ficha, toca rascarse el bolsillo.

Más allá de los principales objetivos, también se baraja la posibilidad de hacerse con Miranda y Hummels. El central del Atlético de Madridestaría dispuesto a abandonar el Manzanares pero los rojiblancos se limitan a la cláusula: 30 millones de euros. En lo que respecta al central del Dortmund, más de lo mismo. En 2012 renovó hasta 2017 y el precio de su libertad también se sitúa en la barrera de los 30 kilos. Aunque el tiempo aprieta y los movimientos deben empezar a coger forma, en el club se muestran tranquilos. "Estamos haciendo realidad la remodelación profunda que nos habíamos planteado. Zubizarreta y Luis Enrique están trabajando para formar un equipo que aspire a todo. Estamos en buenas manos", insistió el mandamás azulgrana en declaraciones recogidas por los medios del club. La cuenta atrás ha empezado.

Las salidas deAlexis(42,5 millones) yCesc(36)rumbo a laPremier Leaguehan dejado en las arcas del club78,5 millones. Cifra a restar a los 130 millones(80+25+12+12)invertidos en lascuatro contrataciones que han cristalizado hasta la fecha. El balance arroja un dispendio acumulado hasta el momento de unos 50millones. Atendiendo a las palabras de Bartomeu, quien allá por marzoexplicó que disponían de 120 millones para fichajes, las cuentas no salen. Más aún cuando el Barcelona pretende cerrar la adquisición dealguna pieza más, comoel caso del colombiano Cuadrado.Dani Alves, Alex Song o Pedro, que acabó muy disgustado la temporada, ya figuran en la nómina de posibles salidas.Porque, como dicta el protocolo, para entrar primero hay que dejar salir.

Luis Suárez, Ivan Rakitic, Claudio Bravo y Ter Stegen. Un delantero, un centrocampista y dos porteros. Todo, a cambio de unos 130 millones de euros. ¿Y la defensa? Bien, gracias. Otro verano más y la misma pesadilla. Y van tres. A estas alturas de la película no es ningún secreto que el talón de Aquiles del Barcelona reside en la defensa. Es la línea del campo más débil, origen de todos los males mostrados por el equipo durante el pasado curso. Tras la retirada de Puyol, en estos momentos sólo cuenta con dos centrales puros: Gerard Piqué y Marc Bartra. Insuficiente para un equipo concebido para aspirar a las más altas cotas y que el año que viene no podrá fichar si se cumple la sanción impuesta por la FIFA.

Marquinhos Luis Enrique
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