Las marcas dudan de Diego Costa y no pican el anzuelo de sus botas negras

El pasado derbi ante el Real Madrid dejó la imagen, entre otras mucho más importantes, de las botas negras que lució Diego Costa. Un detalle menor en el que pocos suelen caer, pero detrás del cual hay una trama con muchos intereses y cientos de miles de euros en patrocinio. El hispano-brasileño cotiza al alza en lo deportivo, lo que le ha convertido también en potencial icono de marca deportiva. Aunque con el Mundial en el horizonte, todavía está por ver cuál de los principales proveedores acaba por firmarle un suculento contrato.

El delantero del Atlético de Madrid lucía hasta hace un mes botas de la firma Nike. Tenía una vinculación menor con la empresa norteamericana, similar a la de la mayoría de jugadores de la Liga, basada en el suministro de material deportivo sin que por ello recibiera además una contraprestación económica importante. Pero visto lo que había crecido su figura mediática, más aún tras la pelea entre Brasil y España por contar con él para sus respectivas selecciones, Diego Costa decidió que era hora de hacer caja a través de las botas que calzara sobre el campo.

En el plazo de tanteo con Nike, el jugador hizo una propuesta altísima, a la altura de las grandes figuras del fútbol español, según informaron fuentes de la marca a este diario. La oferta fue rechazada de plano porque se entendió que no respondía a la lógica del mercado a tenor de la figura en cuestión. Es por eso que Diego lleva varios partidos con las botas totalmente negras, el mejor reclamo para que las otras marcas comiencen una puja con la que el rojiblanco espera sacar buena tajada.

El problema es que Costa da mucho qué hablar por su fútbol, sí, pero también por la conflictiva imagen que proyecta. Eso es lo que echa para atrás de momento a los expertos en marketing e imagen de las principales firmas deportivas. Si Nike, la marca del Atlético y de Brasil, no está dispuesta a pagar lo que ha pedido, Puma ni se lo ha planteado y Adidas, que provee a la Federación española, es decir, a la Roja, espera cautelosa sin que haya contactado aún con el futbolista.

Es uno de los jugadores más odiados

El escaparate que supone un Mundial no puede ser superado por casi ningún evento deportivo del planeta. Es evidente que Diego Costa será uno de los hombres de Brasil 2014 si acude con España, y que su imagen estará en todos los medios de comunicación del mundo. Eso es una tarta muy grande y suculenta como para no querer entrar en el reparto.

Pero el lado oscuro de Costa juega en su contra a la hora de pedir. Ser siempre insultado en todos los campos de la Liga no ayuda. Su inclusión en la selección española, el equipo de todos, podría cambiar a positivo el concepto general que se tiene de él, de la misma manera que ningún aficionado del Atlético de Madrid habla mal de su jugador más en forma. Pero hasta que eso sea más que evidente, sus botas van a permanecer negras. A la espera del mejor postor, es decir, aquel que se atreva a ‘domar a la fiera’.