Es noticia
Víctor Valdés sigue siendo el ángel que cuida las llaves de la portería azulgrana
  1. Deportes
  2. Fútbol
PESE A SER SU ÚLTIMO AÑO, está a buen NIVEL

Víctor Valdés sigue siendo el ángel que cuida las llaves de la portería azulgrana

Anda el Barcelona envuelto en la regeneración impuesta por la baja obligada de Vilanova el pasado mes de julio. Llegó Tata Martino y llegó Neymar, caras

Foto: Valdés en una estirada durante un partido (Reuters).
Valdés en una estirada durante un partido (Reuters).

Anda el Barcelona envuelto en la regeneración impuesta por la baja obligada de Vilanova el pasado mes de julio. Llegó Tata Martino y llegó Neymar, caras visibles de los nuevos tiempos que imperan en la entidad azulgrana. Tras la descompresión manifiesta en el final de la temporada pasada, busca el argentino recuperar automatismos que se perdieron, quizá por la falta de un líder en el vestuario, quizá porque el éxito, como la derrota, también desgasta. Con Messi aceptando la nueva política de rotaciones impuesta por el técnico de Rosario, y con Neymar aún por engarzar en la dinámica del equipo, emerge de nuevo la figura de Víctor Valdés. Como tantas otras veces, el guardameta del Barcelona y de la selección española volvió a salvar a su equipo en Málaga, donde sólo el chispazo de Adriano pudo con la numantina defensa del cuadro de Schuster.

“Se lo debemos todo mi familia y yo a este club, pero la portería pesa mucho y desde bien jovencito he sentido esa responsabilidad”, declaraba Víctor Valdés el pasado mes de mayo en rueda de prensa. Una rueda de prensa en la que la que el meta explicó el por qué de su decisión de no renovar con el club en el que ingresó hace veinte años. Insistió además en su intención de cumplir el contrato que finaliza en 2014. “Defenderé a muerte este club hasta el último día, como he hecho siempre. Ni en cincuenta vidas le devolveré al Barcelona lo que me ha dado”, afirmó entonces. No es Valdés un hombre de rodeos. Habla poco pero lo hace claro y a la cara. Tal vez por eso le dolió tanta especulación después de que la agencia EFE difundiera el comunicado en el que comunicó su decisión de no aceptar la oferta de renovación de la entidad azulgrana. Discutido durante años, nadie duda ahora de su ascendencia tanto en el campo como en la caseta.

Pocas porterías han tenido más peso que la del Barcelona. Portería que desde la marcha de Zubizarreta quedó huérfana. Por ella desfilaron porteros con pedigrí como VitoBaía o algunas experiencias más funestas como Bonano o Dutruel. Fue con la llegada de Joan Laporta a la presidencia cuando empezó a despuntar en la portería azulgrana. No fueron fáciles los comienzos del arquero, en una época donde el barcelonismo se agarraba a la estrella emergente que era Ronaldinho para coger vuelo tras años caóticos en la entidad. Supo ganarse el puesto el de Llobregat, perseverante y abnegado como siempre se caracterizó. También se ganó la confianza del club, tanto que nunca tuvo ningún refuerzo que viniera a disputarle de verdad el puesto. Pese a su fama de duro también entró de pie en un grupo tan especial como la selección española. Ausente en la Eurocopa de 2008, si fue convocado para el Mundial de 2010, convirtiéndose en campeón del Mundo. Asumió con naturalidad su rol en La Roja, pese a ser el guardameta del Barcelona que llevaba arrasando desde 2008, con Guardiola al frente.

Más allá de su rendimiento deportivo, encomiable a tenor de los números y los títulos, resulta admirable la tenacidad de un guardameta que nunca tuvo nada gratis y al que nadie regaló nada. Poco amigo de la prensa, no proliferaron nunca sus apariciones en los medios. Algo que el mismo cree que debía haber cuidado más. Tal vez por ello, se dudó de él en el momento en el que no aceptó la oferta del Barcelona. Nadie entendía que un jugador tan valorado como él no quisiera seguir en el club de su vida. “Esta portería pesa mucho”, contestó él. En su última temporada como azulgrana, el de Llobregat sigue estirándose como una pantera, cuidando de los suyos. El Barcelona sigue teniendo a su ángel.

Anda el Barcelona envuelto en la regeneración impuesta por la baja obligada de Vilanova el pasado mes de julio. Llegó Tata Martino y llegó Neymar, caras visibles de los nuevos tiempos que imperan en la entidad azulgrana. Tras la descompresión manifiesta en el final de la temporada pasada, busca el argentino recuperar automatismos que se perdieron, quizá por la falta de un líder en el vestuario, quizá porque el éxito, como la derrota, también desgasta. Con Messi aceptando la nueva política de rotaciones impuesta por el técnico de Rosario, y con Neymar aún por engarzar en la dinámica del equipo, emerge de nuevo la figura de Víctor Valdés. Como tantas otras veces, el guardameta del Barcelona y de la selección española volvió a salvar a su equipo en Málaga, donde sólo el chispazo de Adriano pudo con la numantina defensa del cuadro de Schuster.

Barcelona Prensa Joan Laporta Neymar
El redactor recomienda