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La Liga se ha convertido en un auténtico calvario para un triste Real Madrid
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UN OSASUNA VULGAR LOGRA EMPATAR ANTE LOS DE MOURINHO

La Liga se ha convertido en un auténtico calvario para un triste Real Madrid

Toda una vuelta por delante. Todo un mundo... de aburrimiento y desconsuelo para el madridismo que no terminará hasta finales del mes de mayo. Mourinho y

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La Liga se ha convertido en un auténtico calvario para un triste Real Madrid

Toda una vuelta por delante. Todo un mundo... de aburrimiento y desconsuelo para el madridismo que no terminará hasta finales del mes de mayo. Mourinho y los suyos ofrecieron ante Osasuna una de las versiones más tristes que se recuerda al equipo blanco desde que el portugués es el entrenador del Real Madrid. A un mundo del Barcelona (hoy la diferencia puede aumentar hasta los 18 puntos) y con la inmediata presencia de la Copa en el horizonte, los de Mou se pasearon, textualmente, por el Reyno de Navarra ante el Osasuna más flojo de las últimas temporadas que, con un poco de empeño, tuvo suficiente para amarrar un punto ante el actual campeón. Al menos, el Real Madrid mostró orden defensivo y jugadores como Albiol, Varane y Arbeloa demostraron que ellos sí que tenían ganas de jugar. Y es que este equipo es mucho menos sin Cristiano Ronaldo. Diría yo que uno que se acerca a lo vulgar.

El partido fue para olvidar. Triste, aburrido, plano, tanto que ni la grada del Reyno, tan acostumbrada a calentar los partidos ante el Real Madrid de una manera especial, se olvidó de que el rival vestía de blanco y que es uno de los enemigos más odiados en las últimas décadas. Los navarros preferían callar, daban por buenas las tablas. No querían despertar al equipo de Mourinho con gritos absurdos. Los seguidores de Osasuna veían que el Real Madrid sólo pretendía dejar pasar el tiempo con el único fin de terminar, volver a casa y empezar a preparar el partido ante el Valencia. En Pamplona daban por bueno el empate, lo que quiere decir muy poco del equipo dirigido por Mendilibar. Tras la expulsión de Kaká la grada pareció despertar, pero nada que ver con otras tardes de tensión vividas por el Real Madrid en Pamplona. 

La primera parte será recordada pero no por el buen juego y sí por la exhibición hecha por unos y otros de lo que es jugar a un deporte que dista bastantes de ser el fútbol soñado por todos. Osasuna aparecía de vez en cuando, combinaba al borde del área de Casillas pero los disparos de Damiá y Cejudo morían antes de llegar a la portería blanca. Al Real Madrid le costaba un mundo llegar. Xabi Alonso y Modric no conseguían dar sentido a su juego. No lograban dar cuatro pases seguidos con un cierto sentido. Higuaín y Callejón, éste último el mejor del equipo blanco por actitud y fútbol, buscaban sacar algo en las lejanas aproximaciones a los tres palos de Andrés Fernández, pero sus intentonas carecían de pólvora.

La mejor ocasión de los primeros cuarenta y cinco minutos llegó en el último y nació gracias a la persistencia de Callejón en buscar un pelota. El chico para todo de Mourinho, no se movió en todo el partido del banquillo, tiró uno de sus desmarques, bien entendido por Khedira. Su insistencia le valió para salvar la pelota y asistir a Coentrao que, en extraña posición y sin Andrés Fernández en la portería, remató fuera cuando lo más sencillo parecía marcar.

Osasuna da un paso al frente

El descanso sirvió para Osasuna metiera algo más de intensidad al juego. Lo demostró en los tres primeros minutos con sendos remates de Kike Sola y Oier, que por cierto tuvo que ver la segunda amarilla mediada la segunda mitad antes de que Kaká firmara su página más patética desde que es jugador del Real Madrid al autoexpulsarse a los quince minutos de pisar el césped. Al menos, esas dos oportunidades sirvieron para que Osasuna demostrara que quería algo más y para que nos diéramos cuenta de que había afición en la grada. 

Mourinho metió a Benzema y Kaká por Higuaín y Di María, desde que renovó no levanta cabeza, en un intento de buscar la pelota, de tener algo de chispa arriba, pero más gasolina al incendio. El francés tenía el día negativo, mientras que Kaká dejó hace tiempo de estar dentro de la sintonía de este equipo. Ni puede, ni por lo visto con su roja, no quiere. El único peligro llegó, otra vez, por medio de Callejón con un gol anulado en el minuto 78 por fuera de juego.

Osasuna lo intentaba pero adolece de falta de calidad. El descenso en el presupuesto ha venido acompañado de una bajada de calidad alarmante. Los navarros dieron la sensación de no poder marcar ni en tres días de partido. Eso sí, al menos le pusieron más ganas que en la primera parte. Buscaban no perder y lo consiguieron. Sumaron un punto que al menos vale al equipo de Mendilibar para abandonar la última posición a la espera de lo que logre el Deportivo. El Real Madrid ve cómo se puede alejar aún más del Barcelona pero el consuelo es que ya queda un partido menos para que termine su calvario que no es otro que el título que defiende de muy mala manera.

Ficha técnica

Osasuna: Andrés Fernández, Marc Bertrán, Rubén, Arribas, Damiá. Lolo, Oier Sanjurjo. Cejudo (Llorente m. 85), Armenteros, Nino y Kike Sola.

Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Varane, Albiol, Coentrao. Xabi Alonso, Khedira. Modric (Ozil, m 67), Di María (Benzemá, m. 57), Callejón e Higuaín (Kaká, m. 57).

Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rubén (m.11), Oier (m. 44), Armenteros (m. 56), Kike Sola (m. 76) y Lolo (m. 90), y a los visitantes Kaká (m. 59), Xabi Alonso (m. 68) y Ozil (m. 90).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada decimonovena de la liga BBVA, disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 16.366 espectadores. El equipo de fútbol 8 del colegio Ezcaba de Ansoáin, campeón del torneo inter escolar de Navidad, fue homenajeado antes de empezar el partido.

Toda una vuelta por delante. Todo un mundo... de aburrimiento y desconsuelo para el madridismo que no terminará hasta finales del mes de mayo. Mourinho y los suyos ofrecieron ante Osasuna una de las versiones más tristes que se recuerda al equipo blanco desde que el portugués es el entrenador del Real Madrid. A un mundo del Barcelona (hoy la diferencia puede aumentar hasta los 18 puntos) y con la inmediata presencia de la Copa en el horizonte, los de Mou se pasearon, textualmente, por el Reyno de Navarra ante el Osasuna más flojo de las últimas temporadas que, con un poco de empeño, tuvo suficiente para amarrar un punto ante el actual campeón. Al menos, el Real Madrid mostró orden defensivo y jugadores como Albiol, Varane y Arbeloa demostraron que ellos sí que tenían ganas de jugar. Y es que este equipo es mucho menos sin Cristiano Ronaldo. Diría yo que uno que se acerca a lo vulgar.