El 'estilo Mourinho' pierde adeptos y se acerca a su final en el Real Madrid

El paso está dado. El Real Madrid está dispuesto a reconducir a José Mourinho, al menos hasta final de temporada. Después, los títulos dirán. Hasta entonces, el club quiere desterrar la crispación generada por el técnico en los últimos meses y propiciar el escenario perfecto para que el entrenador portugués saque a relucir su carácter ganador, ese por el que Florentino Pérez le confió la difícil tarea de acabar con la hegemonía del Barcelona. La presencia en sala de prensa de los jugadores más notables del equipo va en ese sentido. Hacer hablar a los protagonistas ha rebajado la tensión. El primer paso, sin duda, para enmendar un estilo bronco y polémico que siembra la discordia dentro y fuera del club.

Y es que el ‘estilo Mourinho’ está en franca decadencia. Así lo ha entendido el club, que había percibido señales de que algo estaba cambiando en el seno del vestuario. Donde antes había adepto, ahora sólo quedan escépticos. El caso más notable es el de Fabio Coentrao. La apuesta personal de Mourinho y por quien Florentino accedió a pagar 30 millones de euros pese a estar por encima de su valor real de mercado, ha dado la espalda al técnico. Su lealtad y compromiso han quedado atrás como ha demostrado con su último retraso en el entrenamiento de Año Nuevo y que le ha costado una sanción económica. Un síntoma de que algo no anda bien.

Los ataques a la plantilla tras cada una de las siete derrotas de la presente temporada también han hecho mella en José Mourinho. Pocos son los jugadores –si acaso Pepe- que entienden la obsesión de su entrenador por señalarles como únicos culpables sin asumir su responsabilidad. Las suplencias de Sergio Ramos y Casillas han sido la gota que ha colmado el vaso. Esa tendencia de Mourinho a imponer sus galones con castigos ya no ‘cuela’ en el vestuario.

Florentino Pérez tampoco quiere más guerras. Así se lo hizo saber tanto al técnico y como a los jugadores. De aquí a final de temporada, quiere una tregua por el bien del club. No admitirá más polémicas, ni broncas que alimenten la mala imagen del Real Madrid. Los 16 puntos de distancia con respecto al Barcelona son una vergüenza de la que sólo se curarán si conquistan la Décima. Ese es el objetivo y no otro. De ahí que Florentino haya impuesto una pax blanca hasta final de temporada.