Florentino Pérez pregunta a sus socios si creen que Mourinho lo está haciendo bien

Mitad de temporada. Medio camino por hacer y muchas incógnitas por despejar en una campaña más importante para el Real Madrid de lo que el aficionado puede llegar a pensar. La presencia de las elecciones a la presidencia siempre pone en alerta y en tensión a Florentino Pérez. Llegado un momento así, el máximo mandatario blanco busca la perfección, sorprender con un movimiento de mercado que marque la diferencia, la excelencia que tantas veces ha salido de su boca. Algo que choca con el momento actual de un vestuario que busca recuperar las sensaciones de la pasada temporada. Las dudas que genera el equipo en cuanto a rendimiento y continuidad, con José Mourinho y Cristiano Ronaldo a la cabeza, llevan al presidente madridista a buscar alternativas, pasando alguna de ellas por golpes de autoridad al más puro estilo Luis Figo del año 2000.

El club no quiere dejar cabos sueltos y, como ha sucedido en otras ocasiones, está llevando a cabo una encuesta entre los socios del Real Madrid en la que ha abierto varios frentes para conocer la opinión y el sentir de los aficionados blancos. Por un lado, están pidiendo que califiquen a Mourinho e, incluso, si creen que el técnico portugués debe seguir al frente del equipo y si daña la imagen del Real Madrid. Además, el club quiere saber si consideran oportuna la suplencia de Casillas. Y por otro, cuestionan a los socios por los posibles fichajes que les gustaría para su equipo: en una línea aparecen, entre los más destacados, Falcao, Neymar, Bale o Agüero y en otra figuran nombres como el de Cazorla, Silva, De Gea, Mata o Llorente. Y las caras nuevas no terminan aquí ya que el club también quiere saber qué les parecería a los socios que el banquillo pasara a ser propiedad de entrenadores como Benítez, Wenger, Toril, Klopp o Ancelotti. El Real Madrid ha realizado un comunicado oficial para aclarar que su encuesta es distinta a la que otro medio de comunicación cita y que asegura que fue pedido a la empresa Sigma 2. La diferencia es que el Madrid pregunta por la labor de Mourinho.

Florentino Pérez sabe que el enemigo está en Barcelona y que su debilidad iría en beneficio blanco. Sabe que la obra del estadio y otro tipo de avances en lo social no es lo único que quiere el socio blanco, continúe o no Mourinho al frente del banquillo. El golpe del que ayer hablábamos ha planeado por la cabeza del presidente y de sus directivos. Messi marca las diferencias y cada día están más convencidos de ello, pero también sabe el presidente de lo complicado de una operación que tiene más que ver en la voluntad que en el propio dinero. Por la zona noble del Bernabéu están convencidos que más que el idolatrado modelo de la entidad azulgrana, lo que triunfa es el argentino y su fútbol. 

El argentino no es el único jugador que llama la atención por el Bernabéu de los que a diario pisan el Camp Nou. El otro es Busquets, cuyo contrato termina el 30 de junio de 2015 con una cláusula de rescisión de 80 millones de euros. El Real Madrid busca jugadores que creen y destruyen por igual y la repetida demostración de que el azulgrana funciona junto a Xabi Alonso en la Selección no ha caído en saco roto. Preocupa la falta de fútbol del actual equipo y la dependencia con el donostiarra, que por cierto no termina de renovar un contrato que termina en 2014. En el camino de esa búsqueda del golpe que el madridismo necesita y que también podría llegar por la conquista del Décima, la rivalidad y distancia que ahora mismo separa a las directivas de Real Madrid y Barcelona, podría empujar a la ejecución de algún tipo de operación agresiva con el gran rival y eterno enemigo. 

Neymar, Falcao y Silva son otras de las bombas que examina y estudia al detalle Florentino Pérez. En menor medida tiene a Isco y De Gea como alternativas, pero lo cierto es que está peinando el mercado buscando nombres ante lo que se aventura un cambio en la decoración del vestuario. La palabra la tienen Mourinho, Ronaldo y lo que suceda en el camino de la Décima. En cualquier caso, el presidente blanco se ha puesto en movimiento buscando algo diferente, un golpe de los de antes.