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¿Cómo se vive del fútbol en Maldivas? El gol de Adrián Gallardo en el paraíso
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la vida de un goleador gaditano

¿Cómo se vive del fútbol en Maldivas? El gol de Adrián Gallardo en el paraíso

Gaditano y auténtico currante del balón. Tras años pisando los campos de Segunda B y Tercera de su tierra, ahora se gana la vida en Maldivas. Es la vida de Adrián Gallardo en el paraíso

Foto: Adrián Gallardo, entre dos compañeros de equipo, en una playa de las Maldivas.
Adrián Gallardo, entre dos compañeros de equipo, en una playa de las Maldivas.

Pasaba el tiempo y el sueño de asentarse algún día en el fútbol profesional se iba desvaneciendo poco a poco. Tras años peleando en diferentes clubes de Segunda B y Tercera de la provincia de Cádiz, incluida una breve etapa en el club que impulsó 'Mágico' González, también en el Alcoyano, giró la mirada hacia otra parte. Lejos de España. Lo suyo siempre fue marcar goles, pero hasta que no hizo las maletas su carrera no tomó vuelo. Adrián Gallardo (San Fernando, Cádiz, 20 de noviembre de 1987) quería sentir, vivir igual que un profesional del balón en toda su dimensión y por ello emprendió rumbo a Asia. Primero, Filipinas, ahora, Maldivas. "Soy un privilegiado, está claro", dice desde el paraíso en conversación con El Confidencial.

Un auténtico currante del balón, reconoce que "llegó un momento en el que tuve que decidir si seguir luchando por mi gran deseo o emprender otro rumbo". Pasaba el tiempo y en España a duras penas se ganaba la vida con el balón, así que en un momento dado optó por emprender otro rumbo. Y Filipinas apareció en su vida en 2014. Tras jugar una temporada en el Ceres FC, regresó a casa para jugar en el Algeciras, pero cinco meses después emprendió el viaje de vuelta a Asia. Y acertó. A finales de 2016, hora de hacer las evaluaciones, su nombre apareció por sorpresa en muchas informaciones asociado al de Luis Suárez. Marcó durante el pasado año 40 goles, 32 en liga y 8 en la Asia AFC Cup, segunda competición internacional, tras la Champions, que se disputa en el continente.

Comprar una casa

No estaba en sus planes acabar en Maldivas, su brújula apuntaba a otras ligas, pero la oferta del New Radiant, el club más laureado del paradisíaco archipiélago, fue buena y aceptó el reto. "No estaba en mi cabeza esta aventura, pero ya sabes que el fútbol tiene estas cosas", reconoce. Vive en Malé, la capital, y en las dos primeras jornadas de la liga, en la que participan 8 equipos, ya ha dejado su sello marcando 3 goles. "La verdad es que me envidia mucha gente y reconozco que soy un afortunado", proclama, apuntando que "mi vida en Maldivas es muy tranquila porque no hay muchas ofertas de ocio, pero se vive muy bien, esto es un auténtico paraíso".

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Siente que el fútbol, por fin, le dio la oportunidad de vivir todo aquello con lo que anheló. En España no llegó ni a la segunda categoría, pero su empeño por vivir del fútbol acabó llevándole a lugares que jamás soño con pisar. "El Ceres, al disputar competición internacional, me abrió las puertas para conocer países increíbles como Singapur, Japón, Malasia, Bangladesh... Nunca imaginé que viviría este tipo de experiencias, jugando en estadios con miles de personas", recalca, evocando los años que su vida transitaba por estadios de Segunda B y Tercera división. "Mi idea es vivir alguna aventura más en otros países y luego regresar a España", reconoce. Comprar una casa en su tierra, el gran objetivo que cumplirá muy pronto porque su sueldo, antes en Filipinas, ahora en Maldivas, nada tiene que ver con el que se maneja habitualmente en las categorías españolas que pisaba antes.

Título de entrenador

"La realidad es que a diario nos llaman muchos jugadores", reconoce Ángel Ruiz, socio de la agencia 'Ruiz&Gómez', que desde hace casi cuatro años centra gran parte de su actividad en lugares exóticos si de fútbol hablamos. Explica que "Maldivas es un mercado interesante porque suena a paraíso, también porque desde el punto de vista económico es atractivo". En el caso de Adrián, su excelente 2016 le puso en el mercado, a la vista de muchos clubes de oriente, y finalmente el New Radiant se lo acabó llevando. "La verdad es que este club en particular paga bastante bien", subraya Ruiz. El atacante gaditano ha firmado un contrato de una temporada y su comienzo no ha podido ser mejor. También con un toque de sorpresa, pues una alerta por gripe porcina obligó a la federación a aplazar la tercera jornada.

La rutina diaria en estas primeras semanas en el edén apenas sufre alteraciones. Por la mañana, gimnasio, lectura, relax y disfrutar del paisaje. A primera hora de la tarde toca calzarse las botas para entrenar. Ya ha conocido algunas de las espectaculares playas que han hecho famoso a este lugar del planeta. "Esto es una pasada, una maravilla", comenta. Pero no pierde el tiempo. Poco a poco se va preparando para cuando el fútbol no le dé de comer. Estudia para sacarse el título de fisioterapeuta y empieza a dar los primeros pasos para sacarse algún día el carnet de entrenador. Pero en este momento toca disfrutar. "Nunca te imaginas que algún día vas a cumplir lo que siempre soñaste, así que ahora que lo he conseguido, toca esforzarse", afirma el goleador de 29 años.

"Los equipos tienen un nivel parecido a los que en Segunda B luchan por no descender y a los de Tercera", desvela Adrián. "El fútbol es muy competitivo, muy físico, los jugadores corren mucho y entran con fuerza", especifica, aunque "tácticamente todavía les falta bastante". Un holandés, un japonés y un montenegrino forman junto con Gallardo la armada extranjera del popular equipo de Malé. Por el momento nadie de su entorno le ha visitado. No es por falta de ganas, pero la distancia y el coste del viaje imponen su ley por el momento. "Aquí ves paisajes que jamás imaginarías", exclama.

Nunca más en España

"Compensa el esfuerzo de vivir alejado de tu gente, tu familia, porque en España no ganaba mucho, sin olvidar que la crisis también afectó al mundo del fútbol", explica Adrián. Y por ello asegura rotundo que "ya no me planteo volver a jugar allí, al menos a nivel profesional. Mi plan es estar por ahí 2 o 3 años antes de regresar. Me gustaría conocer otros países, aunque es difícil estar lejos de casa. Los grandes del mundo del fútbol, como Cristiano Ronaldo o Messi, lo tienen todo, pero yo vivo bien. Ahora, cuando tenga unos días libres, tengo previsto ir a la India o a Nepal. Por eso tengo claro, insisto, que soy un privilegiado". "Veo todos los sellos que tengo impresos en mi pasaporte y reconozco que no me lo creo", reconoce. "Eso es lo que me llevaré, todas esas cosas que ahora estoy consiguiendo gracias al fútbol", enfatiza.

"Ahora me doy cuenta de la poca preparación que tiene el español medio si de idiomas hablamos", sostiene Adrián, que se maneja en Maldivas gracias a su buen nivel de inglés, que aprendió a conciencia durante su doble etapa en Filipinas. En plena fase de acoplamiento al estilo de vida de los maldivos, no le sorprende "su mala conducción volante en mano, algo que sucede también Filipinas y el resto de Asia". De momento no ha firmado ni un autógrafo, pero espera que pronto suceda. El New Radiant ha invertido con profusión esta temporada, en la que no disputará competición internacional, con el fin de volver a participar en la Asia AFC Cup el año que viene. Su madre le llamó "loco" cuando dio un volantazo para cambiar de vida. Pero "ahora me ve feliz, tranquilo y recompensado económicamente". En Maldivas, está claro, Adrián ve la vida de otra manera.

Pasaba el tiempo y el sueño de asentarse algún día en el fútbol profesional se iba desvaneciendo poco a poco. Tras años peleando en diferentes clubes de Segunda B y Tercera de la provincia de Cádiz, incluida una breve etapa en el club que impulsó 'Mágico' González, también en el Alcoyano, giró la mirada hacia otra parte. Lejos de España. Lo suyo siempre fue marcar goles, pero hasta que no hizo las maletas su carrera no tomó vuelo. Adrián Gallardo (San Fernando, Cádiz, 20 de noviembre de 1987) quería sentir, vivir igual que un profesional del balón en toda su dimensión y por ello emprendió rumbo a Asia. Primero, Filipinas, ahora, Maldivas. "Soy un privilegiado, está claro", dice desde el paraíso en conversación con El Confidencial.

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