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La razón por la que Odegaard juega en Holanda: no pagar 40.000 euros al Madrid
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multa impuesta por el Madrid cuando no juega

La razón por la que Odegaard juega en Holanda: no pagar 40.000 euros al Madrid

A su nuevo técnico no le llena el jugador noruego, pero sabe que debe jugar en cada choque para evitar tener que pagar a los blancos por contrato

Foto: En la imagen, Odegaard durante un partido con el Heerenveen (EFE)
En la imagen, Odegaard durante un partido con el Heerenveen (EFE)

“Esta es la mejor decisión para mi desarrollo”. La frase salió de la boca de Martin Odegaard a principios de año, el día de su puesta de largo con el Heerenveen. El joven talento noruego de 18 años, catalogado como uno de los futbolistas con mayor proyección del balompié europeo, lograba al fin su objetivo de dar esquinazo al filial madridista y a la agreste Segunda B española para iniciar su particular despegue en un fútbol, el holandés, idóneo sobre el papel para su perfil de jugador imaginativo y netamente ofensivo. La pregunta que se hacen en el Abe Lenstra Stadion, casi dos meses después de la necesaria huida hacia adelante del chaval y un desempeño con más sombras que luces, es si su cesión cogida con pinzas por el acuerdo alcanzado con el Real Madrid, que penaliza a los tulipanes con 40.000 euros por cada partido que no juegue, era tan buena idea como parecía en un principio.

Causalidad o no, la escuadra revelación de la Eredivisie en la primera mitad del campeonato ha perdido fuelle coincidiendo con la llegada de Odegaard a sus filas. Las cinco derrotas, dos triunfos y un empate acumulados desde que el nórdico plantó bandera en Holanda han llevado al Heerenveen de la cuarta a la sexta posición en la liga, a lo que hay que añadir su eliminación de la Copa a manos del AZ Alkmaar… Y en casa. Martin ha participado en esos ocho encuentros, cinco de ellos incluso como titular, aunque sólo completó dos. Un total de 437 minutos (una media de 54’ por duelo), lo que no está nada mal. Otra cosa es la calidad de sus actuaciones.

La lesión de Stijn Schaars, el cerebro de los frisios, durante el último encuentro antes del parón invernal, le brindó una excelente oportunidad de asumir las riendas del equipo como eje del 1-4-3-3, pero su impacto no ha sido el esperado y el Heerenveen está acusando en demasía la ausencia de su hombre-brújula y su capacidad para otorgar equilibrio al once blanquiazul en la medular.

No cautiva

Su nuevo técnico, Jurgen Streppel, decidió apostar dos semanas atrás por el joven talento local Pelle van Amersfoort después de tres derrotas (dos frente al AZ y el Utrecht) y un empate sin goles (Groningen) con Odegaard ejerciendo de faro, aunque la sanción del canterano le obligó a tirar de sus servicios nuevamente desde el inicio el pasado sábado en el partido frente al Roda JC, saldado al fin con victoria tras más de un mes de sequía (2-0). Además de completar los 90 minutos, el noruego fue de los mejores e incluso dio su primera asistencia en suelo neerlandés. El gol, de momento, se le resiste.

Empero, el inminente retorno al equipo del veterano Schaars, unido al hecho de que el enorme talento del ‘vikingo’ no termina de cautivar a Streppel, supondrá en buena lógica un recorte importante a sus oportunidades. Por suerte para Odegaard, una cláusula del contrato negociado por el Real Madrid para su cesión a los holandeses hasta 2018 (siempre con la opción de finiquitarlo antes) obligará al técnico a seguir dándole bola, aunque sea de manera testimonial. En caso de no hacerlo, el Heerenveen deberá indemnizar a los de Concha Espina con 40.000 euros por cada encuentro que no dispute un solo minuto.

Las facilidades dadas por los blancos a su ‘mirlo’ más preciado para que echara a volar en un escenario elegido por el propio jugador, y su generosidad, haciéndose cargo de su ficha (unos dos kilos anuales) íntegramente mientras actúe en la Eredivisie, debían tener como contrapartida algún salvoconducto que obligara al Heerenveen, que sólo le paga el apartamento y el coche, a garantizar su presencia en el verde. Streppel es perfectamente consciente de ello, motivo por el cual le hizo debutar en el estertor final del choque ante el ADO Den Haag, y hace diez días le dio los últimos minutos frente al Twente. La orden de arriba es clara: no pagar un euro de penalización por Odegaard salvo que las circunstancias del juego hagan inviable su presencia en el campo.

Los escandinavos

No deja de ser curioso que el rubicundo enganche natural de Drammen se decantara por una escuadra que, pese a la juventud de su plantilla, anda sobraba de talento de medio campo hacia arriba. Tanto es así que el notable rendimiento en lo que va de campaña de los jugadores que ocupan tanto los interiores como las tres plazas de ataque han impedido al madridista actuar en otra posición que no sea la del infortunado Schaars. En la medular, el japonés Yuki Kobayashi es inamovible en la izquierda, algo parecido a lo que sucede con Van Amersfoort en la banda opuesta, salvo cuando le ha tocado ejercer de organizador.

En vanguardia, la cosa pinta aún peor. La opción de actuar como ‘falso 9’ queda totalmente descartada por la presencia del ariete iraní Reza Ghoochannejhad, máximo artillero del equipo con 14 dianas. En los costados, el Heerenveen cuenta con dos de los mejores extremos de toda la Eredivisie: el sueco Arber Zeneli (6 goles), hijo de refugiados kosovares que a sus 22 años lidera el ranking de regates del fútbol tulipán; y Sam Larsson, también sueco, un lince a la hora de repartir asistencias (suma 10 en Liga), además de ser el segundo mejor anotador de los frisios con siete tantos.

En suma, que el bueno de Streppel deberá hacer encaje de bolillos para que su actual club no se vea obligado a rascarse el bolsillo a causa de Odegaard, quien al menos tiene el consuelo de compartir vestuario con otros seis jugadores escandinavos: dos noruegos, dos suecos y dos daneses.

“Esta es la mejor decisión para mi desarrollo”. La frase salió de la boca de Martin Odegaard a principios de año, el día de su puesta de largo con el Heerenveen. El joven talento noruego de 18 años, catalogado como uno de los futbolistas con mayor proyección del balompié europeo, lograba al fin su objetivo de dar esquinazo al filial madridista y a la agreste Segunda B española para iniciar su particular despegue en un fútbol, el holandés, idóneo sobre el papel para su perfil de jugador imaginativo y netamente ofensivo. La pregunta que se hacen en el Abe Lenstra Stadion, casi dos meses después de la necesaria huida hacia adelante del chaval y un desempeño con más sombras que luces, es si su cesión cogida con pinzas por el acuerdo alcanzado con el Real Madrid, que penaliza a los tulipanes con 40.000 euros por cada partido que no juegue, era tan buena idea como parecía en un principio.

Florentino Pérez Zinédine Zidane