Forsberg, el ‘anti-Ibra’ sueco es la estrella solidaria del RB Leipzig y de la Bundesliga

Emil Forsberg es una de las apariciones más sobresalientes en la presente Bundesliga. Los cinco goles y otras tantas asistencias que llevan la firma del centrocampista ofensivo sueco tienen mucho que ver en la espectacular puesta de largo del RasenBallsport Leipzig en la élite del balompié germano, donde sólo el modesto Ingolstadt y el Bayern de Ancelotti, éste en la última jornada previa al parón invernal, han sido capaces de superarle. Elegido mejor futbolista de la Segunda división alemana la pasada campaña, su primera íntegra en la escuadra guiada por el multimillonario austriaco Dietrich Mateschitz, el volante internacional de la filial alemana de Red Bull está llamado a tomar el relevo en su selección del siempre controvertido Zlatan Ibrahimovic, toda vez que el ariete del Manchester United dijo adiós definitivamente al equipo nacional nórdico a la conclusión de la Eurocopa de Francia.

Tímido, aunque de carácter afable, sin una palabra más alta que la otra y casi siempre con una sonrisa en los labios, Forsberg apenas se asemeja a Ibra en una sola cosa: los dos se hicieron un nombre como futbolistas en las filas del Malmoe. A partir de ahí, las diferencias entre ambos son tales que en el país que les vio nacer han llegado a calificar al elegante interior-extremo como el ‘anti Zlatan’, y eso a pesar de que en la jornada que echó el cierre al campeonato alemán hasta el próximo 21 de enero al bueno de Emil le dio por copiar la vena salvaje de Ibra soltando una patada brutal a Philipp Lahm sin venir a cuento que le valió la expulsión a la media hora de juego.

Pensando en los niños

Mientras pena con los tres partidos de sanción que le han sido impuestos por su irracional acción (no volverá a las canchas hasta mediados de febrero), por la que pidió disculpas casi de inmediato al capitán del Bayern de Múnich, la figura más rutilante en el universo del sorprendente RB Leipzig trata de encontrar su particular penitencia con una labor que le dignifica, la de recaudar fondos para ayuda de aquellos que sufren por causa de los conflictos armados en Siria e Irak. Forsberg encabeza junto a su esposa, Shanga Hussain, también futbolista internacional sueca, una iniciativa que pretende reunir dinero para restaurar el hospital Faruk de la ciudad de Sulaymaniyah, en el noreste iraquí, seriamente dañado por causa de las actividades terroristas del Estado Islámico en el corazón de la región autónoma homónima, con mayoría kurda. El Faruk es uno de los principales centros pediátricos del país, a donde llegan a diario numerosos niños desplazados, heridos o enfermos, procedentes de lugares como Hawiya, Dohuk o Mosul.

“Mi mujer es de origen kurdo, algunos de sus familiares todavía viven allí. Otros escaparon, junto a muchas otras personas, cuando se inició la guerra contra el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés). Ahora estamos recogiendo dinero para financiar un nuevo techo para el hospital pediátrico, dañado por las explosiones. El tiempo apremia porque los inviernos son muy duros en aquella zona”, argumenta Forsberg mientras hace un firme llamamiento a la colaboración de aficionados del RasenBallsport y de su país para con tan noble causa. Implicado emocionalmente en un conflicto que desde su inicio, hace ya seis años, ha dejado sin hogar y desplazadas lejos de su terruño a cerca de cinco millones de personas, de las que 2’4 son niños, el mejor jugador de la Bundesliga el pasado mes de noviembre lleva en los genes ese sentido de la solidaridad tanto como el del deporte que le ha convertido en una estrella emergente a sus 25 años.

La novia más crítica

Su abuelo Lennard y su padre Leif, antiguas estrellas del GIF Sundsvall, club en el que Emil arrancó igualmente su carrera profesional con un fulgurante debut a los 17 años, también se distinguieron por encabezar diferentes campañas solidarias en Suecia cuando se ganaban la vida sobre el verde. Ayudar al prójimo estuvo siempre presente en su vida desde chaval, pero mucho más desde que conociera hace siete años a Shanga, con la que contrajo matrimonio a mediados de julio pasado, pocos días después de participar con Suecia en su primer gran torneo oficial, la Eurocopa gala. El fútbol les unió y actualmente siguen disfrutando de su gran pasión en Alemania del Este, puesto que su esposa comparte con Emil galones de estrella en el FFV Leipzig, de la Tercera división femenina germana.

Tal vez por ello, por haber encontrado ambos su lugar en el mundo, Forsberg rechazó a principios de 2016 una oferta del Liverpool. Klopp buscaba un medio creativo y goleador de sus características y los 'reds' pusieron sobre la mesa del RBL 10 millones de euros para reforzar sus filas en el anterior mercado invernal con el internacional sueco. Empero, Emil declinó cortésmente la suculenta oferta del conjunto inglés aduciendo un razonamiento más propio de épocas pretéritas que del mundo actual: la felicidad. “El hecho de que Shanga sea feliz aquí juega un papel importante en nuestra decisión de quedarnos. Ella es mi crítica más dura. Cuando regreso de un partido y está muy tranquila, sé que he jugado muy mal. Pero es bueno tener a alguien cerca que entiende de fútbol”.