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Marcelo eludió por poco el atentado de Estambul, no así dos empleados del Besiktas
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media hora antes, estaba en el lugar de los hechos

Marcelo eludió por poco el atentado de Estambul, no así dos empleados del Besiktas

El defensor brasileño de las 'águilas negras' explica el sentir de una ciudad golpeada brutalmente otra vez por el terrorismo y confirma la muerte de dos trabajadores del club

Foto: El exterior del campo del Besiktas, escenario de uno de los atentados de Estambul. (Reuters)
El exterior del campo del Besiktas, escenario de uno de los atentados de Estambul. (Reuters)

Marcelo Antonio Guedes Filho seguía este domingo sin poder quitarse el susto del cuerpo después del brutal doble atentado acaecido la noche del sábado a las puertas del Vodafone Arena, el estadio de su equipo, el Besiktas, apenas una hora y media después de que, junto a sus compañeros, dieran buena cuenta sobre el césped del Bursaspor, en choque valedero para el campeonato de liga turco. Las cifras, tanto de víctimas mortales como de heridos, fueron aumentando con el paso de las horas hasta alcanzar los 38 fallecidos, en su mayor parte agentes antidisturbio que empezaban a levantar el campamento cuando el estallido de un coche bomba aparcado frente al feudo blanquinegro desató el infierno sobre Estambul.

Foto: Funeral por los policías fallecidos por el doble atentado en Estambul. (EFE)

“Me enteré de lo que había pasado cuando estaba entrando en un restaurante para cenar después del partido. La primera explosión ocurrió exactamente en el lugar por el que todos los jugadores salimos del estadio poco antes. Ahí supe que habían sido dos explosiones, pero la confusión era grande en un principio y no se sabía nada sobre si había o no víctimas. Lo que sí pude confirmar casi de inmediato es que todos mis compañeros estaban bien. Luego, con el paso de las horas, hemos conocido el terrible coste en vidas humanas que han dejado los atentados. Es un día de enorme tristeza en Estambul”, explicaba el central brasileño a El Confidencial desde su apartamento en la gran urbe otomana.

"La primera explosión ocurrió exactamente en el lugar por el que todos los jugadores salimos del estadio poco antes"

Esa media hora escasa que pasó entre el momento en el que Marcelo salió del estadio y el inicio de los ataques terroristas le ahorró el dolor de tener que vivir el fatal percance en primera persona. Omer Yilmiz, oficial de mantenimiento del vecino palacio de Dolmabahçe, no tuvo tanta suerte. “Las llamas se elevaban muy alto. La gente que estaba aquí se ha metido debajo de las mesas. Las mujeres no hacían más que llorar y los aficionados que venían del fútbol entraron rápido buscando refugio. Fue horrible”, declaró a Reuters. Otro testigo de la explosión confesó haber visto “volar partes del cuerpo de una persona”.

El exzaguero del Santos, Wisla Cracovia, PSV y Hannover 96 estaba al tanto de los últimos datos facilitados durante la matinal por el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, como la presunta implicación en el doble acto terrorista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el número exacto de fallecidos y heridos (166), las circunstancias que rodearon tanto al atentado a las puertas de su lugar de trabajo como a la inmolación de un terrorista suicida entre varios agentes de policía en el Parque Maçka, amén de la detención de 13 personas.

La peor noticia, por aquello de la cercanía, se la dieron desde el club al poco de levantarse. “Me dijeron que entre los muertos estaban dos funcionarios del Besiktas, que justo salían del estadio en el momento en que estalló la bomba. Es una auténtica desgracia y resulta inevitable no pensar que podía haber sucedido un rato antes, cuando éramos nosotros los que salíamos a la calle. Todos los que formamos parte del club estamos consternados. Solo espero que los heridos puedan recuperarse lo más rápido posible”, señaló.

El Besiktas hizo un alegato en defensa de las fuerzas del orden a modo de comunicado pocas horas después del brutal atentado, cuya autoría de momento nadie ha reconocido. “Los terroristas no conocen fronteras. Atacaron a nuestros héroes, que garantizaban la seguridad tanto de nuestros aficionados como del Bursaspor. Debemos mostrarnos fuertes y unidos para impedir que quienes actúan así consigan sus propósitos. Solo de ese modo nuestro país resistirá sus ataques y logrará poner fin a la calamidad que es el terrorismo. Esperamos que las personas heridas en el ataque tengan una pronta recuperación y puedan seguir con sus vidas”.

"Esto genera intranquilidad, pero tratas de llevarlo lo mejor posible. No puedes hacer otra cosa, salvo rezar para que no pase más"

La imagen de una Estambul amaneciendo envuelta en un silencio sepulcral como consecuencia del letal azote terrorista se ha vuelto por desgracia habitual a lo largo de este 2016. Hasta 20 atentados se han registrado en Turquía en lo que va de año. El del sábado noche junto al Vodafone Arena, al pie del Bósforo, dejó tras de sí un enorme cráter de al menos dos metros de ancho. Una huella demasiado visible como para olvidarla fácilmente. “Es cierto. No resulta fácil convivir con el terror, sobre todo cuando te toca tan de cerca. Este año está siendo especialmente duro en Turquía. Por supuesto que este tipo de sucesos generan intranquilidad, pero cada quien se acaba sumergiendo en el día y día y trata de llevarlo de la mejor manera posible. No puedes hacer otra cosa, salvo rezar para que no vuelva a ocurrir”, reconoce Marcelo.

"Tanto mi familia como yo estamos a gusto aquí. Estambul es un buen lugar para vivir, más allá de este tipo de situaciones"

Pese a esa tensión a flor de piel que se está viviendo en los últimos tiempos en la nación de la Media Luna, el defensor natural de Sao Vicente no se plantea abandonar el nido de las ‘águilas negras’. “No es algo que se me haya pasado por la cabeza, la verdad. Me queda año y medio de contrato con el Besiktas. Estoy en buena sintonía con el club y con la afición. Tanto mi familia como yo estamos a gusto aquí. Estambul es un buen lugar para vivir, más allá de este tipo de situaciones”, concluyó.

Marcelo Antonio Guedes Filho seguía este domingo sin poder quitarse el susto del cuerpo después del brutal doble atentado acaecido la noche del sábado a las puertas del Vodafone Arena, el estadio de su equipo, el Besiktas, apenas una hora y media después de que, junto a sus compañeros, dieran buena cuenta sobre el césped del Bursaspor, en choque valedero para el campeonato de liga turco. Las cifras, tanto de víctimas mortales como de heridos, fueron aumentando con el paso de las horas hasta alcanzar los 38 fallecidos, en su mayor parte agentes antidisturbio que empezaban a levantar el campamento cuando el estallido de un coche bomba aparcado frente al feudo blanquinegro desató el infierno sobre Estambul.

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