Es noticia
La última parada de Danilo Padilha, el héroe del Chapecoense que odiaba ser portero
  1. Deportes
  2. Fútbol
ÍDOLO de la afición fallecido en el accidente

La última parada de Danilo Padilha, el héroe del Chapecoense que odiaba ser portero

Si había un héroe en el club, ese era su portero, el mismo que con una intervención milagrosa en la última jugada logró meter su equipo en la final de la Copa Sudamericana

Foto:

Escasos segundos para el final del partido. El equipo contrario tiene a favor una falta lateral y solo necesita un gol para meterse a la final a la que, de momento, tu equipo está clasificado. Un rival pone el balón en juego y este queda muerto, a placer, en el punto de penalti: el delantero rival la pega con el alma y tú, portero, única barrera entre la gloria y el infierno, haces una parada prodigiosa para evitar el gol. El árbitro pita el final y te conviertes en el héroe de tu afición, al meter a tu equipo en la primera final de un torneo continental de su historia. ¿Quién no ha soñado alguna vez con eso? Marcos Danilo Padilha no solo lo hizo: lo consiguió.

Foto: El equipo Chapecoense, con Cléber Santana, tercero por la izquierda en la fila de arriba. (EFE)

Este martes, el Chapecoense viajaba a Medellín para disputar la ida de la final de la Copa Sudamericana, a la que el humilde conjunto brasileño había accedido después de eliminar al todopoderoso San Lorenzo de Almagro. Y el gran héroe del equipo había sido su portero titular, Danilo, quien en el último segundo de partido realizó una parada increíble para clasificar a su equipo a la final. Sin embargo, lo que iba a ser la mayor fiesta de la historia del club se convirtió en su mayor tragedia: un accidente de avión iba a acabar con la vida de prácticamente todo el equipo... incluido el portero que llevó a su conjunto a la gloria.

La última gran parada de Danilo

A sus 31 años, Danilo estaba viviendo uno de los mejores momentos de su carrera. Convertido en una de las revelaciones del campeonato brasileño, el portero ya había sido capaz de demostrar su valía en sus escasas tres temporadas en el club: pese a llegar como refuerzo de urgencia en 2014 por la lesión de los dos porteros del equipo, Nivaldo y Rodolpho, pronto se hizo con la titularidad. Incluso tras el fichaje de Lauro, campeón de la Libertadores con Inter de Portoalegre, consiguió seguir en el once inicial y, pronto, comenzó a demostrar su valía. Había llegado para quedarse... pese a odiar ser portero.

Danilo había confesado en más de una ocasión que él nunca quiso ser portero. Desde muy pequeño, sus grandes ídolos eran Romario y Bebeto, a los que comenzó a seguir durante el Mundial de Estados Unidos 1994. Así, en sus primeros años como futbolista, comenzó a ejercer como delantero, hasta que un entrenador le pidió que cambiara de posición para probar. Una vez se colocó bajo palos, fue evidente que su capacidad como arquero era suficiente como para seguir jugando en esa posición: acababa de cambiar su vida, pues una simple decisión le iba a llevar a convertirse en profesional y en el ídolo de toda una afición.

* VÍDEO: Así paró el penalti ante San Lorenzo

Sería en Chapecoense donde viviría sus mejores años. No solo se convirtió en un jugador muy querido por la afición sino que también fue señalado como uno de los grandes porteros del campeonato. Pero esta temporada iba a ser la de su consagración, especialmente en la Copa Sudamericana: héroe en octavos de final tras parar en la tanda de penaltis el definitivo ante Independiente de Avellaneda, su gran partido iba a llegar en semifinales: no solo iba a ser un muro infranqueable, sino que iba a salvar a su equipo en el último segundo con una gran parada. El cuento del club pequeño que se clasificaba a la gran final se había cumplido.

Ese pie instintivo, precisamente, es el que iba a conseguir que el equipo se metiera en la primera final continental de su historia. El Chapecoense estaba a un paso de hacer historia en el fútbol sudamericano, luchando por un título por el que nadie hubiera soñado a principio de temporada. Y buena parte de ello fue gracias a un gran portero llamado Marcos Danilo Padilha. El mismo que fue el segundo rescatado con vida del accidente, pero que no pudo superar sus heridas en el hospital. Eso sí, tuvo tiempo suficiente para pedir hablar con su familia. Adiós al héroe de una afición que se queda huérfana por culpa de tan grave accidente.

Escasos segundos para el final del partido. El equipo contrario tiene a favor una falta lateral y solo necesita un gol para meterse a la final a la que, de momento, tu equipo está clasificado. Un rival pone el balón en juego y este queda muerto, a placer, en el punto de penalti: el delantero rival la pega con el alma y tú, portero, única barrera entre la gloria y el infierno, haces una parada prodigiosa para evitar el gol. El árbitro pita el final y te conviertes en el héroe de tu afición, al meter a tu equipo en la primera final de un torneo continental de su historia. ¿Quién no ha soñado alguna vez con eso? Marcos Danilo Padilha no solo lo hizo: lo consiguió.

Accidente de avión del Chapecoense Romario Brasil
El redactor recomienda