Van Gaal medita la rendición, Quique hurga en la herida del Chelsea y el Arsenal fracasa

Padres e hijos, gradas llenas a rebosar, felicidad en todos los rincones… El Boxing Day fue un día de fiesta un año más. Una jornada con apasionantes partidos, con gradas repletas de aficionados en todos los rincones de la Premier League. Una tradición que se fortalece con el paso del tiempo. Los niños, fundamentalmente, fueron los grandes protagonistas lejos del terreno de juego. Dentro, como se preveía, todos los focos se centraron en la triste figura de Van Gaal; el Manchester United firmó una nueva derrota que deja casi hundido al holandés, que no descarta la dimisión. Mourinho calienta en la banda… Un técnico que protagonizó simpáticas escenas en la red. Ya le ven en el banquillo de Old Trafford. Esta jornada también tuvo como protagonista a Guus Hiddink, cuyo estreno fue amargado por el Watford de Quique Flores. Mientras, el Manchester City ganó sin problemas (4-1), el Liverpool se impuso por la mínima al Leicester de Claudio Ranieri (1-0) y el Arsenal no aprovechó el tropiezo del líder fracasando ante el Southampton (4-0).

El Boxing Day arruinó la existencia a Van Gaal. Ya era complicada de por sí, tras varias jornadas sin ganar y con un equipo ofreciendo una imagen cada vez más decadente, pero ahora el escenario es peor. El Manchester United naufragó en su visita al Stoke City (2-0) y con esta nueva derrota, la figura del entrenador holandés queda más que seriamente tocada. Su equipo volvió a ofrecer una mala imagen y el cambio de entrenador como solución a los males adquiere cada día más consistencia. Vamos, que la figura de Mourinho, con permiso de Florentino Pérez, se alarga un poco más sobre Old Trafford. El ManU está totalmente atascado y su juego no invita a pensar en un inmediato cambio de imagen radical. Aficionados del equipo de Manchester reclamaron el fichaje de Mourinho, mostrando su profundo malestar con el holandés. Éste no descarta la dimisión. Este domingo, para enredar más la situación, según desveló 'Sky Sports', el holandés no dirigió el entrenamiento del equipo, que trabajó a las órdenes de Ryan Giggs.

El primer tiempo fue suficiente para dejar retratado a un Manchester United sin juego ni ideas. Al Stoke City le valió con mantenerse bien ordenado y con aprovechar un par de ocasiones para liquidar a un equipo roto y sin capacidad de respuesta. Con un Mata que tuvo poco protagonismo y un Ander Herrera que no pudo manejar el juego de su equipo a su gusto, el equipo de Van Gaal dejó al descubierto todas sus carencias. El partido se le empezó a escapar tras un garrafal error de Depay al intentar ceder el balón a De Gea; se quedó muy lejos del guardameta y Bojan aprovechó el regalo a la perfección. Minutos después, un imponente latigazo de Arnautovic desde lejos colocó al ManU fuera de circulación. Poco se acercaron en este período los 'red devils' al área de su rival, que con una buena solidez se encargó de neutralizar a un triste enemigo.

Un nuevo escenario

Ya con Rooney en el terreno de juego, que entró por el desafortunado Depay, el segundo acto fue un querer y no poder. El desencajado semblante de Van Gaal tras el primero lo decía todo. Complicado arreglar el descosido. Fue imposible. El Stoke City se ajustó más a la hora de defender, dejando el balón en los pies de un oponente que apenas supo qué hacer con él. Tres buenas apariciones del guardameta local fueron definitivas para enterrar a un equipo que en el segundo tiempo fue puro desorden. El Manchester United se fue deshaciendo poco a poco, a medida que todos sus intentos se quedaban en nada. Con un juego plano, el equipo de Mark Hughes apenas sufrió en el segundo tiempo. Tan poco le exigió el ManU, que se atrevió a buscar el tercero -De Gea lo evitó ante Bojan- y definitivo en la recta final, algo que estuvo muy cerca de conseguir. No le hizo falta porque su zaga se encargó hasta el final de no dar ni la más mínima opción a los de Van Gaal.

Los hermanos Glazer tienen faena por delante. Los dueños ven cómo pasan las jornadas y la esperada reacción no llega. Fuera de la Champions League y en caída libre en la Premier League, los millonarios hermanos podrían tomar una drástica decisión en cualquier momento. Van Gaal, en su penúltima y tensa comparecencia ante los medios, exigió a estos que le pidieran perdón; se dio por hecha una destitución que no llegó y el técnico se encaró con la prensa. La misma es una realidad más consistente tras el nuevo tropiezo sufrido. Le puede salvar -de manera momentánea- que ya este lunes se disputa una nueva jornada de liga, en la que el United recibe en Old Trafford al Chelsea ahora de Guus Hiddink. La afición está de uñas con su equipo, pero sobre todo con su entrenador, que está contra las cuerdas y apenas tiene apoyos. Debut más morboso, si se da el caso, no podría tener Mourinho.

“Los medios de comunicación informáis sobre cosas que el club no ha confirmado”, dijo el marcado entrenador del Manchester United cuando fue preguntado sobre su incierto destino tras sufrir una nueva derrota. “Siento el apoyo de mis jugadores y de la junta del club”, subrayó Van Gaal, mientras en las redes los aficionados de su equipo clamaban contra él, exigiendo su inmediato cese. “El club no tiene que despedirme, algunas veces tomo yo esas decisiones por mí mismo”, recalcó para dejar claro que no descarta la dimisión. “Nos encontramos ante una nueva situación porque hemos perdido los últimos partidos, habrá que esperar a ver qué sucede”, resaltó, para reconocer que tiene asumido que puede dejar de ser entrenador del Manchester United en cualquier momento. “La presión cada vez es mayor. Tengo fe en los jugadores, pero las circunstancias son complicadas. En esta ocasión, pienso que no se atrevieron a jugar al fútbol”, sentenció.

El resbalón de Oscar

En Stamford Bridge, donde volvieron a aparecer pancartas en favor de Mourinho, se estrenaba en el banquillo del Chelsea Guus Hiddink. El rival, el pujante Watford de Quique Flores. Y el entrenador español hurgó en la herida abierta en el equipo de Londres desde hace tiempo. El Chelsea pudo ganar, pudo perder y al final empató. El modesto equipo dirigido por el técnico español volvió a demostrar que por algo está firmando tan brillante campaña, a un paso de la zona europea. Mediado el primer tiempo Diego Costa adelantaba a su equipo en el marcador, pero poco después Deeney transformaba un penalti para igualar el marcador. Nada más comenzar el segundo tiempo, Ighalo -espectacular su temporada- ponía por delante al Watford. El Chelsea sufría, pero Diego Costa volvió a aparecer a tiempo para rescatar al equipo de Londres. Tuvo su gran oportunidad el equipo de Hiddink con un penalti cometido sobre Hazard, pero Oscar se resbaló en el último momento al lanzarlo y el balón se fue a la grada.

Por su parte, el Manchester City no perdió terreno en relación a la punta de la tabla y firmó una cómoda victoria frente al Sunderland. El equipo de Manuel Pellegrini se impuso por la vía rápida, pues cuando se llegó a la mitad del primer acto ya había marcado tres goles. Sterling, Yaya Touré y Bony dejaron el partido visto para sentencia. Nada más comenzar el segundo tiempo, De Bruyne ajusticiaba definitivamente a un Sunderland que maquilló el marcador poco después gracias a un gol de Borini. El Liverpool de Klopp cortó la racha del espectacular Leicester de Claudio Ranieri. Un gol de Benteke en el minuto 63 dio un sufrido triunfo a los 'reds'. Sin embargo, y pese a su pinchazo, el Arsenal no supo sacar tajada, después de salir goleado en su visita ante el Southampton por un contundente 4 a 0. En otros partidos, el Tottenham de Pochettino sigue con marcha firme y se impuso por 3-0 (Kane, 2, y Carroll) al Norwich; el Everton recuperó la senda ganadora con un gol de Cleverley en el descuento ante el Newcastle (0-1); Aston Villa y West Ham empataron (1-1), igual que Bournemouth y Crystal Palace (0-0), mientras el Swansea se impuso (1-0) al West Bromwich Albion.