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El día en que Bielsa pudo morir por mejorar su método: "No disparen, soy Marcelo"
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SUCEDIÓ EN 2001 Y FUE REVELADO AHORA POR CAVALLERO

El día en que Bielsa pudo morir por mejorar su método: "No disparen, soy Marcelo"

Todo ocurrió en el año 2001, durante una concentración de la selección argentina, cuando el entrenador argentino salió a correr a la calle y la policía le confundió con un intruso

Foto: Marcelo Bielsa, exentrenador del Olympique de Marsella, dando instrucciones a sus jugadores (Reuters).
Marcelo Bielsa, exentrenador del Olympique de Marsella, dando instrucciones a sus jugadores (Reuters).

Marcelo Bielsa es un entrenador particular. Metódico, disciplinado y con una fe ciega en la pizarra, el preparador argentino es un técnico al que gusta ver desde la barrera, pero de quien cuesta asimilar conceptos cuando lo tienes como entrenador en el banquillo. Calculador hasta el milímetro y obseso de su propio método, vivió en 2001 un complicado episodio que incluso pudo costarle la vida. Y todo por intentar seguir mejorando como entrenador.

Después de tantos años, la historia salió a la luz por boca de Pablo Cavallero, exportero del Celta de Vigo que también formaba parte de la selección argentina. Todo ocurrió en una concentración de la albiceleste, cuando el técnico volvía a su habitación después de haber trabajado hasta altas horas de la madrugada en mejorar su estilo de juego. Varios policías le confundieron con un intruso y llegaron a encañonar a Bielsa.

Una noche, Bielsa decidió seguir perfeccionando el estilo de juego de Argentina. Tras un análisis pormenorizado de sus jugadores, de sus capacidades y de los conceptos que eran capaces de asimilar, decidió dar un paso más: grabar en un CD 22 tácticas que cada jugador debería de asimilar a fuego. El por entonces técnico de la albiceleste, con el objetivo de dar ejemplo, decidió que había llegado el momento de aprendérselo de memoria.

Así, los más cercanos a Bielsa confesaban que era bastante habitual verle con su 'DiscMan' escuchando el famoso CD. Y en aquella concentración decidió dar un paso más: aburrido en su habitación sin ser capaz de conciliar el suelo, decidió vestirse y salir a la calle de madrugada para correr. La idea no sólo era despejarse, sino que, acompañado de su CD, quería tener su propia lección bien aprendida antes de enseñársela a sus jugadores.

El propio Cavallero contaba así lo ocurrido: "Era 2001, época de gran cantidad de secuestros. En aquel entonces, era fácil acceder a la habitación de Bielsa, por lo que empezaron a poner policías por allí. Un día, Bielsa salió a correr escuchando el CD y con una gorra de lana. La seguridad vio a un chico moverse y le apuntaron. Él no escuchó nada y se asustó cuando vio las luces. 'No disparen, soy Marcelo Bielsa', gritaba", dijo Cavallero a 'Arroban'.

El ritual de los 35 movimientos

Los 22 tácticas en el CD de Bielsa son algunas de las metódicas instrucciones del argentino. Bielsa analiza todos los factores de juego y los intenta aplicar a sus jugadores, a los que en muchas ocasiones sobrepasa con excesivos conocimientos tácticos. Tal es la intensidad con la que vive el fútbol que, en su búsqueda constante de la perfección, termina abrumando al jugador, que se ve incapaz de asimilar tantas instrucciones.

Por ejemplo, en su época en el Athletic, pronto se hizo famoso por varias manías: la más famosa, aplicar en cada entrenamiento y de manera constante, los mismos 35 movimientos. Recuperaciones, posiciones en rechaces, salidas de balón, estrategia en los córneres... una infinidad de conceptos que resumía en unos ejercicios que repetía sin cesar para que sus jugadores aprehendieran todo lo que necesitaban para dominar los partidos.

Algunas manías incluso rozaban lo ridículo, como los famosos 13 pasos que daba siempre que caminaba por la zona técnica. Sea como fuere, en aquel 2001, en plena concepción de su método, Bielsa se llevó un susto que no llegó a mayores, pero que pudo ser realmente peligroso: "¡No disparen, que soy Marcelo!", se le oyó gritar, según palabras de Cavallero. Y todo por intentar recitar de carerrilla a sus jugadores 22 instrucciones tácticas.

Marcelo Bielsa es un entrenador particular. Metódico, disciplinado y con una fe ciega en la pizarra, el preparador argentino es un técnico al que gusta ver desde la barrera, pero de quien cuesta asimilar conceptos cuando lo tienes como entrenador en el banquillo. Calculador hasta el milímetro y obseso de su propio método, vivió en 2001 un complicado episodio que incluso pudo costarle la vida. Y todo por intentar seguir mejorando como entrenador.

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