Es noticia
Estadios vacíos y obras inacabadas: el amargo legado del Mundial de Brasil
  1. Deportes
  2. Fútbol
el triste legado de la gran fiesta del fútbol

Estadios vacíos y obras inacabadas: el amargo legado del Mundial de Brasil

Un año después, 11 de los 12 estadios construidos o reestructurados para el macro-evento deportivo no han recibido público suficiente ni siquiera para llenar la mitad de las gradas

Foto: Vista exterior del estadio de Maracaná (Reuters)
Vista exterior del estadio de Maracaná (Reuters)

“Más educación y salud, y menos estadios”. Repetido hasta la saciedad como un mantra, fue el lema de las protestas contra el Mundial de Fútbol de 2014, que sacudieron Brasil a lo largo de 2013. Ahora las previsiones más agoreras parecen haberse hecho realidad. Un año después, 11 de los 12 estadios construidos o reestructurados para el macro-evento deportivo no han recibido público suficiente ni siquiera para llenar la mitad de las gradas. La mayoría de los recintos languidece, sin que se haga un uso efectivo de ellos. Algunos incluso están siendo utilizados como aparcamientos o como espacios para fiestas. Sólo el Itaquerão de Sao Paulo alcanzó una tasa de ocupación superior al 50%. En los 36 partidos disputados después del Mundial, el club recibió de media 31.000 hinchas, lo que corresponde al 65% de su capacidad.

El Arena Amazônia de Manaos, construido en medio de la selva, fue desde el principio un estadio polémico debido a la escasa afición al fútbol en esta región de Brasil. Con un coste global de 660,5 millones de reales (194 millones de euros) y sólo siete partidos disputados a lo largo del último año, está semi-abandonado y abocado a convertirse en un elefante de hormigón. De los 96 partidos del campeonato de Amazonas, sólo dos se celebraron en este estadio y con una salvedad: el Estado federal de Amazonas tuvo que asumir una parte de los gastos. Los clubes amazónicos no tienen fondos suficientes para costear esta arena y acaban prefiriendo estadios menores. El Mané Garrincha de Brasilia, con un coste total de 1.400 millones de reales (411,7 millones de euros) y un coste fijo mensual de 600.000 reales (176.470 euros), se ha convertido en una sucursal del Gobierno Federal. 400 empleados de tres secretarías están usando las salas como oficinas, generando unos ingresos de unos 15 millones de reales en alquiler (4,4 millones de euros). El estadio también funciona como aparcamiento para los autobuses de la ciudad.

El Mineirão, ubicado en Belo Horizonte (Minas Gerais), es el ejemplo más surrealista de la esquizofrenia burocrática que gobierna el país tropical. Destinado a ser la nueva sede del Atlético Mineiro, el recinto deportivo ha quedado vacío durante casi un año debido a la incapacidad de las dos partes de llegar a un acuerdo económico. En ese tiempo, el equipo de fútbol seguía disputando sus partidos en el viejo estadio Independencia. Esto no ha impedido que los gestores del estadio, que recibe de hasta 12 millones de reales (3,5 millones euros) por mes del Estado en concepto de compensación por las pérdidas, llegasen a pedir más dinero público para cubrir los elevados costes de manutención. El estadio, que fue reformado entre 2010 y 2012 por un valor de 695 millones de reales (204,4 millones de euros), habría recibido hasta la fecha 255 millones de reales (75 millones euros) de los bolsillos de los contribuyentes. En este caso, la Abogacía General del Estado se ha opuesto a una subida de las ayudas públicas.

Eso sí, nadie en Brasil olvida la Tragedia del Mineirão, el fatídico partido disputado el 8 de julio de 2014 y que supuso la eliminación de Brasil de la Copa del Mundo, con un humillante 7-1 a favor de Alemania. “Un año después de los Mundiales, ha quedado patente la incompatibilidad del nuevo modelo de consumo deportivo con la realidad socioeconómica del perfil mayoritario del aficionado brasileño. Los estadios están vacíos, las entradas están caras, los hinchas están insatisfechos y los clubs, finalmente, entendieron que ha llegado el momento de tomar alguna decisión”, señala Irlan Simões, periodista deportivo y experto en fútbol.

placeholder Imagen exterior del Arena Amazônia de Manaos durante su construcción (EFE)
Imagen exterior del Arena Amazônia de Manaos durante su construcción (EFE)

Corrupción y malversación de fondos

La prensa brasileña destaca los números decepcionantes de la ocupación media de los estadios. Los peores resultados se dan en la Arena Pantanal, en Cuiabá (Mato Grosso); en la Arena das Dunas, en Natal (Río Grande del Norte); y en el Fonte Nova, en Salvador de Bahía. Algunos estadios se mantienen gracias a eventos que poco o nada tienen que ver con la actividad deportiva, como celebraciones de distinta índole e incluso bodas. El Arena das Dunas, por ejemplo, alcanzó su récord de visitas durante el Carnatal, un carnaval fuera de época, que se celebra en el mes de diciembre y que su última edición reunió a más de 100.000 personas en cuatro días.

En Salvador, el estadio tuvo su capacidad reducida de 55.000 a 48.000 asientos después del Mundial. Sin embargo, sólo están a la venta 39.000 entradas, ya que 6.500 lugares están bloqueados por orden de la Policía Militar o son áreas reservadas a la prensa. Otros 2.500 ingresos están destinados a los patrocinadores. No obstante, la media en cada partido nunca ha superado a los 14.000 aficionados. En total, las 12 arenas costaron a las arcas brasileñas 8.400 millones de reales (2.470,5 millones de euros), un 184% más de lo presupuestado inicialmente. El estado de abandono en el que se encuentran representa, para muchos observadores, el mayor ejemplo de corrupción y malversación de fondos públicos, amparado y permitido por la FIFA.

Para los directivos de esta federación, inmersa en el mayor escándalo de corrupción de todos los tiempos, el escaso legado que ha dejado el macro-evento en Brasil no es un tema de su competencia. “Este es un problema vuestro”, llegó a declarar un representante de la FIFA en Zúrich, el pasado mes de marzo. La Copa de las Copas ya ha aportado a la organización las mayores ganancias de la historia: casi 16.000 millones de reales de facturado (4.705,8 millones de euros) y un lucro neto de 8.300 millones de reales (2.441 millones de euros). Sin embargo, como temían los más críticos, sólo el 2% de este dinero ha sido reinvertido en Brasil en forma de proyectos sociales o en el fútbol nacional.

placeholder Imagen interior del estadio de Fortaleza (EFE)
Imagen interior del estadio de Fortaleza (EFE)

Obras prometidas no fueron entregadas

Los estadios vacíos no son el único problema que ha dejado el Mundial de Brasil. También hay que destacar las obras inacabadas. De las 82 obras que fueron propuestas inicialmente, sólo 22 fueron concluidas. En Fortaleza, Ceará, el tren ligero que debería recorrer 12 km. en la ciudad se ha quedado a medias. Ahora, parte de los raíles están ocupados por familias de sin techo. Algo parecido ocurre en Cuiabá: los vagones del tren ligero han llegado, pero los raíles no avanzan. De las 32 estaciones previstas, sólo una está lista. La entrega del VLT, como es llamado en Brasil el tranvía, ha sido aplazada siete veces y la previsión es que comience a circular dentro de tres años. Finalmente, en Porto Alegre la duplicación de una importante avenida tampoco tiene fecha de entrega. A pesar de eso, queda pendiente realojar a más de 500 familias en un conjunto de pisos populares que ni siquiera han empezado a ser construidos.

"Aprovechamos muy poco la oportunidad de haber recibido el Mundial. Eso es sabido. Recibimos inversiones muy grandes. Creo que es una pena. Algunos estadios del Mundial ya están abandonados. Obras prometidas no fueron entregadas, infraestructuras que deberían mejorar Brasil. El pueblo brasileño está cansado y está tentando cambiar de rumbo", enfatiza el exfutbolista Ronaldo.

Datos según el periódico Estado de São Paulo:

Arena da Amazônia (Manaos, Amazonas)
Partidos después del Mundial: 7
Coste total: 660,5 millones de reales (194 millones de euros)
Capacidad: 44.300
Media de público: 17.300
Ocupación: 38%

placeholder Vista aérea del Arena das Dunas de Natal (Reuters)
Vista aérea del Arena das Dunas de Natal (Reuters)

Arena das Dunas (Natal, Río Grande del Norte)
Partidos después del Mundial: 40
Coste total: 400 millones de reales (117,6 millones de euros)
Capacidad: 42.000
Media de público: 7.800
Ocupación: 18%

Arena Pantanal (Cuiabá, Mato Grosso)
Partidos después del Mundial: 33
Coste total: 596,4 millones de reales (175,4 millones de euros)
Capacidad: 44.000
Media de público: 7.100
Ocupación: 16%

Mané Garrincha (Brasilia, Distrito Federal)
Partidos después del Mundial: 10
Coste total: 1.400 millones de reales (411,7 millones de euros)
Capacidad: 72.800
Media de público: 20.800
Ocupación: 28%

Itaquerão (São Paulo)
Partidos después del Mundial: 36
Coste total: 1.080 millones de reales (317,6 millones de euros)
Capacidad: 48.000
Media de público: 31.000
Ocupación: 65%

placeholder Imagen del Arena da Baixada (Reuters)
Imagen del Arena da Baixada (Reuters)

Arena da Baixada (Curitiba, Paraná)
Partidos después del Mundial: 32
Coste total: 391,5 millones de reales (115 millones de euros)
Capacidad: 43.000
Media de público: 13.000
Ocupación: 30%

Beira-Rio (Porto Alegre, Río Grande del Sur)
Partidos después del Mundial: 37
Coste total: 366,3 millones de reales (107,7 millones de euros)
Capacidad: 50.000
Media de público: 23.300
Ocupación: 36%

Maracaná (Río de Janeiro)
Partidos después del Mundial: 74
Coste total: 1.050 millones de reales (308,8 millones de euros)
Capacidad: 78.800
Media de público: 23.200
Ocupación: 29%

Arena Fonte Nova (Salvador, Bahía)
Partidos después del Mundial: 32
Coste total: 689,4 millones de reales (202,7 millones de euros)
Capacidad: 48.000
Media de público: 13.900
Ocupación: 29%

Castelão (Fortaleza, Ceará)
Partidos después del Mundial: 45
Coste total: 518,6 millones de reales (152,5 millones de euros)
Capacidad: 63.900
Media de público: 17.800
Ocupación: 28%

placeholder Imagen del Arena Pernambuco (EFE)
Imagen del Arena Pernambuco (EFE)

Arena Pernambuco (Recife, Pernambuco)
Partidos después del Mundial: 46
Coste total: 532,6 millones de reales (156,6 millones de euros)
Capacidad: 46.000
Media de público: 10.500
Ocupación: 23%

Mineirão (Belo Horizonte, Minas Gerais)
Partidos después del Mundial: 38
Coste total: 695 millones de reales (204,4 millones de euros)
Capacidad: 65.000
Media de público: 128.000
Ocupación: 37

“Más educación y salud, y menos estadios”. Repetido hasta la saciedad como un mantra, fue el lema de las protestas contra el Mundial de Fútbol de 2014, que sacudieron Brasil a lo largo de 2013. Ahora las previsiones más agoreras parecen haberse hecho realidad. Un año después, 11 de los 12 estadios construidos o reestructurados para el macro-evento deportivo no han recibido público suficiente ni siquiera para llenar la mitad de las gradas. La mayoría de los recintos languidece, sin que se haga un uso efectivo de ellos. Algunos incluso están siendo utilizados como aparcamientos o como espacios para fiestas. Sólo el Itaquerão de Sao Paulo alcanzó una tasa de ocupación superior al 50%. En los 36 partidos disputados después del Mundial, el club recibió de media 31.000 hinchas, lo que corresponde al 65% de su capacidad.

Selección de fútbol de Brasil
El redactor recomienda