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El fútbol dice adiós a la diversión del Payaso
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El fútbol dice adiós a la diversión del Payaso

Siete meses después de volver a River Plate, Pablo Aimar decidió que estaba harto de no haber podido jugar, de sus lesiones y quedarse fuera de la lista de la Libertadores le llevó a decir adiós al fútbol

Foto: Pablo Aimar sólo pudo jugar un partido en el Monumental en su vuelta a River (CA River Plate).
Pablo Aimar sólo pudo jugar un partido en el Monumental en su vuelta a River (CA River Plate).

La historia humana se ha repetido cada cierto tiempo. Siempre hay algo que ha pasado tiempo atrás y de nuevo se produce, como una rueda que siempre roza el suelo con un mismo punto repetidamente. El fútbol en Argentina ha vivido tiempos mejores, mucho mejores, que el actual. No hablamos en este caso de la selección albiceleste, que ha alcanzado dos finales en las dos últimas grandes competiciones que ha participado. Nos referimos a la liga argentina, los que allí se han quedado y que no han dado el salto a Europa. El nivel argentino es bajo y se encuentra en un descenso progresivo preocupante. Sólo la vuelta de grandes ídolos que un día hicieron grandes a sus clubes despierta el entusiasmo internacional. River y Boca lo están viviendo en estos días, pero viven en un riesgo que a veces se paga.

Pablo Aimar se marchó de River Plate hace 14 años. Fichó por el Valencia como uno de los jugadores argentinos más prometedores de la década. Era un clásico10del país del cono sur, con muchísima técnica, visión de juego y elegancia en todos sus movimientos. El Valencia lo disfrutó un tiempo, pero nunca lo llegó a querer del todo. Tampoco en el Real Zaragoza encontró el amor incondicional. Y en el Benfica lo quisieron más por lo que significaba que por lo que ofrecía en el pasto. Aimar sólo se enamoró una vez, y la que fue su pareja le siguió queriendo en la distancia. Todos sabíamos que se iban a volver a unir. Se esperaron, y se reencontraron.

Pero fue una vuelta forzada, el amor ya no era el mismo que antes. 14 años son muchos años para volver a quererse. El físico cambia, la personalidad también. Marcelo Gallardo no era el mismo que le cedió el10a Aimar en 1999. Ahora es el que manda, el que ha llevado a River a ser campeón de la Copa Sudamericana y el que ha colocado al club millonario a un partido de la final de la Copa Libertadores tras 19 años. Y lo ha hecho sin elPayasito. Dejó fuera a Aimar de la lista que entregó a la CONMEBOL para la disputa de la semifinal y la hipotética final. Y Pablito dijo basta.

Nada más llegar a River, Aimar tenía unos problemas en el tendón de Aquiles que le obligaron a pasar por el quirófano, y eso a los 35 años, se paga. Sólo pudo vestirse una vez con la camiseta de la franja, que casualmente fue la suplente, en el Monumental. Fue contra Rosario Central y Aimar volvió a saborear una victoria en su casa durante los 15 minutos que estuvo en el campo. Pero desde entonces (eso ocurrió el 31 de mayo), Aimar no ha vuelto a jugar.

El Payasollevaba tiempo pensándolo, dándole vueltas a la cabeza, y al final, quedarse fuera de la Libertadores, precisamente lo que más ilusión le hacía de su vuelta a Argentina, le llevó a tomar la decisión de retirarse del fútbol. No poder estar en el campo con sus amigos de toda la vida, Lucho González, Javier Saviola yFernando Cavenaghi le rompió el corazón. Se quedó sin la victoria sobre Guaraní de la noche de este martes por 2-0 que deja a River a las puertas de ser campeón de América. Aimar volvió a River para irse definitivamente. Si ya no lo querían allí, no lo querrán en ningún lado. Se va con su fútbol, con sus pases, con su regate. Puede que River gane la Libertadores, pero pierde a su histórico10.

La historia humana se ha repetido cada cierto tiempo. Siempre hay algo que ha pasado tiempo atrás y de nuevo se produce, como una rueda que siempre roza el suelo con un mismo punto repetidamente. El fútbol en Argentina ha vivido tiempos mejores, mucho mejores, que el actual. No hablamos en este caso de la selección albiceleste, que ha alcanzado dos finales en las dos últimas grandes competiciones que ha participado. Nos referimos a la liga argentina, los que allí se han quedado y que no han dado el salto a Europa. El nivel argentino es bajo y se encuentra en un descenso progresivo preocupante. Sólo la vuelta de grandes ídolos que un día hicieron grandes a sus clubes despierta el entusiasmo internacional. River y Boca lo están viviendo en estos días, pero viven en un riesgo que a veces se paga.

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