Mata se gana el respeto de Van Gaal y manda un recado a Del Bosque a base de golazos

A Juan Mata le pasó una vez exactamente lo que le estaba sucediendo en el Manchester United. Fue durante tres meses largos, cuando José Mourinho volvió a sentarse otra vez en el banquillo del Chelsea. Mata era algo más que el jugador clave del Chelsea. Era el 10, uno de los líderes junto a Lampard, Terry y Drogba en la consecución de la Copa de Europa del 2012. Luego siguió siendo único, insustituible para Benítez para ganar la Europa League. Y de repente, regresa Mourinho a Stamford Bridge y Juan Mata desaparece. No es una desaparición natural, no estaba lesionado, ni en una evidente baja forma. No le gustaba al portugués y por tanto no le hacía jugar. Y así estuvo, hasta que se fue al United.

En Old Trafford se repitió el caso. Para David Moyes era algo así como el agua fresca de un arroyo que aparece en el camino de un equipo errante, sediento y sin destino. Y así se le trató nada más llegar, como ese bien tan escaso que no hay que desperdiciar. Se incrustó en las alineaciones como una lapa al casco de un barco pesquero y no había nadie que lo moviese de ahí, más por méritos propios que porque fuera el fichaje más caro de la historia de los red devils. Pero claro, poco podía hacer sólo él para salvar al United, al que le habían abandonado los resultados y la suerte.

Y otra vez, un cambio de entrenador en su equipo que le perjudica. Más que el cambio de entrenador en sí, fueron los grandes fichajes del United los que le quitaron el puesto de más que fijo que tenía. Si llega Ángel di María y cuesta 80 millones, pues tiene que jugar, claramente. Y si se ficha a Radamel Falcao, aunque sea mediante una cesión, sólo por su nombre y por su tradición goleadora tiene que jugar. Y tampoco iba a meter Van Gaal a Mata como acompañante del pivote. Y la cantera en el United siempre tiene que tener protagonismo, por lo que Adnan Januzaj tiene que estar de vez en cuando en el campo. Es decir, que Mata se había quedado sin sitio, literalmente.

Entonces, Mata tenía dos opciones: la primera de ellas era rendirse, asumir que las estrellas que fichó su equipo eran insuperables y que tendría que marcharse de Old Trafford como salió de Londres. La segunda, luchar como no lo había hecho en el Chelsea, intentar convencer a su entrenador de que era igual o más útil que los Di María, Januzaj, Rooney, Falcao y compañía. El asturiano apostó definitivamente por esta última, porque después de que Van Gaal probase innumerables alineaciones, le ha convencido por juego y resultados ese que incluye a Mata entre los titulares. "Cuando alguien juega bien, tiene que jugar siempre", dijo Van Gaal sobre su jugador.

En ese once, curiosamente, no estaban los dos esos que decíamos que iban a ser fijos, Di María y Falcao. Van Persie tampoco, pero por su lesión. Y Mata juega y juega de maravilla. El United ganó en casa al Tottenham Hotspur y lo hizo muy sobrado. Al Liverpool le costó bastante más, pero fue Juan Mata el que le dio al United, literalmente él, los tres puntos. Dos golazos marcó: el primero con una fastuosa asistencia de Ander Herrera (también fuera de la lista) que transformó Mata con la derecha; otro, un precioso tijeretazo a pase de Di María que Mignolet pudo disfrutar como nadie desde su portería.

Pero el festival de este jugador llega tarde para la Selección. Vicente del Bosque lo ha dejado fuera de la lista para los partidos contra Ucrania y Holanda. No está entre los convocados una vez más, y ya van unas cuantas desde el Mundial de Brasil, su última participación con la Selección. Los números de Mata no justifican su ausencia: ha marcado ocho goles esta temporada, dos de ellos en el clásico inglés. De hecho, es el primer jugador español que marca un doblete al Liverpool, y eso es algo que no hacía nadie del United desde 2003, cuando lo hizo un mito como Ryan Giggs. En ese encuentro, además de ser, obviamente, Man of the Match, dio 90 pases, 92% de los cuales fueron acertados. Pero para Del Bosque no parece suficiente…