El Liverpool añora a Suárez, ausente ante el Madrid en Anfield y debutante en el Clásico

Loftus Road recibió con inusitada confianza al subcampeón de la Premier. Para un recién ascendido, aunque tenga la solera del Queen’s Park Rangers, enfrentarse al Liverpool, el equipo más grande de la historia de Inglaterra, puede llegar a ser un suplicio, un reto casi insuperable. Pero hace mucho tiempo que esa tendencia desapareció del fútbol inglés, hasta queun díaLuis Suárez explotó. Entonces, los redsfueronun equipo casi imbatible, practicaban uno de los estilos más atractivos del planeta y eranfirmes candidatos a ganar demasiados años después la liga inglesa. La mismaque habían dominado durante un siglo y, curiosamente,dejaronde hacerlo a partir del cambio de nombre en1992. Sin embargo, el Liverpool que recibirá este miércolesal Real Madrid en Anfield se parece más al de las dos últimas décadas…

La casualidad de un calendario teóricamente aleatorio propició que en la misma semanalos blancostengan ante sí los dos compromisos más complicados, a priori, de lo que vade temporada. Visitarán el estadio de Anfield Roadpara jugar contra el Liverpool y tres días después recibirán en Chamartín al Barcelona. El duelo por el liderato en la Champions precede al clásico por excelencia del fútbol mundial. Y en esos dos encuentros, Luis Suárez será uno de los protagonistas por dos motivos contrapuestos: que el Liverpool juegue contra el Madrid sin el charrúahará el partido mucho más complicado para los reds; y no estará allí Suárez porque sí estará en el Bernabéu con el Barça, por primera vez, además.

Luis Suárez cambió el 7 red por el 9 azulgrana, ese mismo dorsal que luce de celeste. Con uno u otro número, el uruguayoha marcado goles. Incluso con el 16 se hizo famoso en Amsterdam. Esos goles todavía no los puede disfrutar el Barcelona. Lo hará a partir del Clásico, precisamente. Quién sabe, puede que se estrene marcando como azulgrana ese día 25 de octubre. Pero con quien seguro no va a marcar más goles es con el Liverpool, y los de la ciudad de los Beatles los está echando de menos. A no ser que en algún momento encuentren un reemplazo que pueda superar las cifras goleadoras del Bota de Oro 2013 (compartida con Cristiano), algo no especialmente sencillo.

Por ahora, nadie ha heredado ni del dorsal ni de la capacidad realizadora del uruguayo. Y eso que el Liverpool se planteó desde el inicio del mercado reforzar el puesto de atacante, a sabiendas deque Suárez no iba a continuar. El primero en llegar a Anfield fue Rickie Lambert, el ariete que había hecho una magnífica temporada en el Southampton yregresaba al que fue su equipo en su madurez. No partía como titular, y no lo está siendo. El que venía a suplir directamente al uruguayo, tanto como goleador como por relevancia en la plantilla y en el merchandising era Mario Balotelli. Muchos millones y poca comprensión después, el italiano lleva un gol en Champions, al Ludogorets, y ya. Aún no se ha estrenado en su vuelta a la Premier.

Y luego estáel que de verdad marca los goles. Lo hacía cuando estaba Suárez, y sin duda Daniel Sturridge lo seguirá haciendo ahora que ya no tiene a su amigo al lado. La cursiva tiene un sentido: la relación de ambos atacantes dentro del campo no era especialmente buena, que digamos. Los dos solían pecar de individualistas y se lo recriminaban mutuamente y de manera ostensible. Pero nunca jamás pasó a mayores, todo se quedaba en eso. Y al final, ese pique interno entre ambos sirvió para que fueran los dos máximos goleadores de la Premier del año pasado. Para desgracia de Brendan Rodgers, el 9 de Inglaterra no estará contra el Real Madrid. Y eso también se va a notar.

Un Pool sin pólvora

Es decir, que el Liverpool va a jugar contra el Real Madrid sin sus dos grandes referencias. Eso está conllevando un cambio de sistema claro en las ideas de Rodgers. El inglés fue uno de los entrenadores más valientes del curso pasado. Jugó con dos pivotes de perfil ofensivo, como Gerrard (la adaptación como pivote posicional del capitán es soberbia, viniendo de ser mediapunta) y Henderson, y cuatro jugadores de ataque por delante: Sterling, Coutinho, Suárez y Sturridge. A pesar de ese 4-2-4 evidente, en el Liverpool defendían todos, y como consecuencia de esto, robaba infinidad de balones que aprovechaba a la contra con un vértigo inconmensurable.

Ahora, sin dos de las piezas claves, una de ellas el mejor jugador del equipo, Rodgers ha decidido volver a protegerse siempre con tres centrocampistas y los tres hombres de arriba suelen variar con respecto al año pasado. A Henderson y Gerrard se les suelen sumar Joe Allen o Emre Can, mientras que Balotelli juega como referencia, acompañado generalmente por Sterling y Coutinho, que se alterna con Adam Lallana. Esas variaciones, si bien por nombres no deberían suponer ninguna deficiencia alarmante, sí han quitado buena parte de la velocidad por la que destacaba el Liverpool. Le cuesta crear un mundo y sin contragolpear, sufre. Visto así, el Real Madrid, si sabe aprovecharlo, tiene un caramelo ante sí.