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El Chelsea es una máquina perfecta que también hace sucumbir al Arsenal
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david de gea salvó al manchester united (2-1)

El Chelsea es una máquina perfecta que también hace sucumbir al Arsenal

Con goles de Hazard y Diego Costa, el Chelsea sigue como líder invicto de la Premier con otro gran partido. El United sobrevive ante el Everton gracias a De Gea

Foto: Diego Costa celebra el gol que sentenciaba el partido (Reuters).
Diego Costa celebra el gol que sentenciaba el partido (Reuters).

La Premier League tiene un dueño y todavía quedan 31 jornadas por delante. Nadie puede hacer frente todavía al Chelsea de José Mourinho. No lo hizo el Manchester City (único que no ha perdido contra los londinenses), ni lo pudo hacer el Arsenal de Wenger. Es un equipo muy hecho y que ha aprovechado de maravilla la veloz adaptación de sus fichajes, como Diego Costa y Cesc Fàbregas. El catalán se enfrentaba por primera vez al Arsenal, a su mentor, y no le tembló el pulso para ejercer de líder en la medular blue durante los noventa minutos del partido. Fue el jefe, el mariscal de campo y el que permitió al hispano-brasileño seguir aumentando (aún más) su repertorio de goles. Ganó el Chelsea 2-0… y dando la sensación de no haber sufrido ni lo más mínimo contra uno de los grandes del fútbol británico.

Una vez llevamos cerca de dos meses de competición oficial, hay pocos centros del campo más fiables en Europa que el que ha creado Mourinho en el Chelsea. Nemanja Matićes un pulpo inmenso, que tiene una capacidad física inmensa y la calidad suficiente para sacar el balón jugado. Cesc Fàbregas es la perfecta mezcla entre la templanza y la malicia para romper a los rivales. Pero Oscar, el que en principio es el destinado a aplicar la magia, el toque diferente y la creatividad en el medio, no duda en ser el primero en sacrificar su especialidad por el bien del equipo, para defender, robar balones, blocar disparos… lo que haga falta. Si además cuentas con una defensa sólida y experta y una delantera devastadora, los adversarios tienen poco que hacer.

Con ese panorama, era posible que el resultado del año pasado, ese 6-0 histórico y doloroso, se repitiese. Sin embargo, la prestación del Arsenal fue soberbia desde el inicio. Muchas veces se ha criticado al Arsenal de Wenger el ser un conjunto blando y que reniega el contacto. En cambio, en Stamford Bridge, los gunners fueron duros, fuertes al choque, intensos desde el pitido inicial. Mathieu Flamini no sufría como pivote único pese a estar acompañado por dos interiores muy ofensivos como Wilshere y Cazorla. De hecho, ese esfuerzo físico les mermó su desempeño en ataque. Welbeck, de hecho, aparició en contadas ocasiones, muy mal asistido por Özil, otra vez ausente.

Estaba muy igualado el primer tiempo y sólo una acción aislada podía romper el partido. Y hay pocos que puedan ser más efectivos en esa faceta que Eden Hazard. Un eslalon maravilloso, en la que se fue de tres jugadores y el último le derribó dentro del área. Fue tan buena la jugada, que él mismo quiso terminarla lanzando el penalti, pese a no ser el habitual. Engañó a Szczęsnyy abrió el marcador. Ese gol animó al Chelsea, que mejoró y dominó de ahí hasta el final del primer tiempo. El partido habría cambiado sensiblemente si el árbitro hubiese expulsado a Gary Cahill, que hizo una entrada salvaje, pero sólo vio amarilla. Wenger, nervioso, fue directo a por Mourinho y le empujó.

La segunda parte fue un dominio muy inocuo del Arsenal, apenas profundo, topándose una y otra vez contra la buenísima defensa del Chelsea, que permitió que primero Courtois y después Čech(el belga se marchó por un golpe que recibió de Alexis en la oreja y fue trasladado al hospital) no sufrieran. Los cambios tampoco animaron el choque, sino que confirmaron que para hacerle un gol al Chelsea hay que sufrir. Al final, en los últimos minutos, Fàbregas se inventó un pase rompedor para que Costa controlara, superando a los centrales y a Szczęsnycon una preciosa vaselina. Ese tanto confirmaba que Wenger sigue sin ganar a Mourinho.

David de Gea paró un penalti, Ángel di María adelantó al Manchester United contra el Everton y Radamel Falcao marcó el gol de la victoria final (2-1) en la séptima jornada de la Premier League inglesa. Di María marcó el primer tanto del partido en el minuto 27, empató Steven Naismith en el 55 y Falcao salvó de apuros a los Diablos Rojos al anotar el gol del triunfo en el 62.

El guardameta español, héroe del partido, paró un penalti a Leighton Baines al final del primer tiempo y en los últimos instantes salvó al Manchester del empate con dos magníficas paradas consecutivas, a disparos de Bryan Oviedo, en el minuto 93. Con los tres puntos de este domingo, el Manchester United se sitúa momentáneamente cuarto, a cuatro puntos del Chelsea de Jose Mourinho, líder con 16 y con un partido menos.

La Premier League tiene un dueño y todavía quedan 31 jornadas por delante. Nadie puede hacer frente todavía al Chelsea de José Mourinho. No lo hizo el Manchester City (único que no ha perdido contra los londinenses), ni lo pudo hacer el Arsenal de Wenger. Es un equipo muy hecho y que ha aprovechado de maravilla la veloz adaptación de sus fichajes, como Diego Costa y Cesc Fàbregas. El catalán se enfrentaba por primera vez al Arsenal, a su mentor, y no le tembló el pulso para ejercer de líder en la medular blue durante los noventa minutos del partido. Fue el jefe, el mariscal de campo y el que permitió al hispano-brasileño seguir aumentando (aún más) su repertorio de goles. Ganó el Chelsea 2-0… y dando la sensación de no haber sufrido ni lo más mínimo contra uno de los grandes del fútbol británico.

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