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Las 'víctimas' de Mourinho: de Shevchenko al "me gusta más Diego López que Casillas"
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repasamos los encontronazos del portugués

Las 'víctimas' de Mourinho: de Shevchenko al "me gusta más Diego López que Casillas"

Si algo define a José Mourinho es su capacidad para suscitar amor y odio. Repasamos en un gráfico los principales enfrentamientos del técnico portugués

Si algo define a José Mourinho es su capacidad para suscitar amor y odio entre los que entienden de fútbol, entre los que participan en él e, incluso, entre los que les da exactamente igual. No hay un término medio, no existe el gris en cuanto a valorar a ‘Mou’ se refiere. O lo adoras, o no lo puedes ver ni en un cromo. Muchos jugadores, una vez ha terminado su etapa junto al técnico de Setúbal, reconocen que no hay un entrenador mejor, que además de un conocedor del fútbol es para ellos un amigo. Entre esos se destacan Didier Drogba, Mickaël Essien y Marco Materazzi. Pero hay una larga lista de otros futbolistas que no tienen precisamente buen recuerdo del director técnico del Chelsea.

Quién no recuerda las frases que este señor le dedicó, por ejemplo, a Pedro León, cuando le preguntaron los motivos que lo llevaron a dejarlo fuera de una convocatoria del Real Madrid. "Parece que estás hablando de Zidane o de Maradona. Pedro León es un óptimo jugador que dos días atrás jugaba en el Getafe. Tiene que trabajar para jugar”, dijo el portugués, sorprendido porque no le preguntaran por la titularidad de Benzema, sino por la no participación del murciano. A partir de entonces, el extremo sólo tuvo un papel residual en el Madrid hasta marcharse cedido y posteriormente traspasado al Getafe, de donde venía.

Pero su ‘idilio’ con Pedro León es sólo una más de las salidas de tono de Mourinho con alguno de los jugadores que tenía bajo su mando. La más importante para la posteridad, por lo que ha supuesto para el fútbol y para el Real Madrid en particular fue el final de su relación con Iker Casillas. Mourinho pasó de considerarlo el mejor portero del planeta a preferir a Antonio Adán como portero titular del club blanco. Pero claro, tampoco confiaba en Adán, así que cuando Iker se lesionó, se trajo a Diego López para sentirse seguro, y dio un motivo para confiar en el gallego antes que en el mostoleño: “A mí Diego López me gusta más como portero que Iker Casillas, es simple. No tengo nada personal contra él, ni quiero perjudicar a alguien. Igual que él puede llegar mañana y decir que le gusta más un entrenador manejable. Mientras yo sea entrenador del Madrid, va a jugar Diego López”, sentenció.

Casillas nunca ha vuelto a ser importante para el Madrid y sus actuaciones han ido decreciendo en calidad desde aquel momento. También acabó muy mal en el equipo merengue Jorge Valdano. El argentino entró como director al Real Madrid con Florentino Pérez en 2009 y apostó por Pellegrini como entrenador. La experiencia, si bien se obtuvieron buenos números, no trajo títulos y Florentino decidió arriesgar fichando a Mourinho, que ya había tenido problemas en el pasado con Valdano. En el Madrid, la convivencia no fue fácil y tras una temporada, el presidente destituyó a Valdano porque la relación entre Mourinho y él era insostenible. “Se ve claro quién ha sido el ganador de la batalla”, reconoció el propio Valdano.

Quizás la más espectacular de todas las ‘broncas’ de Mourinho fue la que tuvo con Pep Guardiola durante las semifinales de la Champions League de la 2010-11. Mou le había recriminado previamente que Pep criticase una decisión correcta del árbitro en la final de la Copa del Rey de unos días antes. Guardiola se calentó, comenzó a tutearle y soltó aquella mítica frase de “en esta sala –de prensa- él es el puto jefe, el puto amo, el que más sabe del mundo y yo no quiero competir ni un instante (…) le regalo su Champions particular fuera del campo”. El Barça, precisamente, le acabó quitando la Champions.

En el Real Madrid es donde más se ha explayado el técnico contra sus propios pupilos. Hay que recordar también el apelativo de “gato” con el que se refirió a Benzema, y al problema que tenía Pepe por el que no jugaba, que “se llama Varane”, o cuando se ‘enfrentó’ con Toril, entrenador entonces del Castilla, por una “diferencia de criterio con José Rodríguez”. Pero no es el único lugar en el que ha entrenado donde ha tenido ciertos problemillas con sus secuaces. En el Chelsea, por ejemplo, en su primera etapa, digamos que no sentía a Andrei Shevchenko con mucha capacidad de mando: “en mi casa mando yo. En la de Shevchenko, si su mujer alza la voz, él se esconde con el rabo entre las piernas”.

Desde que volviera a Londres, el pasado verano, ya ha tenido tiempo para confirmar sus desavenencias con algunos de sus jugadores. Casualidades o no, dos de ellos son españoles. Nada más llegar, dejó claro que no iba a contar mucho con Juan Mata, sobre todo después de firmar a Willian. Así que a los cinco meses de estar en Londres, Mata se tuvo que marchar al Manchester United. Pero la frase más significativa ha sido la que dijo sobre Torres y sus delanteros del año pasado: “algunosdelanteros tienen características individuales fantásticas; los nuestros no”. Puede que también se refiriese a Romelu Lukaku, que estaba cedido en el Everton, porque el belga no ha vuelto al Chelsea esta temporada y fue traspasado al club de Liverpool, a pesar de ser toda una promesa.

Y cuando estuvo en el Inter de Milán, aun después de conseguir la Triple Corona con los nerazzurri, Mourinho salió de allí con algún que otro enemigo, como Júlio César. El portero llegó a liderar un motín contra el entrenador que por poco no le cuesta el puesto y fue uno de los pocos que apoyó a Rafa Benítez cuando el español llegó para reemplazar el hueco dejado por el portugués. Su última afrenta a Mourinho fue en la final de la Copa Libertadores, cuando subió a recoger el Guante de Oro del torneo con la camiseta de Iker Casillas.

Si algo define a José Mourinho es su capacidad para suscitar amor y odio entre los que entienden de fútbol, entre los que participan en él e, incluso, entre los que les da exactamente igual. No hay un término medio, no existe el gris en cuanto a valorar a ‘Mou’ se refiere. O lo adoras, o no lo puedes ver ni en un cromo. Muchos jugadores, una vez ha terminado su etapa junto al técnico de Setúbal, reconocen que no hay un entrenador mejor, que además de un conocedor del fútbol es para ellos un amigo. Entre esos se destacan Didier Drogba, Mickaël Essien y Marco Materazzi. Pero hay una larga lista de otros futbolistas que no tienen precisamente buen recuerdo del director técnico del Chelsea.

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