El drama de Jorge García, de soñar con el Chelsea a terminar en un manicomio

Cuando comenzaba 2004 estuvo a punto de iniciar una nueva vida en el Chelsea del millonario Roman Abramovich. Jorge García todavía no había debutado en la primera división de Uruguay, pero había brillado tanto en categoría Juvenil que le llamaron del club británico. Se salió en un Sudamericano Sub 17 y viajó a Londres para probar por el poderoso club. La prueba, que duró tres semanas, fue positiva y la operación se iba a concretar. No fue así y finalmente el jugador inició un salto al vacío que ha acabado con sus huesos en un psiquiátrico trasasesinar esta semana a su padre.

Esta semana tocó fondo por completo. Con 27 años, los médicos que le han atendido le han diagnosticado un "delirio agudo". De esta manera, en vez de ingresar en un centro penitenciario, enfiló camino a un hospital especializado en enfermedades mentales. Según informó la Policía uruguaya, el futbolista tuvo una fuerte discusión con su padre, que acabó con el acusado golpeando en la cabeza a su progenitor con un cenicero de madera. Lo que no está claro es si fue el golpe lo que provocó la tragedia o el padre pereció a causa de un fallo cardiaco. Ha sido el último episodio de un jugador que durante años tuvo diferentes problemas con la justicia. Si hubiera fichado por el Chelsea en su día, su vida bien pudo ser otra.

Hasta 2010 jugó en Danubio, el club que le vio nacer y que al final no alcanzó un acuerdo con el Chelsea. Etapa en la que llegó a ganar un título liguero, pero años en los que caminó en el alambre hasta caer al vacío esta semana. Durante los años en los que jugó en el popular club uruguayo, su complejo carácter le jugó muy malas pasadas. Tuvo varios enfrentamientos con la Policía por su desordenada vida. En sus primeros años, la opción de jugar en la Premier siguió abierta, pero un buen día se cerró por completo. Se tuvo que quedar en el barrio Borro de Montevideo, donde la vida nunca fue fácil.

En 2006 tuvo su primer problema -al menos, fue el primero que trascendió- cuando un policía no le dejó aparcar su coche en un lugar prohibido. García se enfrentó con violencia al efectivo policial y finalmente fue apresado. En 2007, el jugador fue más allá, cuando en una discoteca tuvo lugar una trifulca, que acabó con el futbolista agrediendo a un policía. Danubio tomó cartas en el asunto de inmediato y le sacó de su barrio, consiguiéndole un apartamento en un barrio más acomodado y tranquilo. Pero siempre volvía al Borro…

El carácter de Jorge García no cambió. Es más, fue a peor. En el terreno de juego cumplía, pero ya sin el brillo de antaño. Aquel que casi le lleva al Chelsea. A finales de aquel 2007, aunque en ese momentovivíalejos de la zona que más conocía y poco bien le hacía, el jugador firmó otro funesto capítulo. Mientras conducía, fue interceptado por la Policía para ser sometido a un rutinario control de alcoholemia. García se negó en rotundo a hacerlo y fue detenido una vez más.

Al año siguiente, en octubre de 2008, estaba en un local nocturno de su peligroso barrio junto a un amigo cuando provocó un incidente que obligó a intervenir a la Policía. La historia de siempre… Jorge García fue encontrado en estado de ebriedad y su compañero con un revólver en su poder. Procesado y condenado a pagar la correspondiente multa por enésima ocasión.

Muchos capítulos no trascendieron, pero sí algunos peores que los anteriores. En 2010 fue detenido ebrio por la policía y con cocaína en su poder. Cuando fue interceptado, trató de agredir a los agentes. Otro problema con la justicia y eso que hacía poco había estado involucrado en una pelea callejera que igualmente le obligó a dar la cara ante un juez. Además, en 2012 Jorge García fue uno de los 17 jugadores sancionados por una tremenda pelea que tuvo lugar en un partido que disputaba Cerro -donde jugaba entonces- y Cerro Largo.

Varios altercados más obligaron a Danubio a prescindir de sus servicios. El club había tratado de enderezar la vida del futbolista, pero en 2010 arrojó la toalla de manera definitiva. Su carrera futbolística se fue en picado a la nada. Los dirigentes de Danubio trataron de ayudarle siempre, pero era una batalla perdida. García llegó a abrir una escuela de fútbol en su barrio para apartar a los más jóvenes de la mala vida, pero el que siempre volvía a ella era él mismo,

Santos y demonios

Tras jugar un año en el modesto Cerrito, viajó a Brasil para jugar en un club desconocido llamado Demócrata, de Minas Gérais. Estuvo menos de dos meses, pues el ambiente no le gustó nada y, además, el club no le pagó la primera mensualidad. El futbolista, de manera unilateral, decidió no seguir con su aventura brasileña. Tocaba regresar a Uruguay. Lo hizo para militar en elCerro, donde ha jugado en el último año.

Jorge García sufrió un duro golpe hace un año, cuando su madre fue asesinada en un ajuste de cuentas relacionado con la droga. Un disparo por la espalda acabó con su vida y dejó muy tocado a Jorge. El jugador llegó a cuestionar el trabajo policial meses después, pues el tiempo pasaba y la investigación no conseguía dar con los culpables del asesinato.

Rumores de todo tipo circulan en Uruguay para explicar el asesinato del padre. Los medios recuerdan ahoraque en su díaJorge García y toda su familia no paraban de salir en los medios de comunicación para hablar de su fichaje por el Chelsea. Todo era alegría entonces. Y también apuntan que ahora deberá recibir tratamiento psiquiátrico de inmediato. Algunos periodistas se han atrevido a asegurar que el padre de Jorge realizaba en su casacultos umbandistas -la Umbanda es una religión brasileña basadaen el culto a las divinidades sin dejar de adorar a Dios-, teniendo decoradas las habitaciones consantos y demonios...