El mejor equipo de Europa es la Roma y está dirigido por un tal García

El Imperio romano vuelve y lo hace de la mano de un tal García. De nombre Rudi, de nacimiento francés, pero de origen español, más concretamente de La Garrucha, Almería. El que se diera a conocer como entrenador de nivel en el Lille, ganando Liga y Copa francesa, está rompiendo todos los records en un club tan peculiar como la Roma. Ocho de ocho. Pleno. 22 goles a favor por uno en contra. Jamás había hecho algo así el equipo que fue campeón por última vez en 2001 y de la mano de Fabio Capello.

Alejado de Europa y con problemas financieros de todo tipo, el club romano ha encontrado a un referente en un técnico de 49 años que no pasó de la clase media francesa como jugador, defendiendo las camisetas del Lille, Caen, Martigues y Orson Morson. El éxito lo encontró en el Lille, tras pasar por el Saint- Etienne, Dijon y Le Mans.

La Roma no tuvo otro remedio que vender a sus principales activos, con Lamela a la cabeza. Ingresó 96 millones de euros, gastandose 60. Apostó por jugadores de un segundo escalón, como su técnico. Pensaban en una temporada de transición. Nadie en el club apostaba por lo que está sucediendo, más cuando los conflictos continúan dentro del club. Pagan en el último día para evitar la sanción de puntos y continúa la lucha por el control de una entidad en la que Unicredit ya ha dicho que no pone un euro más. El norteamericano James Pallotta tiene un setenta por ciento del capital, pero la Roma no ha recibido dinero alguno procedente del otro lado del Atlántico.

El objetivo, el punto de partida de García a su llegada a Trigoria, no fue otro que el de recuperar a Totti, oscurecido en las últimas temporadas, y a De Rossi, perdido para la causa en el último año. Uno y otro representan un espíritu perdido, el del romanista de toda la vida, el de aquellos que creen que el fútbol y la vida se inicia y termina en los límites del Imperio, romano por supuesto. Ante los problemas, el técnico se granjeó el apoyo del grupo con diálogo, realizando gestos de complicidad, como el realizado tras el triunfo ante el Nápoles: tres días libres.

De la mano de los dos capitanes, la Roma ha vuelto. Junto a ellos, jugadores como el renacido Maicon de regreso a Italia, Gervinho, el holandés Strootman, el serbio Ljajic y el bosnio Pjanic se han convertido en la base del mejor equipo de Europa. La esencia la ponen De Rossi y Totti, pero la gloria está llegando de la mano del trabajo colectivo que ha impuesto García.

Dicen que se ha inspirado en Benítez. Su fútbol se asemeja al del gusto del actual entrenador del Nápoles. Posesión, pero sin correr excesivos riesgos. Esa es la máxima. El gol recibido por el belga Lobont y el italIano De Sanctis es consecuencia del trabajo en equipo, del sacrificio de todo el equipo, ese que aspira a repetir triunfos pretéritos. Y de la mano de Garcia, Rudi para más señas.