La maldición del histriónico Klopp juega a favor del Villarreal ante su Liverpool

No diga Klopp, diga pupas. Ese viento de la desgracia que persigue al técnico alemán desde su exitosa etapa en el Borussia Dortmund se ha cebado ahora sobre un Liverpool que afrontará el doble duelo continental frente al Villarreal, con la finalísima de la Europa League de Basilea al final del camino como premio gordo, seriamente limitado de efectivos por mor de las lesiones e infortunios varios que vienen golpeando a la línea de flotación de los 'reds' desde que ‘The Normal One’ arribara al mítico Anfield allá por el mes de octubre.

Aunque el desinhibido preparador natural de Stuttgart se lo toma ya a broma y los moradores de la célebre ‘The Kop’ le rinden pleitesía con aquello de “All you need is Klopp”, felices de ver cómo su Liverpool ha ganado en consistencia y fiabilidad en los últimos meses (no pierde un partido desde que el 2 de febrero el Manchester City le batiera por penaltis en la final de la Copa de la Liga), el panorama con el que llegan a esta recta final de la temporada es, cuando menos, descorazonador.

Los 'reds' sólo podrán contar en tierras levantinas con un atacante puro: Sturridge. El resto (Ings, Origi y Benteke) está fuera de combate con lesiones de diversa consideración. Pero ahí no termina la cosa: en las tres última semanas, el Liverpool ha visto cómo perdía a cuatro elementos fundamentales de su cada día más exigua plantilla: el capitán Jordan Henderson (rodilla), Emre Can (tobillo), el mencionado Origi (tobillo) y el fornido zaguero francés Mamadou Sakho, quien dio positivo en un control antidopaje que le hizo la UEFA a mediados de marzo tras enfrentarse al Manchester United, precisamente en la Europa League. A la espera de los resultados del contraanálisis, el internacional galo podría recibir un castigo que oscilaría entre los seis meses y los dos años.

Demasiados contratiempos

“Confío en que tengamos los jugadores suficientes para afrontar los partidos que nos quedan esta temporada”, espetó en su habitual tono jocoso un Klopp que apenas ha podido repetir alineación desde que llegara al fútbol inglés por causa de esa extraña maldición a la que no consigue dar esquinazo. No en vano, fue aterrizar en Melwood (la ciudad deportiva 'red') y comenzar los problemas: a la semana de hacerse cargo del equipo, caían Danny Ings y el joven defensa Joe Gomez. Ambos se rompieron el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha jugando para la selección absoluta y la sub 18, respectivamente.

“¿Cómo se puede tener consistencia? Teniendo a todos tus jugadores a punto para el siguiente partido, trabajando juntos a diario. Por desgracia, eso es algo que nosotros no estamos pudiendo hacer. Nos hace falta un poquito más de suerte con las lesiones. Estamos teniendo demasiadas”, apuntaba este verdadero experto en tener que echar mano de chavales de la cantera para completar un partido y otro también sus convocatorias, cuando no verse obligado a echar al ruedo a más de un pipiolo ante la alarmante merma de efectivos.

Dicho problema ya le puso contra las cuerdas durante sus dos últimas campañas en el Borussia, especialmente en el pasado ejercicio, cuando el desolador panorama, con 12 y 13 futbolistas en el dique seco por espacio de varios meses, que tenía en el vestuario le llevó hasta la penúltima posición de la Bundesliga a fines de 2014 y en las primeras semanas del año pasado. Gente de la talla e importancia en su esquema como Hummels, Mkhitaryan, Marco Reus, Subotic, Kehl, Piszczek, Gündogan, Schmelzer, Kirch, Sahin, Sven Bender, Blaszczykowski o el coreano Dong-Won Ji se perdieron un montón de partidos con la amarilla de los de Dortmund y alguno, caso de Reus, hasta el Mundial de Brasil con Alemania.

Las víctimas de Hillsborough

Como ya le sucedió en su periplo ‘borusser’, Klopp espera que lo que él llama ‘la segunda fila’, esto es, los Kolo Touré, Connor Randall, Kevin Stewart, Joe Allen, Jordan Ibe y Oluwaseyi Ojo, den un paso al frente en estos seis partidos que les quedan (siete si llegaran a la final de la Europa League) para completar una temporada irregular que salvarían si son capaces de doblegar a los de Marcelino en la apasionante eliminatoria que arrancará esta noche en El Madrigal en medio de una atmósfera festiva.

Y es que la afición del ‘Submarino’ se ha propuesto recrear un ambiente inglés tanto fuera como dentro de su feudo para recibir a uno de los conjuntos con más solera del balompié sajón y a su emblemática hinchada. El propio club contribuirá a esa fiesta con el reparto de 20.000 bufandas con el lema ‘Yellow Submarine’ que serán desplegadas en el momento del ingreso de sendas escuadras al césped, con el inmortal temazo de los Beatles sonando de fondo en la megafonía.

El Villarreal tiene también previsto rendir un sentido tributo a las víctimas de la tragedia de Hillsborough (15 de abril de 1989), en la que 96 aficionados 'red' fallecieron aplastados contra las vallas del estadio del Sheffield Wednesday por una avalancha durante la semifinal de la Copa inglesa que enfrentó al Liverpool y al Nottingham Forest. La hinchada local desplegará una pancarta en el fondo sur de El Madrigal en la se podrá leer el lema del cuadro inglés, ‘You'll Never Walk Alone’, y el número 96 recordando a los ‘supporters’ caídos en el día más luctuoso de la historia del fútbol británico.