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'Gegenpressing': Alemania sí que está preparada para combatir a Italia
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LA ESTRATEGIA DE LÖW CONTRA SU ‘BESTIA NEGRA’

'Gegenpressing': Alemania sí que está preparada para combatir a Italia

La ‘gegenpressing’ consiste en apretar las tuercas de un modo intenso y agresivo al rival nada más perder la posesión del balón. Es el arma de Löw para derribar a Italia

Foto: Jugadores de Italia celebran uno de los goles que dejó en la cuneta a España (EFE)
Jugadores de Italia celebran uno de los goles que dejó en la cuneta a España (EFE)

A la Mannschaft le sucede con Italia algo parecido al sentimiento que albergaban los de Antonio Conte en las horas previas al choque de octavos de final con España, pero multiplicado por ocho. Siempre que Alemania se ha visto las caras en partidos oficiales con la Azzurra ha sido incapaz de hacerle doblar la rodilla. El deseo de ‘rache’ (venganza) de los actuales campeones del mundo sobre sus rivales de esta noche tiene ya 54 años de vida. Todo empezó con aquel empate sin goles en la fase de grupos del Mundial de 1962. Luego vinieron la mítica semifinal perdida en México (3-4); la derrota en la final del Mundial de España (1-3); la debacle de Dortmund en 2006, de nuevo con un lugar en la final de una Copa del Mundo en juego (0-2); o más recientemente la semifinal de Varsovia, cuatro años atrás, en la que Balotelli emuló al increíble Hulk y arruinó (1-2) los planes de la anhelada revancha germana con La Roja por la afrenta de Viena y las semis de Ciudad El Cabo en 2010.

Duelos de leyenda que han marcado a sangre y fuego una de las rivalidades más enconadas que existen en el balompié mundial y cuyas cicatrices en el bando teutón, por más que lo niegue Joachim Löw, nunca han terminado de sanar. “Aprendimos mucho de la derrota de hace cuatro años. Fue una herida dolorosa que permaneció abierta varios meses. Sabemos que no será fácil ponerles en aprietos, pero tenemos mucha calidad adelante”, señaló un técnico que ha sufrido ya en sus propias carnes dos serios varapalos frente a la Azzurra y que en Burdeos espera romper ese largo maleficio que tanto escuece en el país de los Nibelungos. “Partidos como este son el picante del torneo. El duelo está al 50%. No existe ningún fantasma con Italia. No les tenemos miedo, pero tratar de derrotarles es como tomar un baluarte. Un solo error y te mandan a casa”, recordó.

Foto: Italia se vengó de la final de hace cuatro años. (Reuters)
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Sabedor de lo que le espera a sus hombres en cuanto el húngaro Kassai decrete el inicio de las hostilidades, Löw se ha pasado los últimos días diseñando la estrategia con la que neutralizar ese fútbol aguerrido y de músculo, no exento de calidad, con el que el once transalpino sorprendió y superó sin ambages a los aún campeones del torneo el pasado lunes en el Stade de France. Entre excursiones marítimas, partidillos de voley o paseos románticos con sus respectivas parejas, los internacionales alemanes han ensayado unas cuantas veces en su cuartel general de Evian-les-bains lo que vienen en denominar como ‘gegenpressing’ (contrapresión), o presión alta.

Presión asfixiante

Término con el que se acuñó en 2009 el trabajo defensivo en campo contrario del Barça de Guardiola y el Borussia Dortmund de Klopp, la ‘gegenpressing’ consiste básicamente en apretar las tuercas de un modo intenso y agresivo al rival nada más perder la posesión del balón con el objeto de tratar de recuperarlo de inmediato y provocar con ello situaciones claras de gol aprovechando que el contrario ha iniciado ya su fase ofensiva. El mensaje del preparador de Stuttgart a Mario Gómez, Müller y compañía con vistas al duelo con Italia es claro y conciso: tratar de ahogarles con una presión asfixiante en cuanto Alemania pierda el balón porque es más fácil generar ocasiones si se lo robas en el nacimiento de su jugada, al haber relajado el rival la organización defensiva. “El mejor momento para recuperar el balón es justo después de perderlo porque el oponente se relaja a nivel defensivo tras el esfuerzo que ha hecho para quitártelo y se centra en intentar jugarlo. Estas dos situaciones unidas le hacen vulnerable”. La definición pertenece al actual entrenador del Liverpool, uno de los creadores de la presión alta, aunque llevada al límite por la velocidad con la que sus equipos contragolpean nada más neutralizar el esférico: el llamado fútbol ‘heavy metal’.

Foto: Del Bosque, de espaldas, con Casillas detrás, durante el Italia-Francia. (EFE)

Löw ha analizado pormenorizamente los encuentros de Italia frente a Bélgica y España y entiende que el mejor camino para crear problemas a los de Conte es impedir a toda costa que el cuero llegue a pies de Bonucci, toda vez que su rival lo recupere, porque el hombre libre de la Juve suele ser el encargado de iniciar las acciones ofensivas transalpinas. Además de evitarse un disgusto con alguno de sus precisos balones largos buscando a Giaccherini, Éder o Pellè, Alemania forzaría de esta guisa a Chiellini o Barzagli a quitárselo de encima, lo que podría provocar una situación nueva de ataque germano, que pillaría a la Azzurra con las defensas bajas.

Empresa titánica

Por suerte para el seleccionador teutón, muchos de sus jugadores han trabajado largamente ese tipo de presión, ya sea en el Bayern con Guardiola, ya sea en el Borussia con Klopp, de modo que no se trata de un concepto que les haya cogido de nuevas. Casi todos lo conocen y saben cómo interpretarlo a las mil maravillas sobre el terreno de juego. Además, su excelente condición física, como ya dejaron patente ante Eslovaquia, les dará un plus añadido para tratar de llevar a buen puerto su planteamiento ante la que seguramente es la mejor selección del torneo a nivel táctico.

Sea como fuere, los piropos vinieron del otro lado, puesto que Antonio Conte no tuvo reparos en adular a su siguiente obstáculo en el torneo galo. “Alemania es el equipo más fuerte de la Euro. Nos aguarda otra empresa titánica”. Y nunca mejor dicho porque los problemas se le han ido acumulando al próximo entrenador del Chelsea desde que dejaran en la cuneta a España. Incluso antes, porque Candreva, que ya se perdió por lesión el duelo ante La Roja, sigue sin entrenarse y, en buena lógica, tampoco estará frente a los campeones del mundo. A tan sensible ausencia hay que sumar las de De Rossi, que se retiró tocado en octavos, y la de su teórico sustituto en el eje del medio campo, el sancionado Motta. Además, tiene a once jugadores apercibidos de sanción, caso de que logren estirar su condición de ‘bestia negra’ germana y se cuelen en semis (Buffon, Bonucci, Barzagli, Chiellini, De Sciglio, De Rossi, Éder, Pellè, Insigne, Zaza y Sirigu). Su rival, en cambio, sólo tiene a cinco jugadores amenazados de sanción (Hummels, Boateng, Kimmich, Khedira y Özil). ¿Quién da más?

Alineaciones probables:

Alemania: Neuer; Kimmich, Hummels, Boateng, Hector; Kroos, Khedira; Müller, Özil, Draxler; y Mario Gómez.

Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Florenzi, Parolo, Sturaro, Giaccherini, De Sciglio; Éder y Pellè.

Árbitro: Viktor Kassai (Hungría).

Estadio: Stade Bordeaux-Atlantique (Burdeos).

Hora: 21.00.

A la Mannschaft le sucede con Italia algo parecido al sentimiento que albergaban los de Antonio Conte en las horas previas al choque de octavos de final con España, pero multiplicado por ocho. Siempre que Alemania se ha visto las caras en partidos oficiales con la Azzurra ha sido incapaz de hacerle doblar la rodilla. El deseo de ‘rache’ (venganza) de los actuales campeones del mundo sobre sus rivales de esta noche tiene ya 54 años de vida. Todo empezó con aquel empate sin goles en la fase de grupos del Mundial de 1962. Luego vinieron la mítica semifinal perdida en México (3-4); la derrota en la final del Mundial de España (1-3); la debacle de Dortmund en 2006, de nuevo con un lugar en la final de una Copa del Mundo en juego (0-2); o más recientemente la semifinal de Varsovia, cuatro años atrás, en la que Balotelli emuló al increíble Hulk y arruinó (1-2) los planes de la anhelada revancha germana con La Roja por la afrenta de Viena y las semis de Ciudad El Cabo en 2010.

Joachim Löw
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