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‘Shasha’, el ultra amigo de Putin, lanza un órdago a Francia y vuelve a ser detenido
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amenaza con volver y asistir al rusia-Gales

‘Shasha’, el ultra amigo de Putin, lanza un órdago a Francia y vuelve a ser detenido

El aficionado radical más conocido de esta Eurocopa fue deportado, pero en su pasaporte no se puso ninguna prevención para su retorno y tiene entrada para el Rusia-Gales

Foto: Shasha y Vladimir Putin.
Shasha y Vladimir Putin.

Bien habría hecho el gobierno de Manuel Valls en retener a Alexander Shprygin y su guardia pretoriana hasta que Rusia hubiera hecho las maletas y puesto fin a su participación en esta accidentada Eurocopa. Pero no. El sábado empapeló a los ultras exsoviéticos con viento fresco rumbo a las estepas con el convencimiento de que se estaba sacando un problema (y de los gordos) de encima. Nada más lejos de la realidad porque el presidente de la Asociación de Seguidores de la selección rusa de fútbol (VOB) lanzó un órdago a Francia nada más plantar bandera en el aeropuerto de Cheremetievo. Y nunca mejor dicho, porque ‘Shasha’, pañoleta patria en mano, dio literalmente por sentado que esta noche hará acto de presencia en Toulouse para animar a los suyos en el trascendental duelo que enfrentará a los hombres de Leonid Slutsky con País de Gales. “Espero estar allí porque tengo entrada para ir al partido. Primero voy a pasar por casa y ver a mi familia. Luego veremos cómo hacemos”, indicó el ultraderechista, quien calificó su detención en Niza y ulterior expulsión de suelo galo junto con otros 42 hinchas rusos como “un incidente escandaloso”. Lo hizo, pero, esta vez, los galos respondieron rápido con una nueva detención del cabecilla de los ultras rusos.

Seguramente se estarán preguntando cómo es posible que un individuo al que las autoridades francesas consideran el ideólogo de la ola de vandalismo desatada por los ultras rusos en Marsella y que, de algún modo, encendió la llama del hooliganismo más radical en una Euro que no gana para disgustos con el comportamiento de varias aficiones (la UEFA abrió expediente sancionador a Hungría, Portugal y Bélgica), presuma de poder ingresar nuevamente en un país del que ha sido deportado hace menos de 48 horas. La respuesta la dio el propio ‘Shasha’. “Nuestros visados siguen en vigor y en el pasaporte nos pusieron un sello de salida del país normal y corriente. No hay nada que nos impida regresar porque los visados tienen entradas múltiples”.

En otras palabras, que el grupo B continúa en plena efervescencia y no sólo por las apreturas en su clasificación. El ministerio del Interior no tardó un segundo en decretar la condición de ‘alto riesgo’ para el envite a vida o muerte entre rusos y galeses. La posible presencia de Shprygin en las gradas del Municipal de la ciudad que fuera primera capital visigótica ha obligado a Francia ha redoblar su dispositivo policial, que rondará los 2.000 efectivos. No hay que olvidar que el riesgo de que se repitan los incidentes de Marsella y Lille es bastante elevado. Precisamente, ya hubo encontronazos entre ambas aficiones a mitad de la pasada semana en la ciudad del norte, donde coincidieron junto a ingleses y eslovacos, puesto que los dos partidos del grupo se disputaban a sólo 35 kilómetros uno del otro y la mayoría de los seguidores de los cuatro equipos se alojaron en Lille, dado que en Lens apenas hay alojamiento.

"Histeria anti Rusia"

Según informó ayer ‘The Observer’, el gobierno británico solicitó formalmente a su homólogo ruso un castigo para el grupo de Shprygin y todos aquellos de los que se tiene constancia han participado activamente en las reyertas galas. Sin embargo, el Kremlin ha decidido hacer oídos sordos a semejante petición. Su portavoz, Dmitry Peskov, confirmó a la agencia Interfax la existencia de dicha misiva y acto seguido declaró que esa solicitud era “otro ejemplo de histeria anti-rusa”. El propio Vladimir Putin, a la sazón buen amigo de ‘Shasha’, rompió una lanza en defensa de sus muchachos al preguntarse, durante el Forum Internacional Económico que se celebró este fin de semana en San Petersburgo, “cómo 200 de nuestros seguidores pudieron atacar a varios miles de hinchas ingleses”.

En lo puramente deportivo, Gales sabe que una derrota ante Rusia podría relegarle al cuarto puesto si Eslovaquia consigue arañarle un punto a Inglaterra, en el otro duelo del grupo, que se jugará a la misma hora en Saint-Etienne. Al igual que en las citas precedentes, la maquinaria de los ‘Dragones’ pasa en buena medida por la inspiración de un Gareth Bale que, pese a haber anotado dos de sus tres tantos, ha tenido hasta el momento una influencia más bien pobre en el juego de los suyos. Eso sí, haber mojado de libre directo en sendas oportunidades le convierte en el primer jugador que lo consigue en una fase final desde que el alemán Thomas Hässler lo lograra en la edición de 1992.

Bien habría hecho el gobierno de Manuel Valls en retener a Alexander Shprygin y su guardia pretoriana hasta que Rusia hubiera hecho las maletas y puesto fin a su participación en esta accidentada Eurocopa. Pero no. El sábado empapeló a los ultras exsoviéticos con viento fresco rumbo a las estepas con el convencimiento de que se estaba sacando un problema (y de los gordos) de encima. Nada más lejos de la realidad porque el presidente de la Asociación de Seguidores de la selección rusa de fútbol (VOB) lanzó un órdago a Francia nada más plantar bandera en el aeropuerto de Cheremetievo. Y nunca mejor dicho, porque ‘Shasha’, pañoleta patria en mano, dio literalmente por sentado que esta noche hará acto de presencia en Toulouse para animar a los suyos en el trascendental duelo que enfrentará a los hombres de Leonid Slutsky con País de Gales. “Espero estar allí porque tengo entrada para ir al partido. Primero voy a pasar por casa y ver a mi familia. Luego veremos cómo hacemos”, indicó el ultraderechista, quien calificó su detención en Niza y ulterior expulsión de suelo galo junto con otros 42 hinchas rusos como “un incidente escandaloso”. Lo hizo, pero, esta vez, los galos respondieron rápido con una nueva detención del cabecilla de los ultras rusos.

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